"... Se trata de fijar algo en la memoria... para encarnar la historia...".
"Trabajar la historia de la cultura, de cómo se vivía...".
"Que tengan una idea vivencial."
Felipe Pigna
Proponemos a los docentes recuperar la enseñanza de ciertos contenidos disciplinares de la expresión corporal entramando con las propuestas referidas al Bicentenario, que se explicitan en este documento, organizando una tarea lúdica, vivencial, creativa y que logre vincular a los niños con una parte de la historia de nuestro país. De este modo los niños podrán vivenciar algunos estilos de danzas folclóricas y/o populares acompañadas por sus músicas, y desarrollar su capacidad para comunicarse con el otro y los otros, familiarizándose con los orígenes propios de su cultura. Asimismo reconocerán las formas coreográfi cas de estas danzas, como por ejemplo: la ronda, la pareja, las figuras espaciales presentes en otros repertorios de danzas de otros países que en términos de inmigración, influenciaron en el repertorio nacional. Es intención de estas propuestas acercar a los niños un estilo -reconocible por la velocidad del movimiento, por la intencionalidad, por la modalidad con la que se baila- para que jueguen y recreen estos aprendizajes sin guardar con rigurosidad la coreografía de cada danza, posibilitando el goce y el disfrute que se resignifi ca en la exploración y la improvisación.
Una de las características propias de esta danza es el "andar" lento, pausado y sostenido. Esta danza es propia de las denominadas danzas de salón.
La chacarera es una danza vivaz que, como la mayoría de las danzas folclóricas argentinas, se baila en pareja sin tomarse de las manos. En esta danza los bailarines no se tocan.
La chacarera pertenece al grupo de danzas de ritmo ágil, alegre y festivo. Gozó de la aceptación del ambiente rural y también de los salones cultos del interior hasta fines del siglo pasado, abarcando todo el país excepto el litoral y la Patagonia. Es una de las pocas danzas vigentes, es decir que aún se baila principalmente en Santiago del Estero, Tucumán, Salta, Jujuy, Catamarca, La Rioja y Córdoba.
Esta danza tradicional fue en sus comienzos una variante del cielito, al igual que la media caña. Según algunos autores, una de las variantes del cielito de muchas parejas se bailó con la ayuda de un bastonero al que se le daba el nombre de Pericón, de ahí que la variante de la danza se llamó cielito apericonado; con el correr de los años, esta forma de bailar el cielito fue cobrando importancia y se distinguió de aquel como danza independiente tomando el nombre de pericón. Se bailó desde los primeros años de nuestra independencia tanto en la campaña como en los salones de la región pampeana, el litoral y el centro del país.
Es una danza de conjunto, de parejas sueltas e interdependientes que se baila por lo general, con ocho parejas, utilizando pañuelos, pero este número puede variar siempre que sea par. Las coreografías son variadas.
El candombe es supervivencia del acervo ancestral africano de raíz bantú traído por los negros llegados al Río de la Plata. El término es genérico para todos los bailes de negros: sinónimo pues, de danza negra, evocación del ritual de la raza. Su espíritu musical trasunta las añoranzas de los desafortunados esclavos, que de súbito se vieron transplantados a América del Sur, para ser vendidos y sometidos a duras faenas. Esta danza se convirtió en emblema representativo de la comunidad de proveniencia africana. Según algunos investigadores, el candombe es la génesis de la milonga y luego del tango. En época de colonia, los africanos recién llegados llamaban a sus tambores con el nombre de tangó. Con este vocablo también llamaban al lugar donde los negros realizaban sus danzas candomberas, las cuales además eran denominadas con este término. Con la palabra "tangó" se designaba el lugar, el instrumento y por extensión el baile de los negros. Tango/milonga/candombe es un tríptico musical proveniente de la misma raíz africana pero con distintas evoluciones. Lo típico del candombe es la utilización de los tamboriles y los personajes prototípicos que bailan a modo de comparsa. Proponemos ofrecerles a los niños tambores pequeños y utilizar el disparador de imágenes, de músicas, vestimentas propias del candombe, para provocar en los niños movimientos corporales que los acompañen.
Dado que el pañuelo, con los colores patrios, está presente en varias de nuestras danzas, proponemos jugar con los mismos explorando diferentes maneras de moverlo que involucren la acción corporal.
Desplazamientos
En el lugar
El abanico es un objeto interesante dado que tiene la posibilidad de abrirse y cerrarse, que por su forma y tamaño es de fácil manejo produce viento con su movimiento y por lo tanto, permite múltiples búsquedas ligadas a su uso.
Proponemos estas ideas para enfatizar el vínculo grupal a través del desarrollo sensible de la mirada sobre el propio cuerpo y sobre el cuerpo de los demás.
Juego con arcones:
Algunas informaciones registradas en las búsquedas históricas nos dan mayores precisiones sobre ciertos objetos o vestimentas y su uso. Sugerimos indagarlas para que cada docente pueda seleccionar adecuadamente acorde a las necesidades de su grupo, época del año, experiencia corporal, desarrollo sensible en la exploración de los objetos, repertorios de movimiento, etc. Por ejemplo: si decidiéramos el uso de zapatos, es interesante tener en cuenta aportes como el siguiente:
"El gusto por los zapatos empezó con la llegada de los españoles a nuestras tierras; aunque los nativos usaban sandalias con suelas hechas de fibra natural, los peninsulares trajeron consigo los zapatos cerrados de cuero con lazos de tela y los pequeños bolsos de chinitas que combinaban muy bien con aquellos suntuosos vestidos de las personas de la alta burguesía europea. Así fue como estos accesorios se hicieron parte indispensable de los roperos en aquella época."
Si el docente desea ampliar información, recomendamos revise pasajes de películas tales como: La guerra gaucha, Los gauchos judíos, Camila, Martín Fierro, entre otras, donde se muestran secuencias de danzas típicas de la época colonial.
Es importante considerar que la expresión corporal tiene como objetivo proporcionar un espacio lúdico, de disfrute, donde se pueda intentar, probar, improvisar, aprender con el cuerpo, dando cuenta de sentimientos y emociones, dentro del marco de información histórica y cultural correspondiente al Bicentenario.