Parque Leonardo Pereyra- Barracas

Historia del barrio

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Barrio de Barracas

El nacimiento de este barrio puede considerarse en el siglo XVII, cuando en las orillas del Riachuelo comenzaron a instalarse las barracas, construcciones rudimentarias que almacenaban cueros y otros productos que salían o llegaban a la ciudad.

Según cuenta Horacio Puccia en su libro "Barracas en la Historia y en la Tradición", en algunos planos de Buenos Aires, del siglo XVIII, una lonja de terreno ubicada entre el Parque Lezama y la parte del Riachuelo correspondiente a la Vuelta de Rocha, figuraba con la siguiente inscripción "Las barracas y tierras de doña María Burzaco". Esas barracas "eran construcciones precarias para almacenar cueros y otros productos del país que debían embarcarse en el Riachuelo, o recibir las mercaderías que llegaban del exterior". Según los Acuerdos del Cabildo de Buenos Aires, Barracas se convirtió en Partido a principios del siglo XIX. Don Juan Manuel de Collantes, fue nombrado en diciembre de 1805 comisionado del Superior Gobierno de Barracas y sus inmediaciones. El 1º de enero de 1814 fue nombrado alcalde de la hermandad en Barracas, Don Carlos Aldaz.

En los tiempos de Juan Manuel de Rosas hasta mediados del siglo XIX el barrio era el lugar de residencia de las familias más acaudaladas de la ciudad. La epidemia de fiebre amarilla a fines del siglo XIX, impulsó a muchas de esas familias a mudarse hacia la zona norte de la ciudad, dando espacio a una nueva población que llegaba a la ciudad a través del océano: italianos, gallegos, sefaradíes, encontraron su lugar en este barrio.

El auge de la inmigración, la intensificación de la actividad comercial y portuaria, las nuevas técnicas de conservación de las carnes, la tecnificación del agro y la ganadería hacia fines del siglo XIX, fueron transformando la ciudad de Buenos Aires en un punto de concentración de las actividades exportadoras e importadoras, siendo la zona de Barracas una de las más características en ese tiempo.

En las últimas décadas del siglo XIX aparecen en el barrio los ferrocarriles y sus instalaciones, al servicio de una producción de materias primas agropecuarias cada vez más importante, y reflejo a su vez de la presencia de la revolución industrial y de la inserción dependiente del país en los mercados internacionales.

Las líneas ferroviarias fragmentaran el barrio de Barracas cuando era un descampado. Estas particiones fueron creando distintos agrupamientos o sub-barrios, conviviendo las características casas “chorizo” con zonas residenciales; áreas fabriles con hospitales, y parques extensos de arboledas muy añosas.

Parque Leonardo Pereyra

Las tierras donde se ubica el parque habían pertenecido en su mayor parte a Leonardo Pereyra (1834-1899), quien pertenecía a una familia que además de diferentes establecimientos agropecuarios en el interior del país, poseía grandes extensiones dentro de la ciudad.

Leonardo fue también presidente y fundador de la Sociedad Rural Argentina y de la Sociedad Fotográfica Argentina de Aficionados. Hacia el año 1870 la propiedad de Pereyra lindaba por el oeste con las tierras de José Gregorio Lezama; hacia el sur con el Riachuelo (en su orilla aparece el “ saladero de Pereira ” ); el lado este limita con las vías del Ferrocarril del Sud y tierras subdivididas, hornos de ladrillos, terrenos propiedad de Brown, un tramo de la calle Australia, de la calle “del Horno ” y de la calle “del Presidente ” , que encerraban, junto a las vías del ferrocarril, predios de “herederos de L. Gomez ”; y hacia el norte, de los “herederos de Marcos Videla ” , Machin y el Camino al Puente Alsina. A la muerte de su padre Simón Pereyra, Leonardo había heredado junto a su hermano Juan Rafael tierras “...en Barracas sobre el Riachuelo, que tenían una extensión de poco más de 273 hectáreas...”. Fallecido éste, quedó Leonardo como único propietario y en 1897, cuando muere, el inmueble se adjudicó en condominio a su esposa, Antonia Iraola, y a sus hijos.

La Municipalidad para esos tiempos venía reclamando la apertura de calles en esta fracción tan amplia de terreno, gestiones que continuaron luego con la sucesión. Según documentos “...la sucesión de D. L. Pereyra... convino el 13 de julio de 1904 con la municipalidad y con el fin de proceder a la apertura de calles, ceder a ésta cuatro manzanas limitadas por las calles Luzuriaga, Lafayette, S. Domingo y Gral. Iriarte, con el propósito de formar un pequeño parque (las 4 manzanas ocupaban una superficie de 69.338,45 m2), como así también la superficie necesaria para la apertura de calles...” (en total 454.709,67 m2), conviniéndose en el contrato que las calles Vélez Sársfield y Gral. Iriarte serían pavimentadas en toda la extensión en que atravesaran la propiedad de los Pereyra por cuenta exclusiva de la sucesión, “...tan pronto como se sancione el proyecto municipal de pavimentación a estudio del H.

Congreso Nacional y con arreglo a las prescripciones que en él se establezcan.” Se pactó también que los terrenos en cuestión, con frente a todas las calles, quedarían exentos de la obligación de construir cercos y veredas mientras no se edificara en los mismos o se vendieran a terceros. Este es el antecedente del origen de los terrenos que forman el parque.

La Basílica del Sagrado Corazón de Jesús de Betharran se encuentra ubicada frente al Parque, en la esquina noroeste de las avenidas Vélez Sarsfield 1319 al 91 e Iriarte, con ingreso por la primera de las calles nombradas. De estilo neorománico, el proyecto del templo fue realizado por el ingeniero Rómulo Ayerza. Fue construido por la empresa de Guillermo Wheeler e inaugurado el 16 de agosto de 1908. El ámbito de la basílica se encuentra catalogado como “Área de Protección Histórica” por ley de la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires.

El Proyecto del Parque

Carlos Thays realizó un proyecto que nunca fue materializado como tal, para el predio cedido para construir el parque a fin de abrir las calles solicitadas por la municipalidad. Según la “Memoria de los trabajos realizados en los parques y paseos públicos de la ciudad de Buenos Aires, Años 14, 15 y 16”, mientras fue Director de Paseos Públicos de la Municipalidad de Buenos Aires don Benito Carrasco, en el año 1916 el parque seguía en vías de proyecto (Pág. 98)-1-.

Recién en 1918 aparece la modificación del proyecto original realizado por Eugenio Carrasco, hermano de Benito y formado en Bruselas, quien realizó diversas y fuertes modificaciones al proyecto original de Thays. Se ha agregado al proyecto el gran lago central, se han modificado caminos, se han creado diferentes áreas deportivas en esta instancia de 1918.

-1- Berjman Sonia. Benito Carrasco: sus textos. Universidad de Buenos Aires. Facultad de Agronomía. 1997. ISBN 950-29-0510-5. 258 pág.

Eugenio Carrasco - Autor del proyecto materializado.

Además, en 1918, por acuerdo entre los sucesores de Pereyra y la Municipalidad, se cambió la ubicación del parque, ya que en vez de situarse sólo a la izquierda de la Iglesia del Sagrado Corazón, terminaría ocupando también el sector al frente de la misma, esto es entre Luzuriaga, Río Cuarto, Iriarte, Vélez Sársfield, California, Blandengues y Alvarado hasta Luzuriaga. Ese cambio, avalado por decreto del 11 de octubre de 1922, motivó un litigio referido al pago de los pavimentos que correspondían – respectivamente - al municipio y a la sucesión.

Antes de su inauguración, concretada recién durante la presidencia de Hipólito Yrigoyen en 1920, se rellenó su superficie con tierras extraídas de la construcción del subterráneo de la línea “A” de la Anglo Argentina, ya que se trataba de predios inundables y con bajíos que dificultaban tanto la construcción del parque como de viviendas en sus alrededores.

Durante esta gestión y diseñados particularmente por Eugenio Carrasco, como puede leerse en los planos del proyecto original, fueron instalados el lago y los grutescos característicos, similares a los que también se encuentran en Parque Lezama.

El parque recibe el nombre de Fray Luis Beltrán por el Decreto Nº 15.500 de 1951, como homenaje al sacerdote y teniente coronel capellán del Ejército de los Andes, compañero y amigo del General José de San Martín. El 27 de diciembre de 1988, por Ordenanza Nº 43.456, se lo pasa a denominar Parque Leonardo Pereyra. Su superficie es de 57.760 m2.

Con el tiempo, se denominó “Padre Marcelino Champagnat” por ordenanza Nº 35.001, de 1979, al sector de parque rodeado por Vélez Sarsfield, Iriarte, Hawai y Río Cuarto, con una superficie de 7.489 m2. En tanto el espacio limitado por Vélez Sarsfield, Alvarado, Blandengues y California se transformó en un predio polideportivo, con una superficie de 8.793 m2.

Es uno de los espacios verdes de la ciudad que poseen valor patrimonial, paisajístico y ambiental. En la actualidad, el parque incluye tres manzanas con una variada población arbórea: Araucaria bidwillii, Cedrus deodara; Hexachlamis edulis; Washingtonia robusta; Tipuana tipu, Platanus acerifolia.

La exquisita fantasía de la literatura de Adolfo Bioy Casares sitúa un momento de su cuento “La trama celeste” en este espacio de la ciudad, en torno a juegos de apariencia y realidad, espaciales y temporales.