Viernes 11 de Abril de 2014

Francisco pidió no dar "un paso atrás" en las sanciones para los abusadores

“Me siento interpelado a hacerme cargo de todo el mal que algunos sacerdotes y a pedir perdón por el daño que han hecho por los abusos sexuales de los niños”, subrayó el Papa ante una delegación de la Oficina Internacional Católica de la Infancia.

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El Papa recibió a una delegación de la Oficina Internacional Católica de la Infancia (BICE: Bureau International Catholique de L'Enface), a quienes habló sobre los abusos de menores y aseguró sentirse interpelado a pedir perdón por el daño que algunos sacerdotes han hecho por los abusos sexuales de los niños. Del mismo modo, pidió no dar "un paso atrás" en las sanciones para los abusadores.

El BICE, una organización “nacida de la maternidad de la Iglesia” -como recordó Francisco-, promueve la defensa de los derechos de los menores y colabora constantemente con las oficinas de la Santa Sede en Nueva York, en Estrasburgo y sobre todo en Ginebra en lo que respecta al tratamiento de estos temas en las Naciones Unidas.

Francisco afirmó que en una sociedad bien constituida ''los privilegios solamente deben ser para los niños y los ancianos porque el futuro está en manos de ellos'', habló sobre los abusos de menores.

Sólo la confianza en Dios puede transformar la duda en certeza, el mal en bien, la noche en alba radiante.

— Papa Francisco (@Pontifex_es) April 11, 2014



“Me siento interpelado a hacerme cargo de todo el mal que algunos sacerdotes - bastantes en número, pero no en comparación con la totalidad-, y a pedir perdón por el daño que han hecho por los abusos sexuales de los niños”, subrayó el obispo de Roma, según el Vatican Information Service (VIS).

“La Iglesia –continuó- es consciente de este daño, que es un daño personal, moral, de ellos, pero hombres de Iglesia. Y no vamos a dar un paso atrás en lo que se refiere al tratamiento de estos problemas y a las sanciones que se deben poner, al contrario creo que debemos ser muy fuertes, con los chicos no se juega''.

'En nuestros días es importante llevar adelante los proyectos contra el trabajo esclavo, contra el reclutamiento de niños soldados y cualquier tipo de violencia sobre los menores. Dicho en positivo, es preciso reafirmar el derecho de los niños a crecer en una familia, con un padre y una madre capaces de crear un ambiente idóneo para su desarrollo y su madurez afectiva. Seguir madurando en relación, en confrontación, con lo que es la masculinidad y la feminidad de un padre y una madre, y así armando su madurez afectiva'', agregó el Papa.

''Esto comporta –añadió- apoyar el derecho de los padres a la educación moral y religiosa de sus hijos. Y en este punto quisiera manifestar mi rechazo a todo tipo de experimentación educativa con los chicos. Con los niños y jóvenes no se puede experimentar. No son cobayas de laboratorio”.

El Santo Padre afirmó que “los horrores de la manipulación educativa que perpetraron las grandes dictaduras genocidas del siglo XX” no han desparecido, sino que conservan su actualidad “bajo ropajes diversos y propuestas que pretenden ser modernas pero fuerzan a caminar a niños y jóvenes por el camino dictatorial del ‘pensamiento único’”.

El Papa aseveró que trabajar por los derechos humanos ''presupone mantener siempre viva la formación antropológica, estar bien preparados en la realidad de la persona humana, y saber responder a los problemas y desafíos que plantean las culturas contemporáneas y la mentalidad difundida por los medios de comunicación social”.

“Obviamente no se trata de acurrucarnos en cobertizos de protección que hoy día son incapaces de dar vida, que dependen de culturas que ya están pasadas”, dijo. “Debemos enfrentar con los valores positivos de la persona humana a los nuevos desafíos que nos traen las culturas nuevas. Para ustedes, se trata de ofrecer a sus dirigentes y funcionarios una formación permanente sobre la antropología del niño, porque es ahí donde los derechos y las obligaciones tienen su fundamento”, agregó.

Francisco concluyó agradeciéndoles el trabajo que realizan y contó una anécdota: “Me viene a la mente el logotipo que la comisión de protección de la niñez y la adolescencia tenía en Buenos Aires: la Sagrada Familia arriba de un burrito escapando a Egipto, defendiendo ese niño. A veces para defender hay que escapar. A veces hay que quedarse y proteger. A veces hay que pelear. Pero siempre hay que tener ternura".