El Ministerio de Ambiente y Espacio Público de la Ciudad de Buenos Aires, a través de su Agencia de Protección Ambiental (APrA), comprobó que, desde que se implementó el Plan Microcentro, el nivel de ruido en las calles de esa zona de la Ciudad ha disminuido considerablemente.
Por ejemplo, en la calle Esmeralda, donde en 2007, en promedio, se registraron 77,5 decibeles (dbA) en horario diurno (el ruido que produce un camión hormigonero), hoy los valores rondan los 68,5 dbA, comparable al sonido que emite una aspiradora a tres metros de distancia. En términos de energía sonora (energía que llega al oído transportada por las ondas de sonido), la reducción representa un 87,4 por ciento.
Un caso similar es el de Maipú. En el promedio diurno de 2007, al igual que en Esmeralda, el nivel de ruido se ubicaba en los 77,5 dbA y ahora se encuentra en los 70 dbA. Aquí, la energía sonora mostró un 82,2% de reducción.
Más vecinos se beneficiaron del plan desarrollado por la Subsecretaría de uso del Espacio Público del Ministerio de Ambiente y Espacio Público de la Ciudad. En Suipacha, el nivel de ruido pasó de alcanzar los 72,3 dbA a los actuales 66: un 76,6 por ciento menos en términos de energía sonora.
Carlos: “Es cierto que bajó el nivel de ruido. Antes, por acá, pasaban diez líneas de colectivos que no sólo hacían mucho ruido con las bocinas y los frenos sino que, además, se te iban encima. Ahora es mucho más agradable y cómodo para la gente que camina por la zona”.
Gracias a las mejoras y las obras del Plan Microcentro, los valores de ruido de la zona están ahora dentro de los límites máximos permitidos por la normativa vigente: 70 dbA.
Hoy, el 80% del Microcentro es peatonal. En la zona, 63 de las 76 cuadras que lo componen han sido renovadas para disminuir la circulación de vehículos, facilitar el desplazamiento de los peatones y el uso de la bicicleta. Además, el transporte público fue redirigido hacia las avenidas.
Para estas conclusiones, APrA relevó los niveles de ruido en el área comprendida entre las avenidas Córdoba, Paseo Colón, Belgrano y 9 de Julio. Los resultados, finalmente, pasaron la prueba de fuego: fueron confirmados por los comerciantes y vecinos de la zona.
Ricardo y Nora, que son de La Plata y vienen habitualmente a Buenos Aires por trabajo, afirmaron: “Siempre paramos en el Hotel El Sol, antes de la peatonalización era imposible dormir en las habitaciones que dan a la calle. Ahora no sólo se puede dormir sino que también se puede caminar con tranquilidad. Es notable el cambio”.
Los cálculos se realizaron utilizando el software de predicción acústica CadnaA y se tomaron en cuenta las plantillas digitales geo-referenciadas con información topográfica; definición de parcelas, alturas y propiedades de reflexión de fachadas; características acústicas de los pavimentos utilizados junto a la cantidad de carriles, pendiente y ancho de las calles involucradas; y el flujo vehicular (pesados, livianos, velocidades y aceleraciones).
Se llevaron a cabo conteos manuales para relevar los valores del día y se complementaron con conteos automáticos para los períodos diurnos y nocturnos utilizando el software PTV VISUM. Además, se hicieron diversas mediciones para corroborar los datos en las arterias más sensibles.
Antonio, encargado de una panadería ubicada en la zona que recibió a los colectivos que salieron del microcentro, aseguró que “la llegada del Metrobús no perjudicó para nada, el ruido acá en 9 de Julio no aumentó, y tampoco bajó la cantidad de gente que se acerca al negocio”.
Entre las acciones que se llevaron a cabo dentro del Plan Microcentro también se encuentran la nivelación de las calzadas y las veredas, la colocación de contenedores soterrados para mejorar la limpieza de las calles, la renovación de las fachadas de los edificios históricos y el cambio de las luminarias por tecnología LED.
