Jueves 13 de Junio de 2013

Historias de mi Comuna: El Cedrón, la pizza y la impronta de Mataderos

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Declarada de “interés cultural” por la Legislatura de Buenos Aires, la pizzería El Cedrón es una de las esquinas más tradicionales de Mataderos.

Antes ¡mucho antes! de la pizzería existía en Juan Bautista Alberdi al 6100 un bodegón que se llamaba “Primera Curva”, en referencia al trazado de las vías del tranvía. En 1930 un nuevo propietario de apellido Méndez renovó una parte de las instalaciones y ubicó el famoso mostrador de estaño ¡la última moda en aquel momento!

Cinco años más tarde, Don Manuel Cedrón compró el negocio y lo llamó Bar El Cedrón. Hizo algunos cambios: modernizó el salón principal y sumó mesas con vista a la calle Murguiondo. Sin embargo, recién en los años ´60, El Cedrón alcanzó la fama y el prestigio convirtiéndose en un ícono de la pizza porteña ¡Mama mía, qué pizzas!

El tiempo parece avanzar más despacio en el local que todavía conserva ese aire de otra época. Esto es así porque tuvo muy pocas restauraciones y guarda detalles de su antigua arquitectura. Las paredes están cubiertas por azulejos y cuelgan cuadros de grandes porteñazos ¡Alberto Castillo, Carlos Gardel o Pedro Maffia! Como en cualquier pizzería de ley, podés comer parado en el mostrador que también sirve para exhibir los postres y las pizzas preparadas.

Por El Cedrón circulan hinchas de Nueva Chicago, familias enteras y solitarios que toman un café mientras leen el diario. Los mozos son ágiles y conversadores. Son parte fundamental de una pizzería que, entre sus especialidades, cuenta con una “grande” calabresa, con longaniza y tomate natural ¡capaz de tentar hasta el propio busto del Torito de Mataderos que está en la entrada!

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