Jueves 24 de Enero de 2013

Historias de mi Comuna: Centenera y Tabaré

Compartir en Redes

Museo Manoblanca, Esquina de los Poetas y Bar el Buzón.

Si vas por Centenera llegando a la calle Tabaré ¡prestá atención y bichá bien! En la fachada de una vieja casa hay un carro de madera fileteado custodiando un poema, la letra del tango Manoblanca de Homero Manzi en su último verso menciona la esquina de Centenera y Tabaré.

La casa es una construcción de 1925 devenida en un museo que homenajea a nuestro tango y a la ciudad. Es una casa de bajos, de una sola planta, con techos de bovedilla.

Tiene tres salas llamadas con los nombres de personajes relacionados con la difusión de la voz de nuestra ciudad. La “Sala Ben Molar”, productor de músicos desde Mercedes Sosa hasta las Trillizas de Oro y creador del Día Nacional del Tango. La “Sala Francisco Gil”, un librero creador de la Primavera de las Letras y la “Sala León Untroib” un pintor fileteador de origen polaco.

En estas salas se exhiben retratos de Homero Manzi, Ben Molar, Julián Centeya, Aníbal Troilo, Horacio Ferrer y Tita Merello, entre otros. También hay pinturas y esculturas de grandes artistas argentinos. Te podés encontrar, de sopetón, con un tocadiscos a manivela de origen americano o un fonógrafo francés de 1900. Incluso hay un samovar de 1897 y un kinetoscopio de origen francés, del siglo XIX para fotos tridimensionales.

En la esquina hay tres chapas azules, una con el nombre de la calle Tabaré, la segunda lleva el nombre de la esquina "Esquina Manoblanca" y la tercera lleva el nombre del poeta Homero Manzi (1907-1951). Esta esquina es muy importante en nuestra ciudad, es la Esquina de los Poetas. Gregorio Plotnicki es el director y fundador del Museo Manoblanca. La casa pertenece a su familia desde 1945 y Gregorio la transformó en lo que es hoy: un homenaje a la gente de Pompeya, al tango y a la poesía. Fue declarado sitio de Interés Cultural por la Legislatura de la ciudad de Buenos Aires y de interés Turístico por la Secretaria de Cultura de la Nación.

¡Pero acá no se termina el cuento de este rincón de la ciudad! Don Gregorio tiene un berretín con los buzones. De tanto cruzarse con el buzón de la esquina le dio por coleccionarlos. En 1999, el Correo Argentino retiró el buzón. Gregorio, inmediatamente creó una campaña para solicitar su pronta restitución. Los vecinos y los medios de comunicación apoyaron la cruzada y el buzón fue devuelto a su lugar.

Frente al buzón, en Esquiú y Centenera abre sus puertas el Bar el Buzón. Sobre este bar está el último retazo de lo que fue el Instituto Luppi, ¡donde estudió Homero Manzi!

Es tal el metejón de don Gregorio Plotnicki con los buzones que, creó “la Orden del Buzón” como reconocimiento a la trayectoria de grandes personalidades de nuestra cultura, similar a “la Orden del Tornillo” Quinquela o “La Orden del Pocillo” del Tortoni.

Mirá qué cosas lindas que tiene nuestra ciudad. Qué vecinos y qué historias. Vale la pena conocerlas. ¡Después me contás!

Si querés compartir alguna historia de tu Comuna o contarnos qué historia te gustaría saber, escribinos a comunas@buenosaires.gob.ar.