Una de las preocupaciones que aparecen a medida que envejecemos es qué va a pasar con nuestro cerebro. Quizá, en vez de ello, sería mejor plantearnos qué tipo de actividades podemos realizar para aumentar la plasticidad cerebral y el mantenimiento saludable de las neuronas.
Algunas propuestas son:
Evitar el sedentarismo. El ejercicio físico debe formar parte de nuestra rutina diaria (en la medida de lo posible). Caminar, hacer gimnasia, yoga, bailar..., cada uno elegirá la actividad que más le convenga o, en su defecto, la que su médico de cabecera le recomiende.
Aprender algo nuevo. Un idioma demanda un gran desafío, por la atención, concentración y el estudio que requiere, aptitudes que mantienen en alerta el sistema neuronal, el cual trabaja conforme a las exigencias que le hacemos.
Leer en voz alta. Esta actividad activa los circuitos cerebrales.
Escribir. Cuentos, poemas, un diario personal, lo que quieras. Escribir, al igual que la lectura, activa los circuitos cerebrales.
Modificar nuestras rutinas. Aprovechá para salir a pasear, ir al cine o al teatro.
Conversar. Conectar con amigos, reunirnos y nutrirnos de la conversación no sólo de personas de la misma franja etárea sino con gente de distintas edades, enriquece, flexibiliza y nos ayuda a entender y a adaptarnos con mayor facilidad al mundo de hoy.
Cambiar de ambiente .Si se tiene la posibilidad pasar unos días en el campo, la montaña o el mar aprovechando el aire puro en un estado distendido, también ayudará a purificar nuestro cerebro.
Disfrutar de la música. Escuchala, ejecutala y disfrutala. La experiencia musical contribuye a mejorar la memoria visual, auditiva y espacial. La música calma, cura y ayuda a evitar trastornos de ansiedad y depresión.
Si deseamos estimular nuestro cerebro, no nos detengamos y comencemos a trabajar ya mismo.
Prof. Nora Avruj