Vivendi es una empresa nacional que, con más de 30 años de antigüedad en el sector de la producción de muebles, apuesta a la producción y al diseño nacionales. Hace un año, en pleno proceso de reestructuración y casi en simultáneo con la creación del Distrito, abrieron una sede en Barracas, donde hoy albergan sus oficinas administrativas y parte su producción.
Desembarco en Barracas
Con locales comerciales en Recoleta, Palermo y Vicente López, Vivendi se acercó a Barracas hace apenas un año buscando un espacio que pudiese funcionar como sede de las oficinas administrativas y, a la vez, pudiese albergar un centro de producción propio. Hoy, conformes con los resultados, ya piensan en expandirse para poder incorporar un punto de venta directo de fábrica y sumarse, así, a las empresas que ya están comercializando sus productos en el Distrito.
En Barracas, además, se encontraron con un sector organizado que les ofrecía muchas más posibilidades de las que se hubiesen imaginado: “Este nexo con el Distrito es muy importante para nosotros; es interesante tener un lugar en donde poder hablar de los problemas a los que uno se enfrenta como empresa, desde lo macro hasta los mínimos detalles, y también está bueno ir relacionándose con otras empresas vecinas”, resume Adrián Basgall.
Historia y presente
La historia de Vivendi se parece a la de muchas empresas de impronta nacional: con más de 30 años en el mercado, apuestan fuertemente al diseño –sin duda uno de sus mayores diferenciales-, tienen la mirada apuntada hacia las nuevas demandas del mercado y se mantienen abiertos a innovar y renovarse constantemente.
El diseño, la calidad, la variedad de estilos y la incorporación de nuevos materiales son características propias de la empresa que, con sus dos líneas de venta – Vivendi y Obvio-, apunta a cultivar nuevos y más extendidos mercados, adecuándose a las tendencias y demandas del momento sin perder de vista la impronta de la marca. “Nosotros buscamos que los productos tengan un valor agregado; un plus, más allá de su función en sí queremos que también puedan adaptarse a las necesidades de cada cliente: hoy tenemos productos de muy buen diseño que además son prácticos, accesibles y pueden combinarse fácilmente con cualquiera de los otros productos de la marca”, define Georgina Gioseffi.
Al respecto del Distrito, aseguran: “Aún estamos en una etapa incipiente; de a poco empezamos a entender los beneficios de estar acá y ver los resultados pero, a priori, podemos decir que tenemos muchas ideas a futuro que queremos empezar a poner en acción cuanto antes: sabemos que en el Centro Metropolitano de Diseño hay talleres de oficios que pueden proveernos de recursos humanos valiosos y, a la vez, tenemos presente que el hecho de encontrar cada vez más posibilidades en el barrio va a ser una gran ventaja en términos de logística, costos y etc.; eso nos seduce muchísimo”.
Planes a futuro
La empresa está en crecimiento y, a corto y largo plazo, los planes incluyen ampliarse a nuevos mercados, incorporar nuevos materiales y técnicas y desarrollar un canal para promover a artistas y nuevos diseñadores en el marco de Vivendi, entre muchas otras cosas.
En ese sentido, el Distrito acompaña el proceso: “Queremos seguir creciendo, avanzar con otras cosas, ampliar las posibilidades. Barracas nos ofrece las condiciones para esto; tiene todos los condimentos del clásico barrio porteño y está creciendo mucho, se está recuperando después de muchos años. Con la presencia del CMD, además, se mezclan lo moderno con lo del barrio; y hay mucho espacio para seguir creciendo, profundizar el trabajo de entender todos los procesos productivos y contactar a otras empresas que están fuera y que puedan venir a sumar lo que falta”, se entusiasman.
