Nirvana se compone de tres obras principales: Amanecer Crepuscular, Un día en el paraíso, y Entre lo Posible y lo Real.
Amanecer Crepuscular nos sumerge en una transformación visual donde el día se funde con la noche, simbolizando la continua mutación de nuestra realidad. Esta obra refleja cómo nuestra sociedad tiene el poder de decidir si avanzamos hacia un amanecer de renovación o un ocaso de conclusión, transformando el presente en un exorcismo dialéctico que nos lleva a un mundo mejor. La naturaleza, con sus ciclos perpetuos de cambio y renacimiento, es la inspiración central, recordándonos que el amanecer y el crepúsculo son dos caras de la misma moneda, esenciales para el equilibrio del mundo.
Un día en el paraíso captura la esencia de la perfección y la promesa de un lugar ideal y divino que nos espera más allá de este plano terrenal. Blanco nos invita a creer en la posibilidad de que lo que viene después puede ser verdaderamente maravilloso, en armonía con la naturaleza misma. La obra es un reflejo de la pureza y la belleza inmaculada que se encuentra en los rincones más serenos del mundo natural, un edén que todos anhelamos.
Entre lo Posible y lo Real es un homenaje a lo que fue y a lo que pudo haber sido. Blanco nos invita a abrazar nuestras ausencias con amor y gratitud, recordándonos que la naturaleza misma es un vasto archivo de posibilidades, donde cada bifurcación y desvío en el camino contribuyen a la riqueza del presente. Esta obra nos hace reflexionar sobre la delicada danza entre la realidad y la posibilidad, entre el ser y el devenir, que se encuentra en cada hoja, en cada brisa, en cada rayo de sol.
Cada una de estas obras de gran formato cuenta con su propia música, una composición musical creada particularmente para cada una de ellas por el músico argentino y compositor Diego Araujo.
Estas piezas musicales acompañan y enriquecen la experiencia visual, fusionándose con las obras de arte para crear un entorno multisensorial que invita a una inmersión completa en la naturaleza y las emociones que estas evocan.
En Nirvana, Sergio Blanco amalgama estas visiones con la naturaleza, celebrando no solo su belleza intrínseca sino también su poder simbólico y transformador. En este entorno natural del patio del museo, donde lo artesanal y lo natural se entrelazan, las obras de Blanco encuentran un hogar perfecto, resonando con la armonía y la serenidad que solo la naturaleza puede ofrecer.
Texto Mercedes Cousido.
BIO
Sergio Blanco, artista visual, propone un encuentro múltiple, donde el arte, la música y la naturaleza transportarán al público a conectar con sus emociones. La atmósfera creada por la propuesta hará resonancia de viejas memorias y experiencias vividas invitando al espectador a la reflexión.
Nació en Argentina en 1970. Desarrolla su labor creativa sin contacto con las instituciones artísticas formales. Responde a una fuerte motivación interior y hace uso de materiales y técnicas inéditas. Creador espontáneo navega sin piloto a golpe de intuición prescindiendo de convencionalismos, lo que se denomina arte marginal o Art Brut.
Expuso, en Casa Batlló, el icónico edificio diseñado por Antonio Gaudí, en diciembre de 2022. También en Milán y Fuerteventura, Islas Canarias, de la mano de M.A.D.S Gallery. En Buenos Aires en la Galería de arte de Anselmo, participó en varias ediciones de BADA.
Buenos Aires, Septiembre 2024
Fernanda Akian
Curadora Independiente
Hasta el 16 de diciembre de 2024 se puede visitar la muestra