Jueves 29 de Noviembre de 2012

Historias de mi Comuna: Pizzería El Fortín

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Av. Lope de Vega y Av. Álvarez Jonte del Barrio de Monte Castro

No está ubicada en un lugar central de la Ciudad; tampoco es un local de grandes dimensiones. Situado en una esquina tradicional del barrio de Monte Castro, Comuna 10, cruce de antiguos caminos, este bar y pizzería es reconocido por muchos porteños, más allá del lugar donde vivan. Es más, son muchos los que se trasladan desde otros barrios para paladear sus pizzas que, cocinadas en unos de los pocos hornos a leña que aún persisten en Buenos Aires, le dieron fama al local.

Todo se inició en el año 1962, cuando 5 amigos, devenidos en socios, vinieron al barrio y abrieron en Lope de Vega y Álvarez Jonte una pizzería, después de andar por diversos bares y confiterías de la Ciudad. Los hermanos Manuel y Andrés Iglesia y Manuel Montaña, se conocieron en España, más precisamente en Santiago de Compostela. Por su parte, Eduardo "Cholo" Bersaquia y Perfecto Purdon nacieron en el país. Ellos 5 serían los fundadores de la pizzería, pastelería y empanadas que abriría con el nombre El Fortín.

A mediados de la década de 1940, Manuel Iglesia empezó a trabajar en una panadería ubicada sobre la avenida 9 de Julio, aprendiendo desde cero el oficio. Cuando se fue de aquél trabajo, Manuel Iglesia manejó su propia pizzería, hasta que llegó el año 62 y los amigos provenientes de España alquilaron el actual local que en ese entonces dependía del Fondo de Comercio. Justo en ese momento, Bersaquia y Pulgón entraron a trabajar.

A diferencia de lo que todos supondrían, el nombre no guarda relación alguna con el club de Liniers, Vélez Sársfield, apodado como el fortín, cuando ellos agarraron el local, ya tenía ese nombre, incluso también vendían pizzas.

En El Fortín trabajan 18 empleados, contando la mañana y la noche. Los fines de semana llegan a salir 750 pizzas. Hoy en día la mayoría de sus diarios visitantes tienen más de 70 años, en este momento, trabajan allí dos hijos y un sobrino de los dueños, de manera que la tradicional pizza del Fortín tiene garantizada una larga vida por delante.

La permanencia histórica y símbolo barrial que posee El Fortín le valió, a fines del 2006, la designación de Bar Histórico por parte del Gobierno porteño.

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