Jueves 03 de Noviembre de 2016

El Museo del Cine cumple 45 años con un material fílmico inédito

Tiene uno de los archivos fílmicos más importantes del país. También incluye fotografías, guiones y una cámara Lumiere original. Historia del Pablo Ducrós Hicken.

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De acuerdo con el testimonio de Jorge Miguel Couselo, primer director del Museo del Cine, en él se encuentran desde el primer premio internacional obtenido por una película argentina –la copa Volpe, otorgada en 1938 en el Festival de Venecia a La chismosa- hasta una carta enviada por el director Manuel Romero al actor Santiago Arrieta, diciéndole que lo contrataba para una película, pero que como no podía encontrarlo, iría a buscarlo a su paradero habitual: el Hipódromo.

La historia del Museo comienza cuando muere el pintor, coleccionista e historiador Pablo Ducrós Hicken, y su legado no encuentra destino. Couselo, junto a Guillermo Fernández Jurado, se hacen cargo de las gestiones, y bajo la promesa de que el Museo llevaría el nombre de Ducrós Hicken, por un decreto de fines de 1971, se creó la institución.



Desde su fundación en 1971, en instalaciones del viejo Centro Cultural San Martín, el Museo ha trasladado sus instalaciones siete veces. En 1978, bajo la dirección de Roland –el crítico Rolando J. Fustiñana- el Museo fue llevado, esta vez a los sótanos del ex Instituto Di Tella, en Florida 936. Según Guillermo Fernández Jurado –quien sería director del Museo entre 1981 y 1996- “aquélla era una cueva que ni siquiera tenía ventilación”.

En 1980, se realizó una nueva mudanza: a las instalaciones del naciente Centro Cultural Ciudad de Buenos Aires (hoy Recoleta). Mientras llegaban los canastos del Museo, eran desalojados los habitantes del antiguo Asilo de Ancianos.

Desde su fundación en 1971, en instalaciones del viejo Centro Cultural San Martín, el Museo ha trasladado sus instalaciones siete veces.



Tras sucesivas mudanzas a sedes que no cumplían con mínimas condiciones para la preservación de su acervo patrimonial (Sarmiento al 2500, Feijoo 555, entre otras), el Museo del Cine llegó a su doble sede actual de La Boca –Ministro Brin 615 y Caffarena 49-.

Según Paula Félix Didier, su directora, “en 2017 renovará su guión museológico y su museografía para ofrecer una experiencia inolvidable a sus visitantes”. “Estamos trabajando –dice– en la digitalización de su acervo documental, fílmico y fotográfico para ponerlo a disposición del público a través de un sitio web. También, en la conformación de un equipo educativo, el perfeccionamiento del catálogo y el desarrollo de políticas de colección conservación y acceso modernas y centradas en la participación del público”.

Entre sus colecciones fílmicas, se destacan los noticieros Sucesos Argentinos, EPA, Noticiario Panamericano y Nuevediario, que integran la colección “Canal 9”. También la colección “Manuel Peña Rodríguez”, que ha permitido el rescate de varias películas mudas argentinas que se creían perdidas, y del clásico alemán Metrópolis, de Fritz Lang, en una versión casi completa y tal como fuera presentada en su estreno de 1927.

“En 2017 renovará su guión museológico y su museografía para ofrecer una experiencia inolvidable a sus visitantes,” dice Paula Félix Didier, directora del Museo del Cine.



Debe destacarse la cámara Lumiere original que posee el Museo, la Pathé con la que Gallo rodara la primera producción profesional del cine argentino (La revolución de Mayo), la partitura original de La dama duende, autografiada por Julián Bautista, su compositor. También: la escenografía diseñada por Voytec para Yo, la peor de todas y el vestuario de diversos filmes de María Luisa Bemberg; y premios como el Oso de Berlín ganado por Leopoldo Torre Nilsson y el Cóndor al cine nacional de la Academia de Cine de la Argentina, entre otros.

En suma: se atesora un valioso capital de 65.000 rollos de películas de 16 y 35 milímetros, que incluyen desde producciones de los primeros años del cine mudo hasta programas de radio y televisión, y grabaciones de audio y video que dan testimonio de la diversidad cultural de nuestra identidad colectiva.

Fuente: Disfrutemos BA