El Papa se disponía a hablar, como tradicionalmente lo hace cada miércoles, en la fría mañana romana poblada de fieles y peregrinos que habían llegado hasta la Plaza de San Pedro para encontrarse y escuchar al Vicario de Cristo.
La gran cantidad de personas - unas 70 mil- hicieron que la audiencia semanal con Francisco se desarrolle una vez más “al aire libre” y no en el Aula Pablo VI, como habitualmente comienza a hacerse en estas épocas de invierno europeo.
Recorrida papal
Luego de recorrer en el Papamóvil descubierto los diversos sectores de la Plaza deteniéndose a saludar, acariciar y bendecir a los fieles, especialmente niños y personas enfermas, el Papa ha vuelto a dedicar su catequesis a la “resurrección de la carne”, que no es fácil de entender -ha dicho- si estamos inmersos en este mundo. En el Evangelio, explicó El Santo Padre, encontramos la aclaración: el que Jesús haya resucitado es la prueba de que la resurrección de los muertos existe. “Cristo está siempre con nosotros, viene cada día y vendrá al final. Entonces Él resucitará también nuestro cuerpo en la gloria, no lo devolverá al mundo terrenal. Viviendo de esta fe, seremos menos prisioneros de lo efímero, de lo pasajero.”
En medio de tanta gente, un grupo de argentinos hizo de las suyas. A puro canto tribunero, el clásico “Francisco, Francisco” sobresalía con fuerza. Y de yapa desplegaron una bandera celeste y blanca, que no paraba de flamear.
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