Pintura de generosas dimensiones, el retrato al óleo del músico Juan de Dios Filiberto por el pintor Carlos Veneziano, es una obra bien lograda, de fuerte expresividad que capta con sensibilidad la recia personalidad del ilustre compositor boquense. Veneziano no solo interpreta la figura del retratado, sino que también simboliza la rica tradición cultural de la Boca, arrabal que ha sido cuna de muchos artistas y músicos a lo largo de su historia.
Filiberto (1885-1964) es reconocido como la más alta expresión musical del barrio. Autor de composiciones como Caminito, Clavel del aire, Quejas de bandoneón, Malevaje, El pañuelito, todas ellas exitosos ejemplos de tangos que contribuyeron al fortalecimiento de este género musical en el mundo. Su música captura la esencia del sentimiento porteño, combinando melancolía y pasión.
El autor de este retrato es el artista Carlos Veneziano (1914-2003), popular pintor de la barriada boquense. Nacido en la Vuelta de Rocha, una vez egresado de la Academia Nacional de Bellas Artes, en 1937, con el título de Profesor Nacional de Dibujo, siguió un curso de pintura con el artista Marcos Tiglio, frecuentando además el taller de Miguel C. Victorica, deseoso de recibir los consejos de este prestigioso gran maestro de la plástica nacional.
Se desempeñó, luego, en la Cátedra de Dibujo de la Escuela Pedro de Mendoza, de la Boca. Estuvo relacionado a instituciones señeras del barrio, como el Ateneo Popular de La Boca y la Agrupación de Gente de Arte y Letras Impulso, realizando en esta última varias muestras individuales. Tuvo su casa-taller en la calle Palos 788 y más tarde en Necochea 450, la Boca.