Jueves 16 de Junio de 2016

Julián Pinzás se prepara para el Mundial de karate

El ganador del Oro en los premios Jorge Newbery analizó su presente y futuro de cara a la competencia que se desarrollará en Austria en el mes de octubre. “Siempre hay que aspirar a más, ahora voy por el campeonato del Mundo”, se esperanzó el karateca nacido en Barracas.

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El dojo del primer piso del Cenard resuena una y otra vez ante la diversidad de sonidos que reinan habitualmente en las prácticas de karate. Gritos (los kiai, que salen desde las entrañas para potenciar la técnica), patadas, caídas sobre el tatami, un combo sonoro que se convierte, con el correr de los minutos, en un sonido arrullador, sobretodo para el que lo mira de afuera. Ahí, en medio de movimientos rápidos, saltos y de distintas clases de ejercicios físicos, y entre otros 15 karatecas, está Julián Pinzás, el flamante ganador del Jorge Newbery de Oro. El mismo que hace un año atrás se bañó de dorado en los Juegos Panamericanos de Toronto.



¿Por qué ganaste el Jorge Newbery de Oro?

Ufff, (toma aire), el 2015 fue un año muy trabajado para mí. De mucho esfuerzo, enfocado a los Juegos Panamericanos que fue el principal objetivo del año pasado teniendo en cuenta que por el momento el karate no es deporte olímpico, esperemos que lo sea en 2020 (el COI dispuso que el karate sea disciplina olímpica en los próximos Juegos).

Pero lo ganaste por el oro en Toronto…

Ese fue el broche de oro, creo que el Newbery se dio principalmente gracias al esfuerzo y al trabajo en equipo.

Bueno, ¿entonces por qué ganaste el oro en los Panamericanos?

La verdad que son cosas en la vida de un atleta que a veces no se entienden muy bien. El Panamericano es un torneo en el cual, un día te sale todo, que las ganas de ganar te brotan por los poros, no te importa nada más que ganar la medalla dorada. Recuerdo que ese día lo sentí así, tenía el objetivo bien claro, había estudiado a mis rivales y tenía todas las ganas de quedarme con la medalla y se dio. Fue un tema de actitud, de ganas y de perseverancia.

¿Se conjugan todas estas cosas, el esfuerzo, las ganas de superarse, en este deporte habitualmente o es algo particularmente tuyo para practicarlo y competir?

Ya partiendo desde la tradición de este arte marcial, que además es un deporte, uno habla de la autosuperación, de tratar de superarse a cada paso, del respeto, de la perseverancia. Creo que en la parte competitiva, hoy en día es un 70% tema de la cabeza, de la actitud, de las ganas de ganar. Por ahí un día no estás en tu mejor nivel físico, pero las ganas de ganar son tan grandes y ganas. A veces es difícil de ver esto, de explicar, pero está ahí, uno lo siente dentro. La cabeza y las ganas son lo más.

"Ganar el Oro en los Newbery fue el broche de oro a un año fantástico. Todo esto se dio gracias al esfuerzo y al trabajo en equipo", remarca Pinzas

¿Llegaste a Toronto con esa actitud o fue ese día, el de la final, que te salió todo?

No estaba teniendo un buen año en los torneos preparativos. No venía bien, pero sabía que el objetivo era posible, que se le podía ganar a cualquiera. Ese día en particular estuve iluminado, se me dieron todas las cosas que quería hacer y, más las ganas de ganar, hicieron posible el oro.

¿Después de la medalla más abajo no se puede ir no?

Siempre hay para aspirar a más. Ahora tengo el sueño que es ser campeón mundial, esperemos que se logre este año (en Austria en el mes de octubre) para eso estoy entrenando. El techo se lo pone uno mismo. Siempre hay que ir por más en la vida.

Su hermano, el barrio y el Millonario

¿Quién o qué te iluminó para abrazarte al karate?

Comencé a practicarlo a los cinco años con mi hermano que es cinco años mayor. Él fue parte de la selección juvenil y a los 15 volvió de unos Panamericanos juveniles con la medalla de plata, entonces para mí eso fue una inspiración, me ayudo a meterme de lleno en lo que era el karate deportivo. Después empecé a conocer referentes, que hoy en día son mis compañeros de equipo, y así me fui metiendo cada vez mas y apasionándome por la parte competitiva.

¿Tu hermano te ayudó o solamente lo admirabas y eso fue lo que te impulsó a meterte en el karate?

Me ayudó mucho con sus consejos. Pero somos generaciones distintas y nos fuimos curtiendo con grupos distintos. El después dejó porque se dedicó a la facultad y yo me metí de lleno en esto.

¿El día que ganaste en Toronto, se cruzó por tu cabeza el club Santa Lucia?

Siiii, por supuesto. Porque además estaba ahí mi sensei de toda la vida, Ricardo López Correa. Recuerdo que, cuando me dan ganador en la final el primer grito que escucho es el de él y no pude dejar de mirarlo y recordar todas esas clases que tuve desde chiquito y la emoción fue enorme

¿Volvés al club del barrio?

Y…siii cada tanto , la verdad que cada vez que me ve (su sensei), me da un tirón de orejas porque mucho que digamos no voy, por las competencias que tengo, pero finalmente él lo entiende. Pero a veces voy a estar con el grupo del club a compartir experiencias, y algunas veces me deja estar en la clase y acompañarlo en el dictado de la misma. Eso es lo lindo, poder dar y devolver todo lo que me dio el club, la Federación y este arte marcial.

¿Y River?

Es mi pasión, es mi papá. Los domingos en familia lo vemos. Lo sigo siempre

¿Toda esa calma que te da el karate, la perdés viendo a River?

(Risas) Y a veces si, depende las circunstancias, es algo muy normal, muy humano enojarse.

"Todo pasa por la cabeza. Acá es un 70% la mente, que estés bien preparado de la cabeza, eso te lleva a tener ganas y ganas de ganar

¿Un balance de tu carrera deportiva?

No sé si hacer un balance, pero desde que estoy en la selección en 2009 pude mantenerme representando a mi país que es lo que más me apasiona y dejo la vida por él. A veces uno llega a la noche cansado, del trabajo, del estudio (está por recibirse de Kinesiólogo), de los entrenamientos, pero el viajar y representar a tu país, te hace olvidar de todo eso. Llevar La bandera Argentina es un orgullo y mas haciendo lo que uno ama.

¿Sueños?

Ser campeón mundial y participar de un Juego Olímpico, seria la ilusión mas grande.