Jueves 20 de Febrero de 2014

El Papa sobre la obra de Don Orione: "¡Su vocación es hermosa!"

Se lo dijo al padre Carlo Marin, superior del seminario orionita de Monte Mario, en un encuentro que ambos tuvieron en el Vaticano. En cuanto al Cottolengo de Claypole, dijo: "Yo siempre mandaba a los seminaristas y también a los diáconos durante unos 15 días. Mucha gente, también los no creyentes, ven lo que es y se maravillan".

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El padre Carlo Marin, superior del seminario orionita de Monte Mario, visitó en el Vaticano al Papa Francisco, quien les recordó que conoce la Pequeña Obra de la Divina Providencia en la Argentina, y exclamó: “¡Su vocación es hermosa!”. El Santo Padre les compartió anécdotas de su vinculación con la obra en el país y evocó la grandeza espiritual de san Luis Orione y otros santos contemporáneos. “Me evangelizó con estos signos de cercanía, de ternura, de verdadero encuentro”, comentó uno de los asistentes.

Detalles del encuentro

Los participantes del encuentro decidieron dejar asentada la charla con el Papa por escrito, y pasado unos días del encuentro que se llevó a cabo el 27 de enero, compartieron con la congregación las impresiones que dejó el coloquio. “El Papa comenzó diciendo: ‘Conozco su obra en la Argentina... Adolfo Uriona ... San Miguel... Muy buena gente’”, contó el padre Marín.

El sacerdote orionita recordó que el Papa bromeó al traer a la memoria un episodio de la ordenación episcopal de monseñor Adolfo Uriona. "En su ordenación hubo una teofanía –dijo el Papa-... estábamos en Claypole y yo presidía la santa misa. Mons. Mykycek (obispo orionita de rito oriental ucraniano) se olvidó el maletín con todos los ornamentos orientales, entonces alguien volvió a Buenos Aires, varios kilómetros, a buscar el maletín. Nosotros, mientras tanto, comenzamos la ceremonia y Mykycej tenía ornamentos latinos. Luego de la ordenación, en el momento del ofertorio, llego el maletín, él fue a la sacristía y se revistió con la corona en la cabeza, y después salió y... toda la gente: ¡Aaaaah! Fue una teofanía... como si se hubiera aparecido el Padre Eterno. La corona es de material común... pero pintada de oro y plata".

El padre Marin también comentó que el Papa recordaba gratamente al superior general de la congregación, el padre Flavio Peloso, a quien encontró entre medio de otros 120 superiores generales y con quienes trató los problemas de la vida religiosa y les brindó aliento en sus tareas. En cuanto al Pequeño Cottolengo de Claypole, dijo: "Si, yo siempre mandaba a los seminaristas y también a los diáconos durante unos 15 días. Mucha gente, también los no creyentes, ven lo que es y se maravillan".