Viernes 19 de Junio de 2015

El Parque Lezama ya luce totalmente renovado

Recuperó el diseño original que le dio Carlos Thays. Se renovaron veredas, se instalaron juegos, sistemas de desagüe e iluminación, se restauraron los monumentos, se restituyeron árboles y se colocaron cámaras de seguridad, entre otras tareas.

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Tiene 537 árboles distribuidos en 7,7 hectáreas. Está ubicado en una barranca natural en la que el famoso arquitecto Carlos Thays diseñó uno de los parques más emblemáticos que tiene la Ciudad. Hoy, luego de meses de trabajos para ponerlo en valor, luce totalmente renovado y vuelve a ser un orgullo para Buenos Aires.

"Arreglamos el Parque Lezama en San Telmo para recuperar el diseño original que imaginó hace años el famoso arquitecto Carlos Thays. Renovamos las veredas que lo rodean, instalamos un sistema de desagüe y un nuevo parque de juegos, restituimos las alineaciones de árboles, restauramos los monumentos y obras de arte y colocamos cámaras de seguridad. Mirá cómo quedó:", publicó el jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Mauricio Macri en su cuenta de Facebook.

Este mítico espacio verde del sur de la Ciudad está ubicado en el barrio de San Telmo, cerca del límite con La Boca y Barracas.

Las obras incluyeron la renovación completa de los solados internos y sus veredas perimetrales, la instalación de nuevo equipamiento y un parque de juegos, el movimiento de suelos, la restitución de las alineaciones arbóreas originales y la recuperación de monumentos y obras de arte.

Características del Parque

  • Superficie: 7,7 hectáreas.

  • Ubicación: Comuna 1, delimitado por las avenidas Brasil, Paseo Colón, Martín García y la calle Defensa. Ubicado en el barrio de San Telmo, de traza irregular, sobre una de las barrancas naturales que aún conserva la ciudad y fue, según algunos historiadores, el sitio donde Don Pedro de Mendoza fundó el primer asentamiento, en febrero de 1536.

  • Especies arbóreas: 537 árboles.

  • Monumentos y obras de arte: Hay fuentes y monumentos entre los que se destacan sus jarrones y copones, las estatuas Diana Fugitiva, la Mujer Griega, Palas Atenea, El Invierno y La Primavera, el grupo escultórico La Loba Romana; los monumentos a Don Pedro de Mendoza, Cruceiro y a la Cordialidad Argentino-Uruguaya y el busto a Ulrico Schmidl.


Las obras

  • Renovación completa los 17,191 m2 de solados del parque y sus veredas perimetrales (5.775 m2), sobre las avenidas Paseo Colón, Brasil, Martín García y la calle Defensa .

  • Recuperación del diseño original adecuando los trabajos a las características actuales del parque.

  • Reemplazo de los caminos asfaltados que hoy tiene el parque por senderos de piezas premoldeadas color teja que, por su forma y color, permiten recuperar el carácter de los pisos originales de ladrillo.

  • Puesta en valor y reposición de los bancos, los cestos de basura y la señalética.

  • Incorporación de bancos romanos y bancos de tablillas de madera natural (basados en los modelos que ya existen), bebederos diseñados según el modelo original, con sistema antivandálico y rejilla de desagüe en el piso, cestos dobles y nuevos carteles en la totalidad del parque.

  • Patio de juegos e instalaciones para la tercera edad

  • Mayor higiene y una mejor accesibilidad.

  • Incorporación de diversas vías de circulación en los espacios inclusivos, para evitar que los chicos se golpeen o se choquen entre sí mientras juegan y corren.

  • Instalación de equipamiento para la tercera edad que está ubicado sobre la calle Defensa, al igual que el patio de juegos.

  • Rotación de terrenos y restitución de alineaciones arbóreas originales

  • Recuperación del perfil del parque mediante movimientos del suelo. Roturación, escarificado de suelos y nivelación general. Restitución de plantaciones en alienaciones arbóreas originales y un nuevo sistema de riego.

  • El Gobierno de la Ciudad realizó un estudio detallado de la situación general del patrimonio arbóreo del parque, que incluye un registro histórico de los ejemplares, del arbolado notable y su situación actual.

  • Restauración de monumentos y obras de arte, a cargo del Departamento de Monumentos y Obras de Arte (MOA), del Ministerio de Ambiente y Espacio Público. Contempla la fuente Don Pedro de Mendoza, la de Neptuno, el grupo escultórico de la Loba Romana, los copones, entre otros.

  • Puesta en valor de la iluminación, tanto interior del parque como de las calles perimetrales (avenidas Brasil, Paseo Colón, Martín García y Calle Defensa). Instalación de nueva iluminación para destacar monumentos y obras de arte.


Ecobici

La puesta en valor del Parque también incluyó la inauguración de una nueva estación del servicio de Ecobici automático, sobre la avenida Martín García, entre Irala y la avenida Almirante Brown.

La estación automática de Parque Lezama funciona las 24 horas, los 7 días de la semana.


Tiene 20 bicicletas que los vecinos pueden retirar usando la tarjeta En Todo Estás Vos, llamando al 0800 333 2424 o a través del nuevo aplicativo BA EcoBici.

Historia y antecedentes

En 1857, Don José Gregorio Lezama compró la propiedad sobre la que hoy se asienta el parque y contrató a un paisajista belga para que diseñara los jardines. Así se trazaron caminos y senderos, se colocaron esculturas, monumentos, copones y bancos de mármol y se trajeron ejemplares de árboles, flores y plantas exóticas de todo el mundo.

El caserón, que hoy ocupa el Museo Histórico Nacional, fue restaurado y ampliado. De estilo italiano y con galería exterior, se completó con una torre mirador, desde donde se podía apreciar el río, el parque, las quintas aledañas y la ciudad. Durante las epidemias de cólera y fiebre amarilla de 1858 y 1871, la casa sirvió de albergue a los enfermos.


En 1889 falleció Lezama, por lo que su esposa, doña Ángela de Álzaga, decidió vender la quinta a la Municipalidad con la condición que fuera destinada a un espacio público y que llevara el nombre de su último propietario. Así, en 1894 nació el Parque Lezama, y dos años más tarde, el Director General de Parques y Paseos, el arquitecto francés Charles Thays, proyectó diversas intervenciones que incluyeron plantaciones arbóreas y una rosaleda.

En 1897 la casona se destinó a sede del "Museo Histórico Nacional". Rápidamente, la zona se transformó en paseo "obligado" para la elite de la época. Se accedía a él por la esquina de Defensa y Brasil, ya que una reja perimetral lo circundaba. En 1914 se creó el Auditorio, obra de Benito Carrasco, aprovechando el desnivel del terreno.

Por esa época, el parque contaba además con numerosas atracciones como la calesita, el circo, un pequeño tren, un lago artificial, un tambo, un pabellón para banquetes, un restaurante, y el primer cinematógrafo del barrio.


Años más tarde se creó El Rosedal, también obra de Benito Carrasco, sobre una superficie de 5.600 metros cuadrados, y con 1.000 variedades de rosales.

En 1931 se demolió parte del muro perimetral y se retiró la reja. En 1937 se inauguró el Monumento a Mendoza, en conmemoración del cuarto centenario de la primera Fundación de la Ciudad. El cuarto centenario de la Segunda Fundación sería recordado años más tarde, en 1980, con el emplazamiento del monumento El Cruceiro. En 1938 se construyó la fuente del Auditorio.

Durante la década del sesenta se decretó el montaje del Monumento a la Confraternidad Uruguayo-Argentina y se inauguró el busto a Ulrico Schmidl. También se incorporó el sector de juegos para niños.

Las últimas obras de mejora y ordenamiento se habían realizado en 1999.