"Alegría y orgullo por el gran Papa que tendrá el mundo", dijo el jefe de Gobierno Mauricio Macri el miércoles, segundos después de conocerse la noticia de que el Arzobispo de Buenos Aires, Jorge Bergoglio, había sido elegido como el primer papa latinoamericano de la historia.
En una carta que mandó más tarde al nuevo Pontífice, Macri reiteró haber sido “testigo de su obra pastoral y del total compromiso que ha demostrado siempre por quienes más lo necesitan”.
Bergoglio nació en el barrio de Flores, al sur de la ciudad de Buenos Aires, el 17 de diciembre de 1936. Los vecinos de la zona están de fiesta desde que se anunció su elección como máximo representante de la iglesia católica.
El Gobierno de la Ciudad demostró su júbilo por la noticia engalanando lugares emblemáticos de la capital porteña. Iluminó con luces blancas y amarillas –los colores de la bandera de El Vaticano- a la Pirámide de Mayo (en la plaza homónima); el Monumento de los Españoles (Palermo), a los que se sumó el Planetario Galileo Galilei, en los bosques de Palermo.
Para completar los festejos, se izó la bandera del Vaticano en la tradicional Plaza de la República, más conocida como El Obelisco, en 9 de Julio y Corrientes.
Macri, junto a una comitiva del gobierno porteño, viajará el domingo a Roma para asistir a la ceremonia de entronización del papa Francisco, pautada para el 19 de marzo en El Vaticano. Los habitantes y visitantes de la ciudad podrán seguir la ceremonia en vivo, en pantallas gigantes que serán instaladas en Plaza de Mayo.
