Miércoles 26 de Enero de 2022

El propósito de Rosario Vera Peñaloza: enseñar la naturaleza para enseñar todas las cosas

«Haremos que la naturaleza sea parte de su propia vida, que la sienta en sus poderes, que la ame en sus beneficios y la admire en sus bellezas», escribió Rosario en 1916.

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Rosario Vera Peñaloza en sus publicaciones y cursos brindó a los maestros herramientas pedagógicas renovadoras para la educación de la infancia. Los niños son los actores principales y el maestro, la guía indispensable en el proceso de aprendizaje.

En «El Monitor de la Educación Común. Órgano del Consejo Nacional de Educación» publicado el 30 de septiembre de 1916 difunde un sistema para la instrucción de primero, segundo y tercer grado en un texto titulado «Enseñanza de la naturaleza» (El Monitor de la Educación (1916) Consejo Nacional de Educación).

Rosario requiere del maestro: «familiarizar al niño con las llamadas propiedades de la materia, comprende esa serie de lecciones objetivas que llevan el nombre de lecciones de cosas, cuando se busca la ejercitación del tacto, en sus impresiones de contacto, doloríficas y térmicas; de color, cuando se ejercita la vista en la apreciación; la forma, cuando se propugna que el niño se familiarice con la diferencia visto- tacto- muscular de la forma en sus dimensiones y extensión; de número, cuando distingue y compara cantidades; y finalmente, de lugar, cuando se ejercita su orientacion en fijar la ubicación de los objetos».

Organizó las actividades siguiendo los intereses de la infancia: «Dar al niño su anhelo de descubrir, de conocer con su proceso de observación, comparación y experimentación, aplicado a las distintas manifestaciones de la naturaleza».

Sostuvo el saber escolar basado en el conocimiento de nuestra tierra. Capacitó maestros para que prepararan material aprovechando los elementos regionales. «No son, por tanto, los asuntos los que faltan; los hay por centenares que pueden ser presentados al niño en la naturaleza misma, reconstruirlos en sus trabajos manuales; ejemplificarlos en sus juegos y hasta servir de tema para sus cuentos». En «la historia de la naturaleza deben entrar el mito y la leyenda», explicó la reconocida «Maestra de la Patria».

«El niño llega a nuestras aulas escolares con una suma de adquisiciones hechas en el mundo que lo rodea». Rosario Vera Peñaloza (1916).