Para quien tiene y usa una, la bicicleta es una de las cosas más amadas. Y cada vez son más los que en Buenos Aires tienen una compañera fiel que los acompaña, con quien ir y venir, andar la vida.
Y el que quiere a su bici sabe lo importante que es tener una bicicletería amiga.
Mila
La bicicletería Mila es una de las más antiguas de la Ciudad: 55 años en la Av. Caseros y Defensa, al lado del Parque Lezama. En esta esquina del corazón del viejo San Telmo dos mujeres simpáticas y a primera vista muy parecidas están al frente del local.
Silvia y Sandra
-La bicicletería la fundó papá. Siempre lo acompañamos y así aprendimos el oficio. Y ahora somos nosotras dos. -De chiquitas había que hacer la tarea y después venir al negocio. ¡Hasta vivimos acá!
Y se nota. En la biciletería, estas dos hermanas están en su casa familiar. Y también el barrio con sus legendarios vecinos tiene algo de familia grande con parientes lejanos.
-Tenemos clientes de hace mucho tiempo. Uno que hasta hace 5 años traía su bici con llantas de madera. Alfredo, tenía 88 años y en invierno andaba en musculosa. -Hay clientes del barrio que venían con sus padres y ahora vienen con los nietos.
Para ratificar la historia y disfrutar los recuerdos, las chicas traen unas fotos antiguas: la bicicletería como era hace muchos años y sus padres atendiéndola. El pasado se hace presente.
-A muchos les impresiona el olor. Vienen a olfatear, el olor a goma les recuerda su infancia.
-¿Y ustedes a qué edad aprendieron a andar en bici? -Uy! A los 5 ya andábamos sin rueditas. ¡Y nuestro hermano a los 3!
Silvia y Sandra me cuentan que hay a quienes les llama la atención que sean dos mujeres las que estén al frente del negocio. Pero también sienten que por ser mujeres les hacen más consultas: ¿Vos que decís?, ¿Cuál te gusta más?. Y que al final, los más coquetos son los hombres: -Te piden que un espejo para ver como les queda el casco … cuentan dulces y divertidas.
Pero ellas no están solas. -Sabemos la teoría pero Gustavo y otros empleados nos acompañan y hacen los trabajos. Aunque si no hay mecánico, nos arremangamos y lo hacemos nosotras.
Les pregunto si son ciclistas:
-Claro, yo tengo una de paseo y Sandra una todo terreno.
Estas mujeres viven definitivamente con una bici en la cabeza.
-A mi me gusta caminar por el barrio y mirar los balcones. Así voy viendo las bicis que están ahí estacionadas, algunas las dejan poniéndose feas... Y a veces vienen al local y reconozco la bici! La vi en tal balcón, en tal calle. ¡Las reconozco!
Así son Sandra y Silvia, conocedoras y amantes de lo que hacen.
Sugerencia para todos los ciclistas y también los peatones porteños: ¿por qué no hacer un paseo hasta San Telmo, pasar por una de las esquinas más lindas de la Ciudad y conocerlas?
Te invitamos que mires el fotorreportaje aquí
Fotos y textos: Estrella Herrera