Lorenzo Gigli. San Fernando 1956-1970

Una retrospectiva que conjuga pinturas, dibujos, esculturas en cemento directo y croquis en tinta.
Del 11 de junio al 15 de agosto de 2016

Compartir en redes

La exposición reúne pinturas y dibujos, una serie de esculturas en cemento directo patinadas con ácidos y óxidos, compuesta por la serie “Toros” y la pieza de gran formato “Astronauta”, dispuesta en una base giratoria.

Incluye además varios paisajes de barrios bajos cercanos al río en San Fernando y al Canal de San Fernando, con sus habitantes y casas típicas elevadas por las crecidas, así como croquis en tinta concebidos a modo de estudios para las pinturas y esculturas del artista entre los años 1956 y 1970.

“Polifacético en los recursos, con una temática versátil marcada por amor a la tierra, a los valores de la vida simple, a otros seres vivos”.

“A lo largo de su producción los cambios de lenguaje adquieren significación y coherencia desde una relación directa entre la forma, el contenido y la técnica. Asimismo, distintos aspectos y matices aparentemente contradictorios enriquecen su obra. Por ello apreciamos tanto silencio, ternura, intimidad y gracia a la vez que patetismo, dolor y muerte en la obra de Gigli", destaca Ivana Sicolo, del Área de Investigación y Archivo del Museo Sívori.

“Elaboró pacientemente su propia técnica y siempre al adecuó al tema que se propuso trabajar –continúa Sicolo–. Su tópico se caracterizó por un vigoroso realismo alejado de toda falsedad y facilismo. No tuvo prejuicio de la exactitud, tuvo más bien pasión por una verdad que supo extraer de los objetos estudiados. (…)

Lorenzo Gigli pintó, modeló, grabó y dibujó como vio y vivió su entorno. Asido fuertemente a sus orígenes de Recanati, Italia, resignificó en su producción con destellos de esa raíz. Surgieron tal vez así, los paisajes de San Frenando donde residió y retomó la escultura, recurso plástico que sintió, en la madurez, como una deuda pendiente. Para el autor, las pequeñas cosas constituyen verdades universales, que marcan el ritmo del destino. Y esas pequeñas cosas: la naturaleza, el hombre y su familia, el amor, la hermandad, el trabajo, el nacimiento y la muerte fueron las que inmortalizó en su obra”, finaliza.

Sobre el artista

Nacido en Recanati, Marche, Italia en 1896, Lorenzo Gigli llega a la Argentina en 1913 y se inscribe en la Academia Nacional de Bellas Artes. Alumno de Pío Collivadino y Carlos Ripamonte, egresa de la academia en solo dos años teniendo como compañeros a Lino Enea Spilimbergo y María Teresa Valeiras, quien luego se convertirá en su mujer.

Luego realiza dos viajes a Italia. Reside en Recanati entre 1927 y 1929, período en el que pinta con intensidad la campagna marchigiana y sus personajes y envía obra a dos Bienales de Venecia en forma consecutiva.

De regreso a la Argentina se nacionaliza a fin de asumir como Profesor Titular de la materia Dibujo a mano alzada en la Facultad de Arquitectura de la Universidad de Buenos Aires. Enseña también en la Academia de Bellas Artes y en el Colegio Otto Krause. Algunos de sus más destacados alumnos don Guillermo Roux, Antonio Pujía, Julio Le Parc, Julio Racioppi y Gastón Breyer, entre otros.

Gigli se establece en el barrio de Saavedra, en la Avenida San Isidro, junto a su mujer María Teresa y sus hijos María Adelaida y Lorenzo Aleandro hasta jubilarse, en 1956. Posteriormente se muda a San Fernando, donde concibe su producción de esculturas y continúa su prolífera producción de pinturas y dibujos al grafito. El artista continúa pintando y dibujando ininterrumpidamente hasta su muerte, en 1983.