Miércoles 03 de Febrero de 2016

Biografía de Carlos Gardel por Enrique Espina Rawson

BIOGRAFÍA

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“Soy francés, nacido en Toulouse, el 11 de diciembre de 1890 y soy hijo de Berthe Gardes. Hago constar expresamente que mi verdadero nombre y apellido son Carlos Romualdo Gardes, pero con motivo de mi profesión de artista, he adoptado y usado siempre el apellido “Gardel”, y con este apellido soy conocido en todas partes”
Con estas palabras, escritas en su testamento, Carlos Romualdo Gardes, aclara sintética y definitivamente su lugar y fecha de nacimiento y su filiación. También, en algún reportaje dijo humorísticamente, pero con entera verdad, que había nacido a los dos años y medio en Buenos Aires. A nuestro puerto había llegado, desde Burdeos, y de la mano de su madre el 11 de marzo de 1893, a bordo del vapor “Dom Pedro”, según constancia de la Dirección Nacional de Inmigraciones Berthe Gardes se desempeñó, en esos años iniciales, como planchadora, procurando esforzadamente el sustento de ambos, y luego pagando los estudios primarios de Carlos, primero en el Colegio San Carlos (Pío IX), y luego en el San Estanislao, donde finalizó el 6to. Grado, nivel de instrucción al que no todos llegaban por esos tiempos. Muy temprano, el niño comprende la realidad de la vida, de la dura vida cotidiana, y colabora como puede con los ingresos familiares, a veces como aprendiz de cartonero, o de joyero, o de tipógrafo, pero, afortunadamente, nada de esto era para él. Descubre, o vislumbra el derrotero que lo habría de llevar a su destino, al pisar el escenario de un teatro. Seguramente, llevando alguna ropa planchada por su madre al camarín de algún artista, quizás del Politeama, o del Sarmiento, tal vez del San Martín…Allí queda absorto mirando el movimiento de aquellas personas, corriendo decorados, subiendo telones, bailarinas ensayando sus pasos, artistas declamando a viva voz, todo esto en un maremágnum de martillazos, órdenes, y exclamaciones mezcladas con el estrépito de los músicos afinando sus instrumentos en el foso. En esos escenarios de su niñez, y en tantos escenarios que aún no conocía transcurriría la vida artística del Gardel que aún no era, y en ellos cimentaría la fama que, sin decaer, subsiste como una leyenda viva que nos precedió y que nos trascenderá. Demás está decir que el chiquilín Gardes forma de inmediato en las huestes de voluntarios y aprendices, que tanto servían para alcanzar una herramienta, ayudar a subir los telones, lustrar un par de zapatos o comprar cigarrillos en el kiosco de la esquina. La paga era tan despareja como la tipificación de sus tareas, algún vuelto de los mandados, monedas claro, o algo de comer la mayoría de las veces, alguna ropa en desuso…no importaba. El salario era otro, y era nada menos que el aprendizaje. En esa escuela viviente, Gardel absorbía todo. No sólo las melodías que formaron su oído musical, sino los gestos, la mímica, la impostación de la voz, la expectativa que crea la pausa bien colocada…todo eso fue la paga incalculable que recibió observando tras bastidores las actuaciones de las grandes figuras del drama, la comedia y la ópera de esos años.

SUS INICIOS
Algo más adelante, comienza a frecuentar a una barra de muchachos de su edad que vivían en las inmediaciones del gran Mercado de Abasto, de Corrientes entre Anchorena y Agüero. Se aquerencia especialmente en un popular restaurante y cantina, en donde es afectuosamente recibido por sus dueños, los hermanos Traverso, y muy especialmente por quien regenteaba el establecimiento: Constanzo, apodadoYiyo, que le prodiga un trato paternal En ese “O´Rondemán” iniciático de Agüero y Humahuaca, Carlos se enfrenta con algo mucho más importante aún, que la comida y la estima que generosamente le brindan los parroquianos del boliche. Esa concurrencia habitual, por las noches se multiplica hasta quedar mucha gente sin mesa y sin lugar en el estaño. Es que ya no era concurrencia: Era público. Allí, al mirar a toda esa gente grande pendiente de sus canciones malamente acompañadas por rudimentarios rasguidos de guitarra, descubre este chico el don que traía desde la cuna. Su fama trasciende a otros barrios, y en 1911 asiste a una reunión convocada por un vecino, de apellido Gigena, a la que también concurre otro muchacho cantor, oriental, llamado José Razzano.

EL DUO GARDEL-MARTINO
Luego que cada uno canta su repertorio de canciones, alguien propone que conformen un dúo. Tanto Gardel como Razzano aceptan en principio la idea. Piensan iniciar una gira por pueblos de la provincia de Buenos Aires, como para pulsar el ambiente y ver que aceptación podían lograr ante el público. Se suma a este proyecto, más una aventura que otra cosa, otro cantor y guitarrero, Francisco “Pancho” Martino, pero, ya listos para partir, Razzano debe abandonar a sus compañeros por problemas familiares, siendo así que esta primera gira es emprendida por Gardel y Martino Los resultados, por cierto, no fueron brillantes. De vuelta en Buenos Aires se presentan, ya esta vez como el trío Gardel-Martino-Razzano en un festival que se realiza en la Casa Suiza, Rodríguez Peña 254. Allí, entre el público, se encontraba un cantor y compositor cuyano, Saúl Salinas, con quien, posteriormente, realizarían también otra gira, esta vez como cuarteto.

SUS PRIMERAS GRABACIONES
Gardel, como solista, realiza sus primeras grabaciones en 1912, para la Casa Tagini, representante de los sellos Columbia. Son catorce placas -se sostiene que serían quince en total, habiéndose extraviado una de ellas, titulada “El prisionero”- en las que Gardel con el sólo acompañamiento de la guitarra que pulsa interpreta temas en boga del repertorio más o menos “criollo” de la época. No se advierte en su canto diferencias esenciales con otros artistas de su tiempo, y salvo en contados pasajes, no se vislumbra al Gardel posterior. De todas maneras, estas piezas constituyen un valioso aporte documental a la historia de la música popular argentina.

EL DUO GARDEL-RAZZANO
Luego de algunos ensayos, queda conformado por fin el cuarteto GARDEL-SALINAS-MARTINO-RAZZANO, decidiéndose realizar otra gira por la provincia. Luego de presentaciones en Zárate y San Pedro, Salinas abandona el plan, y así queda reducido el número a un trío. Pancho Martino, a su vez, también abandona sus aspiraciones artísticas, y así, por descarte, queda definitivamente constituido el dúo Gardel-Razzano. Es en diciembre de 1913 que obtienen el primer éxito significativo, al ser contratados por el cabaret Armenonville, el más lujoso y selecto de Buenos Aires para cantar por las noches ante la distinguida concurrencia. Luego actúan en el teatro Nacional, y ya en adelante se suceden las presentaciones en cines, teatros y giras por el interior. En 1915 viajan a Montevideo, y luego a Brasil.

CASI UNA TRAGEDIA
El 11 de diciembre de ese año, Gardel festeja su cumpleaños en compañía de unos amigos, entre ellos los actores Carlos Morganti y Elías Alippi , concurriendo al famoso Palace de Glace. A la salida tienen un incidente con una barra de provocadores, que no pasa a mayores por la presencia casual de un agente de policía. Salen en un automóvil, y en la esquina de Avenida Alvear (Hoy Avenida del Libertador) y Agüero se renueva el episodio. Gardel desciende del coche y es recibido con un balazo por uno de los agresores. En un principio fue trasladado a la Asistencia Pública y de allí al Hospital Ramos Mejía, donde quedó internado. La bala no fue extraída, considerándose que era menor riesgo no movilizarla, y así quedó alojada para siempre en su pulmón izquierdo El 3 de enero de 1916 reaparece ante el público en el Gran Parque Central de Montevideo. Allí actúan unos días en distintas salas, luego se presentan en La Plata, y en Mar del Plata, retornando en mayo a Buenos Aires, continuando con sus habituales actuaciones en los escenarios porteños.

DOS GRANDES ACONTECIMIENTOS
En abril de 1917 comienzan las grabaciones del dúo para el sello Nacional Odeón, de la CasaMax Glucksman. Ya contaban, además de su acompañamiento personal, con el del guitarrista José Ricardo, destacada figura en el ambiente musical de la época. Este acontecimiento amplía enormemente el conocimiento del público y la difusión de su repertorio, hasta entonces basado exclusivamente en las presentaciones personales. También este año se produce un acontecimiento que marcará el rumbo definitivo de la trayectoria artística de Carlos Gardel. Es simplemente la ejecución de un tango cantado en público, con letra de Pascual Contursi, sobre un tango instrumental del pianista Samuel Castriota, que este había bautizado “Lita”. Esta nueva versión fue denominada “Mi noche triste”, y a pesar que se asegura que fue estrenada por Gardel en el teatro Esmeralda (hoy Maipo), evidencias documentales probarían que, en realidad, este hecho se produjo en el desaparecido Teatro Empire, ubicado en la esquina noreste de Corrientes y Maipú. Como quiera que haya sido, esto significó el nacimiento del tango canción, género que inauguró Gardel y que tantos éxitos le valieron en su rutilante carrera artística. El dúo continúa este año con sus cada vez más cotizadas presentaciones, viajando a Chile, y actuando en Santiago y en Viña del Mar. Luego Mendoza, Rosario, y finalizan el año actuando en el teatro 18 de Julio de Montevideo. Sería interminable transcribir las presentaciones del dúo, año por año, pero si cabe señalar un acontecimiento que tuvo gran trascendencia y repercusión en los medios de entonces.

VIAJE A ESPAÑA EN 1923
A mediados de este año, los cantores comprometen su presencia para actuar en Madrid con la famosa compañía teatral Rivera-De Rosas. Se harán cargo de lo que por entonces se llamaba “fin de fiesta”, que consistía en un agregado extra de música, bailes y canciones que se ofrecía al final de las representaciones. Cabe señalar que a su acompañamiento musical se había sumado tiempo antes un segundo guitarrista, Guillermo Barbieri, quien se destacaría posteriormente como gran compositor de piezas fundamentales del repertorio gardeliano. Debutan el 10 de diciembre con gran éxito y suceso de prensa y público, prolongándose su presencia en Madrid por casi un mes. Este viaje representó para Gardel una valiosa experiencia, que le sería de gran utilidad para sus posteriores contratos y presentaciones en el exterior. También, luego de estas actuaciones, acontece un hecho familiar muy importante para su vida íntima. Junto a Razzano viaja a Toulouse, para visitar a su familia materna, aprovechando que doña Berta ya estaba allí desde un tiempo antes. Allí conoce, puede decirse, a su tío Jean y a su abuela, a quienes prácticamente no recordaba. Luego de permanecer unos días en Toulouse, parten a París, donde pasean y descansan un corto tiempo, regresando a Buenos Aires a bordo del “Giulio Césare”, el 13 de febrero de 1924.

DISOLUCIÓN DEL DÚO
Esto tiene lugar el 30 de septiembre, y, debemos aclarar que desde hacía mucho tiempo el dúo tenía poco de tal. La inmensa mayoría de las grabaciones y del repertorio presentado en salas y teatros eran solos de Gardel. Interpretaciones del dúo, poquísimas, y solos de Razzano ninguno. En realidad, este se hacía cargo, más que de las interpretaciones, de la parte administrativa del dúo, concretando contratos, eligiendo repertorio y tratando con la empresa Odeón los temas referidos a grabaciones y derechos de ambos. Quizás una de las últimas actuaciones juntos, fue en 1925 durante la visita al país del Príncipe de Gales, en agosto de ese año. De ese encuentro, llevado a cabo en la suntuosa estancia “Huetel”, de doña Concepción Unzué de Casares, quedó una muy extensa y sabrosa crónica del diario “La Razón”. Una artimaña de Gardel permitió esta nota. Estaba vedada la entrada al periodismo, pero el cronista de “La Razón” pudo acceder a la fiesta en la estancia, gracias a que Carlos le prestó un smoking, y lo presentó como secretario del dúo. Lo cierto es que ese año, por problemas en su garganta,Razzano abandona sus actuaciones. Gardel, con toda generosidad, le ofrece hacerse cargo de sus contratos tal como venía haciéndolo hasta el momento, y participando del 40 % de las utilidades, aún de las generadas por Gardel en sus actuaciones en Europa, y por si esto fuera poco, seguir figurando en los discos de Carlos Gardel la leyenda “Dúo Gardel-Razzano” El 17 de octubre de ese año parte nuevamente para España Carlos Gardel, siempre con la compañía Rivera-De Rosas, y con la sola colaboración de José Ricardo, ya que Barbieri no pudo ser esta vez de la partida. Viajarán en el “Principessa Mafalda”, que se hundiría frente a las costas de Brasil dos años después ocasionando una de las grandes tragedias del mar. Gardel graba en los estudios Odeón de Barcelona, fundamentalmente tangos. Había ido contratado por diez días y actuó casi dos meses en Barcelona y en Madrid.

GRABACIONES ELÉCTRICAS
El año 1926 trae una innovación técnica que significará un acontecimiento de proporciones: la grabación eléctrica. Cabe recordar aquí que hasta ese momento las grabaciones no habían tenido avance alguno digno de mención, pues se seguían haciendo con el único sistema conocido: el acústico, vigente desde los años anteriores al 1900. Las tres primeras versiones registradas por Gardel con Ricardo y Barbieri del 8 de noviembre de 1926 tienen notorias fallas técnicas, así es que por un tiempo más Gardel seguirá grabando con el sistema tradicional, Pero ya a partir del 30 de noviembre las grabaciones serán registradas con el nuevo sistema. Sería interminable consignar en esta reseña las actuaciones de Gardel en cines, teatros, festivales, actos especiales a beneficio de entidades benéficas Pero si digamos que, en una escena que se repetirá todos los años sucesivos, Gardel se embarca en 1927 rumbo a España en el “Conte Verde” junto con sus guitarristas Ricardo y Barbieri. También es de la partida su gran amigo, el periodista y crítico de teatro Edmundo Guibourg quien viaja comisionado como representante del diario “Crítica” en Europa. En España actúa a partir del 23 de noviembre con el éxito de siempre en las principales salas de Madrid y Barcelona, ciudad en la que, además, graba numerosos temas en los estudios Odeón, como venía haciendo de años anteriores. También actúa en radios de Barcelona, y, en fin, se prodiga multiplicando sus presentaciones que son seguidas en detalle por la prensa local. Allí, en esa ciudad, firma contrato para presentarse en octubre de 1928 en París, lo que constituía, en ese momento, la cumbre de sus aspiraciones ya que, en esos años, triunfar en París era triunfar en el mundo. A fines de mayo de 1928 se embarca con sus guitarristas en el “Conte Rosso”, arribando a Buenos Aires el 14 de junio.

PARÍS
En Buenos Aires prosigue con el vertiginoso ritmo que imprime a sus tareas. Nada falta, como de costumbre, cines, teatros, grabaciones, festivales, radio, notas en diarios y revistas, y así hasta el 12 de septiembre, día en que se embarca con su séquito en el “Conte Verde”, rumbo a Barcelona. Séquito parece un término exagerado, pero si consideramos que Gardel viajaba con sus guitarristas Ricardo, Barbieri y José M. Aguilar (recientemente incorporado), su manager para Europa, Luis Pierotti, su lujoso auto Graham Paige recién traído de Europa y su chofer Antonio Sumage (el “Aviador”) no lo es tanto. Gardel y su comitiva desembarcan en Barcelona, y de inmediato emprenden viaje en automóvil hacia Francia. Llegan a Toulouse por la noche, y al día siguiente, luego de visitar a su familia, el cantor y sus acompañantes siguen viaje a París. Debía debutar el 30 de septiembre en el Teatro Fémina, de ChampsElysées, en un gran festival a beneficio de las víctimas de un terremoto de la colonia francesa de Guadalupe. Su presentación, junto a los principales números artísticos de Francia constituye un éxito enorme. Dos días después, debuta en el cabaret “Florida”, como artista principal permaneciendo en él cuatro meses continuos. Graba discos en la “Odeón” de París, participa de un acontecimiento anual-el Bal des PetitsLitsBlancs- en el Teatro de la Opera, con la presencia de autoridades y las más encumbradas figuras de los escenarios parisinos. En fin, luego pasa al Casino de Cannes, en la Costa Azul, de allí vuelve a París, al Teatro Empire, sigue grabando largas tandas de discos, en abril es contratado para cantar durante veinte días en el Principal Palace, de Barcelona, de allí al Teatro Avenida, de Madrid. En ese período se desvincula el negro José Ricardo, quien había acompañado a Gardel por once años. Llegan a Buenos Aires, luego de tan larga gira, el 17 de junio de 1928.

JEAN JAURES 735
Gardel deseaba tener una casa acorde con los gustos de su madre. Doña Berta no se hallaba satisfecha viviendo en departamentos. Se hallaban, de hecho, habitando uno muy bueno, en un edificio elegante y recién construido, de muy generosas dimensiones, en Rincón 137, muy cercano al Café de los Angelitos, al que Gardel concurría habitualmente junto a su barra de amigos. Es así que Gardel,al adquirir la casa donde hoy funciona el Museo, le dio una sorpresa muy grata a doña Berta. Las razones de la operación eran simples. A más de que con esta compra aumentaba su patrimonio, a Carlos le preocupaba que su madre quedara sola en las extensas giras que él emprendía, y sabía que estas, lejos de disminuir, serían quizás más prolongadas, en virtud de su seguro afianzamiento como artista internacional. No ignoraba que desde Buenos Aires no iba a lograr sus objetivos de consagración universal. Así decidió la compra de esta casa sin conocerla, durante un viaje a Europa, entregando algo de dinero y el saldo financiado con un crédito del Banco Nación, (por entonces muy ventajosos y accesibles),que se saldaba en cuotas casi equivalentes al pago de un alquiler. Pero esto, además de que su madre se sintiera cabalmente dueña de casa, le permitió llevar allí a vivir a doña Anais Beaux y a su compañero, don Fortunato Muñiz.Anais Beaux, mujer buena, trabajadora y sencilla, fue quien le procuró trabajo a doña Berta a su llegada a Buenos Aires, y la protegió como amiga y compatriota. Podría decirse que era casi la única amiga que tenía doña Berta, así ¿qué mejor que vivieran juntas y que hubiera un hombre en la casa el tiempo que Carlos estaba afuera? Por supuesto que doña Berta faltaba también de la casa durante largas temporadas, en las que se ausentaba a Toulouse a visitar a su hermano, y a una prima muy querida residente en Albi, ciudad cercana a Toulouse. Podrían madre e hijo viajar tranquilos, sabiendo que la casa estaría perfectamente cuidada en su ausencia, y que a su regreso habría corazones amigos esperándolos. Por supuesto, no hace falta aclarar que los Muñiz no deberían gastar en nada, corriendo todo por cuenta de Carlos, que siempre estaba al tanto de todo, y se desvivía por el bienestar de su madre, y de doña Anais y don Fortunato, a quienes mencionaba siempre como “mis queridos viejitos”, ya que los quería como si fueran sus padres.

EL FILM SONORO
Desde 1927 el cine avanzaba hacia lo que se consideraba casi un imposible: incorporar sonido a la imagen. Diversos experimentos ensayados, tales como la sincronización de discos con algunos parlamentos o canciones de las películas,no llegaban a conformar un método práctico. El éxito completo y definitivo se logra finalmente con la impresión del sonido en la banda del film. Esta novedad trastoca toda la rutina de los grandes estudios, que deben adaptarse técnicamente para producir según el nuevo sistema. Estrellas de la cinematografía se desvalorizan de la noche a la mañana por no poseer voces microfónicas, y, por el contrario surgen otros astros, especialmente los vinculados a la canción. Son posibles ahora las comedias musicales, que en el cine mudo carecían de sentido. Gardel, ya en 1917, había filmado para el cine mudo, una película dirigida por el dramaturgo De Filippis Novoa sobre la novela de Hugo Wast, “Flor de durazno” y, por supuesto, estaba pendiente de todas las innovaciones técnicas que venían sucediéndose en la industria cinematográfica. Es así que en 1930, cuando llega esta novedad a Buenos Aires, es el primero en filmar con este sistema unos cortos en los que canta sucesos de su repertorio, como “Mano a mano”, “Yira-yira”, “El carretero” y “Viejo Smoking”, en algunos temas dialogando con Francisco Canaro, que lo acompaña en dos interpretaciones, y también con Discépolo, Celedonio Flores y Arturo de Nava. Estos cortos fueron las primeras grabaciones del “film sonoro”-como se le decía entonces-en nuestro país.

FILMACIONES EN FRANCIA
El 6 de diciembre de 1930, Gardel, acompañado de sus guitarristas Barbieri, Aguilar y Riverol se embarca en el trasatlántico “ConteRosso” rumbo a Francia. Llegado a París se presenta en el Teatro Empire durante dos se-manas, y en febrero es contratado para actuar en Niza. Viaja allí para estar unos días con él, su entrañable amigo Ireneo Leguisamo. Durante estas actuaciones, se desvincula de su acompañamiento el guitarrista José M. Aguilar. En mayo, luego de intensas gestiones y aprovechando la presencia en París del sexteto de Julio de Caro, y de la Compañía de Revistas del teatro Sarmiento, que incluía conocidas figuras como Sofía Bozán, Gloria Guzmán, y Pedro Quartucci, Gardel filma en los estudios Paramount de Joinville, “Las luces de Buenos Aires”. Gardel canta en ese film dos temas, uno de su autoría junto a Manuel Romero, letrista de gran trayectoria y director de la Compañía, el tango “Tomo y obligo”, de enorme repercusión y una canción de corte criollo: “El rosal”, de Mattos Rodríguez y Romero. Esta película tuvo gran éxito en todos los países de nuestra lengua y constituyó el lanzamiento de Gardel, ya como figura cinematográfica. Paralelamente a la filmación de la película, Gardel se presenta todas las noches en el Teatro Palace, y graba en los estudios de Odeón. En la madru-gada del 20 de agosto de 1931, a bordo del “Conte Verde”, retorna Gardel a Buenos Aires.

PRESENTACIÓN EN EL CINE-TEATRO BROADWAY
El 1ro. de septiembre Gardel inicia sus actuaciones de radio en Buenos Aires. Será en la ya desaparecida Radio Casa América, y el 11 de septiembre, a las 23,30 hs debuta en el flamante e imponente Cine-Teatro Broadway. De estas presentaciones ha quedado para la historia una extensa nota de Carlos de la Púa, seudónimo del poeta lunfardo y periodista Carlos Muñoz, también conocido como “el malevo Muñoz”, aparecida en “Crítica” el diario más popular de esos años el 15 de septiembre de 1931, con el título de “CHE, CARLITOS….LARGA LA CANZONETA”.En síntesis, y en un lenguaje muy pintoresco, Muñoz, luego de hacer un entusiasta elogio de su actuación hasta ese momento, le reprochaba a Carlos que cantara una canzoneta. Se trataba de “Como se canta en Nápoles”, luego grabada por Gardel. Resumía el enojo de quienes, como él, no soportaban que Gardel cantara otra cosa que el repertorio porteño de tangos, valses y milongas. Lo curioso es que la crítica, además de arbitraria, resultaba anacrónica, ya que Gardel, desde sus comienzos, notoriamente, había cantado y grabado todo tipo de géneros musicales. Justamente por esos días se hallaba actuando en Buenos Aires una conocida orquesta de música melódica y jazz, que dirigía el músico KalikianGré-gor, quien, casualmente, había trabado amistad con Gardel durante sus actuaciones en Niza. Gardel, acompañado por la orquesta de Grégor, graba varios temas en francés, obviamente haciendo caso omiso de las bien intencionadas pero absurdas críticas de su amigo.

FINANZAS
Un hecho fundamental para las finanzas de Carlos ocurre por esos días. Disgustado y alarmado por las rendiciones de cuentas (o la falta de) por parte de su hasta entonces amigo y administrador José Razzano, Gardel revoca el poder que oportunamente le había otorgado, y extiende uno nuevo a nombre de Armando Defino, a quien conocía de hace años, y cuyos consejos acata en gran medida a partir de ese momento. Este cambio significó para Gardel una gran tranquilidad, pues pudo zafar de una situación casi ruinosa, que ignoraba hasta ese instante, y salir a flote nuevamente. A partir de ese momento, Gardel obligado a llevar su propia administración junto con Defino, se descubre, para sorpresa propia y ajena, como un excelente empresario. Luego de dejar grabadas varias interpretaciones de los últimos temas, Gardel se embarca nuevamente en el “ConteRosso” el 28 de octubre de 1931. Viaja solo, ya que debe cumplir con filmaciones de películas en Joinville, y por el momento, no necesita de sus guitarristas. Además piensa tomarse unas largas vacaciones, imponiendo algo de descanso a su ritmo de trabajo. Aprovecha para conocer varias ciudades de Europa, y dedicarse a considerar sus planes futuros.

NUEVAS PELÍCULAS EN FRANCIA
Gardel, de paso por Barcelona, registra varios temas con el acompañamiento de Juan Cruz Mateo al piano, Rafael Iriarte en guitarra y J. Solsona en violín. Mateo había sido pianista en la orquesta de Manuel Pizarro, y Rafael Iriarte (el Rata) era viejo amigo de Carlos de Buenos Aires. Solsona era recomendado de Imperio Argentina, a quien acompañaba en sus presentaciones. Otro acontecimiento fundamental se produce ese año, y que tendrá una importancia decisiva en el futuro de Gardel. En París se conecta con Alfredo Le Pera, periodista de larga actuación en Buenos Aires y que se hallaba viviendo en Francia, realizando tareas para la Paramount. Esta vinculación de Le Pera con la empresa facilitaba muchas cosas en vistas a las tareas futuras. Entre los meses de septiembre a noviembre de 1932 Gardel filma tres películas en Joinville. Dos de ellas sin mayor repercusión, debidas en gran parte a la caótica intervención de directores y argumentistas con poca experiencia, y con opiniones encontradas con las de Le Pera y Gardel. Son “Espérame” y “La casa es seria”. Finalmente, en “Melodía de Arrabal”,filmada junto a Imperio Argentina y Vicente Padula, Gardel se aproxima algo más a lo que intentaba. Pero, no se debe olvidar que no era fácil completar un elenco homogéneo. En su mayoría integrado por españoles y latinoamericanos, el cuadro de artistas que acompañaba a Gardel, no daba con plenitud la autenticidad que se requería para situaciones ambientadas en Buenos Aires. No obstante, la presencia de Gardel compensaba estas fallas, y la película se convirtió en un éxito, especialmente por la interpretación de dos tangos, “Melodía de arrabal” y “Silencio”, que se convierten en grandes clásicos casi de in-mediato. Cabe mencionar que, al equipo que formaban Gardel y Le Pera, se habían sumado dos artistas que residían en París. Uno, Mario Batistella, que colaboró en los argumentos y la letra de las canciones, y Horacio Pettorossi, guitarrista de larga actuación en Europa, y autor de varios tangos grabados por Gardel, por ej. “Fea”, “Lo han visto con otra” y “Galleguita”. También es destacable la apertura que en ese film realiza Gardel hacia otros géneros, al componer junto con Batistella, Le Pera y el músico francés Marcel Lattés la celebrada canción “Cuando tú no estás”.

ULTIMO AÑO DE GARDEL EN BUENOS AIRES
Este año fue decisivo para Gardel, y constituyó una bisagra en su carrera, ya que lo determinó a cambiar el eje de sus actuaciones, hasta ese momento constituido por Buenos Aires, Uruguay, España y Francia, proyectándolo hacia la conquista del gran mercado de Estados Unidos, hasta entonces prácticamente inexplorado por nuestra música, salvo esporádicos intentos irrelevantes. Gardel incorpora a Pettorossi a su acompañamiento, quedando así integrada la línea con Barbieri, Riverol, y Vivas, y parece multiplicar su actividad. Giras por el interior, presentaciones en el Teatro Nacional con la obra “De Gabino a Gardel”, actuaciones en radio, también giras en el Uruguay, grabaciones de discos, entre ellas las primeras en las que un intérprete hace dúo consigo mismo, mediante regrabación de la segunda voz sobre la placa ya impresa, y, fundamentalmente, la firma de un contrato para cantar ante los micrófonos de la National Broadcasting Company, de Nueva York, quizás la radio más importante del mundo, en programas que serán transmitidos internacionalmente. Allí hará su debut el 30 de diciembre.

VIAJE A FRANCIA Y A ESTADOS UNIDOS
El 7 de noviembre, en el “ConteBiancamano” parte Gardel para Francia para visitar a su madre en Toulouse, y tomar contacto con Le Pera y la Paramount de allá, para palpar el ambiente y considerar las posibilidades de filmación en París. Viajan con él, su apoderado y amigo Armando Defino y su mujer, Adela Blasco, el pianista y compositor Alberto Castellano y Horacio Pettorossi. Estos dos últimos lo acompañaron como soporte técnico musical, y para tener a mano con quien practicar y ensayar temas y arreglos de acuerdo a su modalidad interpretativa.Desembarcan en Barcelona, y de allí Carlos y los Defino parten a Toulouse. Luego, ya en París, Gardel y Le Pera se entrevistan con directivos de la Paramount local. A nadie escapa que viajando el cantor para EE.UU sería más productivo y lógico concretar sus filmaciones allí. Así planteadas las cosas, Gardel, Castellano y Pettorossi se embarcan para Nueva York el 22 de diciembre en el trasatlántico “Champlain”, aguardando Le Pera en París el curso de los acontecimientos. Gardel y su comitiva arriban a Nueva York el 27 de diciembre. Los aguardaban directivos de la radio, y luego de los trámites de rigor, pasan a alojarse en el Waldorf Astoria. En el salón de música del gran hotel, Gardel se reúne al día siguiente con Hugo Mariani, director de la orquesta que lo acompañará, y TerigTucci músico argentino que tiene a cargo los arreglos musicales. El debut se concreta el 30 diciembre a las 22,30 hs, con canciones del repertorio habitual de Gardel. La audición, al igual que todas las futuras se cierra con el tango de Jovés y Romero “Buenos Aires”. Las repercusiones de este debut son inmediatas, y la colonia latinoamericana en pleno enciende sus aparatos de radio para escucharlo. En una de estas audiciones, retransmitida a Buenos Aires, se logró un experimento jamás intentado. Se trató de algo revolucionario, con el detallede que quienes lo escucharon debían poseer dos aparatos de radio. Uno debía estar encendido sintonizando Radio Rivadavia y otro conectado a Radio Splendid. Gardel cantaría desde Nueva York y su voz saldría por esta última emisora, mientras que el acompañamiento de los guitarristas, Barbieri, Riverol y Vivas, provistos de auriculares igual que Gardel, se escucharía por Radio Rivadavia, uniéndose los dos sonidos en el ambiente, creando lo que después se conoció como “estereofonía”. También en un pasaje, la orquesta que secundaba a Gardel en los estudios de la NBC, dejó de tocar y prosiguió el acompañamiento, desde Radio Rivadavia, la formación de Edgardo Donato. Gardel finaliza esta audición, que demandó un gran esfuerzo técnico, con emocionadas palabras dedicadas a su público de Buenos Aires. Pero pese al éxito, no eran estas audiciones lo que más interesaba a Gardel y su equipo. El había declarado que había ido a filmar, y lo tenía inquieto la no concreción de sus propósitos. Los contratos que le ofrecían, por dudosos intermediarios, no lo conformaban. Rechazó la oportunidad de presentarse en Broadway en un teatro, en un espectáculo de alta calidad, para mantenerse firme en su intención. Ya casi finalizado su programa de la NBC, y prácticamente sin que hacer a la vista, finalmente concreta con la Paramount la filmación de dos películas iniciales, con opción a otras tantas, en las condiciones que él exigía, absolutamente excepcionales para la época. Inmediatamente manda a llamar a Le Pera, y rechaza la renovación de su contrato que le ofrece la NBC, para abocarse exclusivamente a las tareas cinematográficas.
“Después de mi última carta la cuestión de las películas dio un vuelco formidable. Eliminamos al intermediario que se había cruzado entre la Paramount y yo. Ahora el arreglo que es definitivo y que abre para mí un rumbo estupendo, es el siguiente: Hemos fundado una sociedad de producción que se llama Éxito´sSpanishPictures, y de la cual soy el Director. Esta Sociedad está financiada por la Western Electric y distribuida por la Paramount. A mí me darán por dos películas la cantidad firme de 25.000 dólares y el 25 % de las ganancias, siendo yo, como te decía, quien tiene en sus manos el control de los negocios”. Estos párrafos revelan la dimensión inaudita de esta empresa. Si bien 25.000 dólares al día de hoy pueden parecer pocos, debemos tener en cuenta que este valor, actualizado, sería aproximado a unos 400.000 dólares. Pero esto, si bien es considerable, no es lo importante. El 25 % de las ganancias ascendería, dado el éxito de los films en toda América y España, a cifras imposibles de calcular, pero, sin duda, inmensas. Desgraciadamente, ni Carlos ni su madre recibirían jamás nada de esas sumas, que salvaron a la Paramount de una quiebra segura. En mayo y junio se filman dos películas: “Cuesta abajo” y “El tango en Brodway”. En la primera secundan a Gardel Vicente Padula y Mona Maris, y en la segunda Padula, Trini Ramos, Blanca Fischer y Jaime Deveza. Por esos días se había inaugurado en el Barrio Latino un gran teatro: el Campoamor, con 1500 butacas y allí se anunció el estreno de “Cuesta abajo”. Los detalles de este estreno los relata TerigTucci en su libro de memorias “Gardel en Nueva York”. En síntesis, desde horas antes era imposible acercarse al teatro. Todas las calles convergentes estaban copadas por una multitud que hacía imposible arrimarse a la entrada. Gardel debe ser llevado por los bomberos y la policía y puede ingresar a duras penas. La película es casi imposible de seguir, por las interrupciones y aplausos de los presentes apiñados en la sala. Gardel debe hablar desde su palco, agradeciendo tantas expresiones de admiración y cariño. Nuevamente, en una emisión especial auspiciada por “Crítica”, Gardel vuelve a realizar una transmisión desde la NBC que aquí retransmite LR4 Radio Splendid. Allí estrena, para nuestro público, “Mi Buenos Aires querido”, “Cuesta abajo” y “Amores de estudiante”. Por su-puesto también graba en los estudios de la RCA Víctor (ya se había desvinculado amistosamente de Odeón) con el acompañamiento de TerigTucci los temas de las películas. El 24 de agosto parte para Europa para tomar un descanso en las filmaciones, y va a Toulouse, a visitar a su madre y su familia, y luego a Niza y París, retornando a Nueva York el 15 de octubre. De allí escribe a Defino: “Yo he llegado oportunamente y todo me hace pensar que por fin esta semana se firmará el contrato de opción, que para mí representa cerca de 40.000 dólares (unos 600.000 de hoy). Claro que esta gente quiere hacer películas conmigo hasta el año 2000…..” De diciembre a enero del 35 Gardel filma una secuencia para “The Big Broadcasters of 1935”, y los films “El día que me quieras” y “Tango Bar”, en compañía de Tito Lusiardo, Rosita Moreno, y en esta última del gran actor Enrique de Rosas. El 31 de Enero llegan a Nueva York los guitarristas convocados por Gardel, Barbieri, Riverol y Aguilar pues piensa emprender una gira por países de Latinoamérica. Con ellos grabará un tema en los estudios Víctor: “Guitarra, guitarra mía”. El 15 de marzo realiza una nueva transmisión para Argentina, esta vez retransmitida por LR3 Radio Belgrano, estrenando los tangos “Soledad” y “Golondrinas”, el fox “Rubias de New York” y la canción-zamba “Caminito Soleado.

ULTIMA ETAPA
Entre las últimas actividades de Gardel en Nueva York debemos mencionar la grabación de discos en los Estudios de la RCA Victor, siendo el último de estos el estilo “Guitarra, guitarra mía”, en que es acompañado por Barbieri, Riverol y Aguilar. En realidad, su último registro no es musical, sino hablado, y se trata del conocido mensaje en que anuncia su contrato con la Víctor, la filmación de sus películas “El día que me quieras” y “Tango Bar”, y el inicio de su gira por Latinoamérica. Esta grabación se complementó con un breve saludo de Alfredo Le Pera.
Es así como el 28 de marzo de 1935, el cantor acompañado por su comitiva parte en el buque “Coamo” hacia Puerto Rico, primera etapa de su gira. El 1ro. de abril, a las 6 de la mañana el barco llega al puerto de San Juan. Ante la sorpresa del artista y sus acompañantes, ya a esa hora una multitud entusiasta aguardaba su llegada en el muelle. Esta misma multitud lo acompañará constantemente a donde quiera que vaya, llegando casi a impedir su llegada a los teatros en donde debe actuar, y solicitando innumerable cantidad de bises en cada noche. Debe prolongar su estadía más allá de lo previsto, para dar cabida a la cantidad de requerimientos que llueven desde todos los rincones de la isla. Consigue, trabajosamente, y con promesas de pronto retorno, embarcarse el 23 para Venezuela, arribando al puerto de La Guayra dos días después. Aquí el panorama es similar al de Puerto Rico. Miles de personas aguardan a Gardel, bloqueando todo movimiento. Esto obliga al violento accionar de la policía, que rescata a Gardel y a su comitiva del fervor del público. A la tarde arriba a Caracas, donde se ha agolpado un gentío inmenso en la estación del ferrocarril para verlo. En medio de grandes dificultades, llega Gardel al Hotel “Majestic”, y al día siguiente comienzan sus actuaciones.
En este punto es cuando Gardel,- y esto puede verse en sus cartas a Defino- comprende perfectamente que sus tratos con la Paramount tomarán en lo sucesivo un sesgo muy distinto. Constata, por conversaciones con empresarios y dueños de cines, que la compañía norteamericana sólo alquilaba sus películas a quienes accedían a incluir cinco o seis films Paramount más de actores norteamericanos, que no interesaban a nadie. Esto es, que la locomotora del tren era Gardel, y que era la Paramount quien necesitaba de él, y no a la inversa.
Aquí es donde surge el gran proyecto de Gardel. Construir en Buenos Aires grandes estudios, donde podría trabajar a gusto con directores, músicos y actores del medio, y producir films para todo el mercado hispano. Y eventualmente, mundial. Para esto, se aprestaba a terminar sus obligaciones con Paramount, acreditar las enormes ganancias de la gira, viajar a Francia a reunirse con su madre, y volver a Buenos Aires a dar inicio a sus proyectos, convertido ya en atracción internacional de primera magnitud.
Es imposible cuantificar que hubiera resultado de esos proyectos. Sin duda, hubieran modificado todo el panorama cinematográfico, actoral y musical de nuestro país y de Latinoamérica a un grado que no podemos ni siquiera imaginar. Lamentablemente, ya conocemos el final.
Volviendo a la gira, más allá de detallar actuación por actuación, ya que todo puede calificarse verdaderamente como apoteótico,, sabemos que luego de la estadía en Venezuela, Gardel llegará a Colombia, donde el panorama es similar a todo lo vivido. Su llegada a Bogotá es tan tumultuosa como lo fueron las etapas previas, y aún más, si cabe. El avión en que llega Gardel es esperado en el aeropuerto por una multitud nunca vista que, llevada por su entusiasmo casi desencadena una tragedia, premonitoria quizás de la que días después, efectivamente sucederá. La gente, con absoluta inconciencia invade la pista de aterrizaje ante la inminente llegada del avión. Este debe volver a remontar vuelo, y recién puede descender cuando la policía logra , con mucho esfuerzo, hacer retroceder al enfervorizado gentío. Luego de agotadoras actuaciones en teatros, Gardel se despide de Bogotá por la radio. Su último tema: “Tomo y obligo”. Luego, sus palabras de despedida son transmitidas por altoparlantes a la multitud que, sin haber podido ingresar al edificio, se apiña en la plaza ubicada frente a la emisora.
Gardel parte de Bogotá, rumbo a Cali el 24 de junio, a las 12,30 hs. Dos horas después, aterriza en el aeropuerto Olaya Herrera de Medellín, y luego de una breve escala, en la cual la máquina se reabastece de combustible, emprende carrera para llegar a Medellín, su destino final. Por razones que aún se discuten, el avión, el trimotor Ford F-31, de la compañía SACO a punto de despegar colisiona contra otra máquina que aguardaba pista. Se trata del “Manizales” de la SCADTA, que debía emprender vuelo a Bogotá. Los dos aviones estallan, con sus tanques repletos de combustible.

Son las 15,10. Gardel ha muerto.