Martes 31 de Enero de 2017

La Ciudad y sus playas: de ayer a hoy

A comienzos del siglo XX la Ciudad tenía un balneario municipal. Estaba en la Costanera Sur y así como lo hacen hoy en Buenos Aires Playa, miles de personas asistían para refrescarse, jugar, descansar y divertirse.

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Muchos años antes de que Buenos Aires tuviera sus playas en el Parque de los Niños y en el Indoamericano, los porteños disfrutaban de las frescas aguas de la ribera del Río de la Plata.

Es que cuando se diseñó la ciudad moderna, a comienzos del siglo XX, Buenos Aires fue pensada con un elegante balneario municipal en la zona de la Costanera Sur; en aquel sector, miles de personas asistían en las temporadas de calor para refrescarse, entretenerse y descansar.

Si bien todavía quedan rastros de la antigua arquitectura, quien pasee por la Costanera Sur tiene que hacer un esfuerzo intelectual para imaginarse una playa con acceso al río; es que el viejo balneario municipal se ubicaba en donde hoy está la Reserva Ecológica, cuando ni siquiera existía la intención de construir un barrio como Puerto Madero (que, de hecho, todavía funcionaba como puerto).

En los primeros años del siglo pasado el paisaje era distinto: como parte del diseño de un paseo costanero que bordeara el Río de la Plata, en aquella zona sur se construyó un espacio de gran categoría en donde los vecinos solían ir a refrescarse durante los calurosos veranos.

En ese mismo lugar en 1918 fue trasladada, por ser considerada inmoral, la obra monumental de Lola Mora: la Fuente de las Nereidas, que todavía se puede apreciar y admirar.

Un documental norteamericano, Romantic Argentina, filmado durante la década del 30 mostró que una imagen corriente por entonces era presenciar a cientos de personas disfrutando en las aguas del Plata.


Las costumbres eran otras y las normas, bastante estrictas: hacia 1923, desde la Intendencia de Carlos Noel, se reglamentó que era “obligatorio el traje completo de baño, de malla (mamelucos) o pantalón y saco, debiendo hallarse todas las prendas en buen estado”.

Los “bañistas” tenían que proveerse de toallas, no podían usar los baños en “calzoncillos comunes” y, para que cada uno tuviese su lugar de recreo, la permanencia en el agua no podía pasar la mediar hora.

Además, los paseantes podían tomarse una cerveza tirada en La Munich, la cervecería de estilo Art Decó del húngaro Andrés Kalnay, el arquitecto de moda en estos años, y creador del mismo edificio en el que hoy funciona el Museo del Humor porteño.

¿Cuándo cerró el balneario municipal? En la década del ´70, la contaminación del río impulsó la restricción para utilizar el predio; además, tras fallidos proyectos de urbanización y abandono, el espacio fue rellenado y, casi sin ayuda del hombre, se formó la reserva natural de la Ciudad.

Las playas porteñas, en el siglo XXI

Fue recién en 2008 con la inauguración de las playas porteñas, aunque sin la posibilidad de meterse al río, que el hábito de ir a disfrutar en la arena, los juegos de agua, las sombrillas y las reposeras, volvieron a instalarse entre los vecinos de Buenos Aires.

BA Playa ya transcurre por su novena temporada y, en lo va del verano sus predios fueron visitados por más de 130 mil personas.