Como una rima del destino, dos de las figuras que marcaron un antes y un después en el rock de los años ochenta, nacieron no solo el mismo día sino también el mismo año. ¿Qué más tuvieron en común Charly García y Federico Moura? Aprovechamos esta fecha para rendirles homenaje y explorar un poco en sus historias y el modo en que contribuyeron a la música y a nuestra cultura.
Lunes 23 de Octubre de 2023
Charly García y Federico Moura: dos iconos del rock nacional
Hoy, 23 de octubre, se celebra el cumple de estas dos estrellas de nuestra música. Cada uno con su estilo característico, marcaron un antes y un después en la escena musical y cultural del país. Te invitamos a celebrarlos y conocer un poco más sobre sus historias.
Charly y sus comienzos
Nacido el 23 de octubre de 1951 en Buenos Aires, en el barrio de Caballito, Carlos Alberto García Moreno comenzó su carrera musical a fines de los sesenta como tecladista, cantante y compositor de Sui Generis, junto a Nito Mestre, a quien había conocido en el Dámaso Centeno. La banda se destacó por su música innovadora y líricas poéticas. A pesar de la corta vida de la banda, dejó una huella indeleble en la música argentina y un puñado de canciones inoxidables que pueden amenizar cualquier fogón.
Después de una experiencia de rock progresivo con La Máquina de Hacer Pájaros, Charly se embargó, junto a David Lebón, Pedro Aznar y Oscar Moro, en la que sería una de las bandas más grandes de nuestra historia: Serú Girán. La banda fusionaba el rock con elementos del jazz y la música progresiva, y sus álbumes como "Serú Girán" (1980) y "La Grasa de las Capitales" (1979) son considerados clásicos del rock argentino.

Foto de Hilda Lizarazu
Los años solistas
Luego de Serú, los años ochenta encontrarían a la versión en solitario de Charly, y también a mucho de lo mejor de su carrera, con álbumes icónicos como "Clics Modernos" (1983) y "Piano Bar" (1984) y “Parte de la religión” (1987). Sus letras a menudo exploran temas profundos y personales, y su estilo musical evolucionó constantemente; en "Clics Modernos," por ejemplo, adoptó un enfoque más experimental, incorporando sintetizadores y letras que desafiaban la solemnidad al mismo tiempo que lograba ser incisivo y profundo.
El genio del oído absoluto
Además de su genialidad a la hora de componer, una de las características más destacadas de Charly García es su capacidad de percepción absoluta del tono, una habilidad auditiva excepcional que poseen algunas personas que les permite identificar o reconocer con precisión y sin referencia a una nota de referencia, la frecuencia o el tono de un sonido musical específico.
Esta capacidad, sin dudas, lo ha ayudado, más allá de lo musical, a encontrar siempre el tono predominante en las épocas que le ha tocado vivir, dando siempre en la tecla con sus canciones, que interpelan e interpretan a los tiempos y a la gente. A lo largo de su carrera, experimentó con una variedad de estilos, desde el rock progresivo hasta el pop. Esta habilidad para fusionar géneros y su maestría en el piano lo convirtieron en una pieza clave para entender nuestra historia musical, así como también nuestra música.
Federico Moura: la Voz de Virus
Al igual que Charly, Federico Moura también nació el 23 de octubre de 1951, en la ciudad de La Plata. Fue un músico, cantautor, compositor, productor discográfico y hasta diseñador de ropa.
Cuarto de seis hermanos, ya desde pequeño, Federico mostró interés por la música y aprendió un poco de guitarra y piano; aunque comenzó su carrera artística como bajista con el grupo Dulcemembriyo.

Foto de Marcelo Zappoli (Revista Pelo)
Virus y la New Wave
Mientras estudiaba Arquitectura, a finales de la década del 70, fue convocado para ocupar la voz líder del conjunto new wave que integraban sus hermanos Julio (guitarrista) y Marcelo (tecladista), además de Enrique Muguetti (bajista) y los hermanos Ricardo (guitarrista segundo) y Mario Serra (baterista). No tardó mucho para que la banda tomara el nombre definitivo de Virus y debutara oficialmente el 11 de enero de 1980.
Ya desde el primer álbum "Wadu-Wadu" (1981), la banda se destacó con un sonido fresco y vanguardista que fusionaba elementos del rock, el pop y la música electrónica. “Recrudece” (1982), “Agujero interior” (1983), “Relax” (1984), “Locura” (1985), y “Superficies de placer” (1987), fue la notable seguidilla de discos que los hicieron populares en Argentina, Chile, Paraguay y Perú y que marcaron un camino hacia un refinamiento musical.
Entre tanto, Federico, cada vez más consolidado como figura artística, jugó un rol fundamental en la historia de Soda Stereo, produciendo su disco debut en 1984.
La Estética y la Influencia
La estética de Federico Moura y Virus no se limitaba solo a la música. Moura, con su estilo andrógino y vanguardista, desafió las normas de género y se convirtió en un ícono de la moda. Su influencia en la cultura pop y la música perdura hasta el día de hoy.
Junto con sus letras de doble sentido, muchas escritas en colaboración con el poeta Roberto Jakoby: “Pronta entrega”, "Una luna de miel en la mano" “Sin disfraz”, y “Superficies de placer”, entre otras, se destacan como ejemplo de su estilo descontracturado, sensorial y frutos de aquellos años de primavera democrática.
Tras un último concierto en mayo de 1988, Federico optó por alejarse discretamente de los medios para transitar estas instancias de su enfermedad. Murió en la madrugada del 21 de diciembre de ese año, como consecuencia de una insuficiencia cardiorrespiratoria en su departamento de San Telmo. Tenía 37 años.
Pocos días después, Gustavo Cerati, en un recital de Soda, le dedicaba una canción nueva a “un hombre alado”. A continuación comenzaban a sonar los acordes de “La Ciudad de la Furia”.
Charly y Federico: dos leyendas, un legado
A pesar de compartir generación, los caminos de Charly y Federico fueron muy disímiles hasta encontrarse a comienzos de los 80. Una vez allí, hubo roces iniciales y finalmente un entendimiento total.
Si bien Charly ironizaba sobre la new wave en “Cinema Verité”: “mientras miro las nuevas olas, yo ya soy parte del mar”, a partir de su carrera solista abrazaría esa modernidad, y Virus sería una banda a la que valoraba y respetaba.
Federico por su parte, si bien al comienzo podía disparar algunos dardos contra la incorporación de Charly a las nuevas tendencias, siempre apostaría por quienes tomaban riesgos y evolucionan.
Una vez, en 1985, Charly viajó al Chateau Rock de Córdoba para tocar con Virus “Carolina”, aquel tema de origen español que la banda de Federico popularizó en nuestro país, y pudieron compartir escenario al ritmo de un rocanrol básico y poderoso, con todo el ADN de los comienzos.
Cuenta la leyenda que al enterarse de que Federico estaba viviendo sus últimos días, Charly se acercó a su casa a despedirlo y a sellar el adiós con un beso en la boca.
El legado de Charly García y Federico Moura, visionarios que vivieron la efervescencia de aquellos 80, perdura en el corazón del rock nacional y nuestra cultura entera. El mejor modo de comprobarlo es para las orejas y escuchar cómo, a pesar de los años, sus músicas siguen saliendo de los parlantes y continúan siendo referentes para las nuevas generaciones.
Buenos Aires nunca dejará de celebrar a estos dos gigantes de la música.
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