Viernes 11 de Septiembre de 2015

Ilusión en marcha de los finalistas

Participan en disciplinas tan dispares como música, visuales, escénica, teatro y audiovisuales. Algunos de los seleccionados de la Bienal 2015 explican cómo llegaron, cómo son sus propuestas y cuáles sus expectativas.

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"Un apoyo muy grande; un impulso a la concreción de ideas; una plataforma motivadora para lanzar proyectos y conseguir financiamiento; un lugar de aprendizaje y creatividad".

Estas definiciones resumen en gran medida el sentimiento compartido por varios de los participantes de la Bienal Arte Joven Buenos Aires 2015 que se está desarrollando desde el martes 8 y hasta el domingo 13 en distintas sedes, con entrada libre y gratuita.

A continuación, seis finalistas nos cuentan cómo llegaron, cuáles son sus expectativas y qué significa la Bienal de Arte Joven para el desarrollo de sus carreras.

Lautaro Feldman (Música)


Lautaro tiene 33 años, es licenciado en composición, estudió en el Conservatorio Manuel de Falla de la Ciudad, luego de un paso por la música contemporánea, el jazz y la música instrumental; hoy presenta un experimento que sintetiza muchas de esas etapas musicales. Fue tras conversar con dos de los ganadores de la última edición, a quienes conocía, que se convenció de que podía participar en la Bienal de Arte Joven 2015.

"Como la idea de la Bienal es presentar propuestas modernas, experimentales y originales decidí participar con unas canciones que había empezado a hacer con sintentizadores. Era un experimento que se podía asociar con el espíritu de la Bienal", contó Lautaro quien tuvo de tutor nada menos que a Luis Gurevich, legendario lugarteniente de León Gieco en varias de sus aventuras musicales. "Vino a 3 ensayos y estuvo muy bueno porque significó una oreja externa que aportó conceptos que sumaron mucho al proyecto. Por ejemplo, escuchó un tema y dijo: 'esto es una baguala'. Y tal cual. Fue como mirarnos en un espejo. También nos ayudó en las estructuras de los temas".

Hoy influenciado por la música africana, la World Music y referentes como Dirty Projectors o Juan Molina, para Lautaro, tan solo haber participado en la Bienal ya es un logro: "Había participado en algunas agrupaciones y había editado dos discos con canciones mías que tienen más que ver con mi rol de guitarrista, pero este proyecto es otra cosa. La Bienal me dio el contexto para darle fluidez a esta idea experimental y para juntar a las personas que me acompañarán".

Miguel Israilevich (Escénica)


"¿Cuál es el paradigma de fe que nos sostiene? ¿Es el que elegimos, el que heredamos, el que podemos elegir? De todas maneras siempre es aquel que nos hace entender a la muerte".

Estas preguntas son las que rodean a En realidad, el proyecto que el bienalista Miguel Israilevich presentó para la Bienal 2015. "Transcurre en tres historias que se van entrelazando. Una gira en 1940, en la provincia de Buenos Aires; otra en el presente, en el consultorio de un psicoanalista y una tercera en un mundo feminista del futuro".

"Mi objetivo es obtener financiamiento para En realidad. La visibilidad que la Bienal me da como director es algo que se viene realizando y muy bien. Creo que todo lo que venga después de rebote va a ser un regalo", afirmó Miguel, quien empezó su carrera en las tablas a los 14 años en Córdoba y cinco años después se vino a Buenos Aires a cursar al IUNA. Allí se codeó con José Cáceres, a quien definió como su "gran maestro y docente"; otros referentes importantes en su carrera fueron Luis Cano, Rubén_Szuchmacher y Ciro Zorzoli.

Hoy, tutoreado por Miguel Jakob, Miguel afirma que a la Bienal se la puede definir como una oportunidad, pero no solo eso: "Es una oportunidad por lo que ofrece y por lo que los artistas pueden cambiar dentro de ella. Por ejemplo, en 2013 en el área escénica planteamos algunos cambios y mejoras en las condiciones de trabajo de los artistas. Luego de algunas reuniones esas voces fueron escuchadas y este año estamos en mejores condiciones".

Juan Mako (Teatro)


Juan había participado de la Bienal pasada con Todos mis miedos como asistente de dirección. "No sólo estuve en las 4 funciones sino también fui a los festivales, como Rafaela y Santiago de Chile. Así que la viví toda y eso me motivó a participar en esta edición".

Así surgió RAT Farsa trágica, un trabajo sobre la mercantilización del arte, sobre qué cosas se pueden comprar y qué cosas no. "Inspirado en "Rebelión en la granja", de George Orwell, en esta obra las ratas les piden regalías a los actores de una obra para poder hablar de ellas. Quería hablar de eso, del arte y el poder, cómo conviven y cuáles son los límites entre ambos", explicó Juan, quien fue tutoreado por quien fuera su docente en IUNA, Ana Alvarado.

"La Bienal es el ámbito perfecto para poder desarrollar un proyecto así, por cómo apoyan a una obra de teatro. Necesitaríamos 4 subsidios para poder poner ponerla en escena y la Bienal nos da todo lo que necesitamos: la sala, el equipo de prensa, todo.", contó Juan, cuya expectativa ahora es que se multiplique el trabajo a futuro. Sin importar el resultado final, no duda en afirmar: "Nosotros ya ganamos".

Eric Mandarina (Música)


Su apodo surgió azarosamente hace tres años, tras buscar una identidad distinta a la referencia inglesa que le daba su apellido Taylor. "Era la búsqueda de un personaje, quería algo que fuera más de acá. Además la palabra mandarina tiene un significado que me gusta: es una fruta con gajos, fragmentos, cáscara amarga y contenido dulce".

Eric afirma que sus influencias son el funk, el reagge y la música electrónica; pero en lo que tiene que ver con la guitarra percusiva también fueron decisivos los sonidos obtenidos de manera analógica. "Me gusta hacer sonidos ambiente, pero sin computadora. De chico toqué la batería y cuando descubrí la guitarra lo hice con una curiosidad rítmica que me permitió desarrollar esta técnica de percusión; la música electrónica me aportó lo suyo, pero no por lo electrónico en sí, sino por el pulso, la idea de una continuidad en la música".

Pero no todo es musical en la propuesta de Eric Mandarina. "También es importante el aspecto escénico, el uso del cuerpo, el espacio y los objetos como recursos", explicó este bienalista de 25 años quien, luego de una muy buena experiencia teatral en la Bienal 2013, decidió presentarse en esta edición como músico.

"Tenemos tres años de trayectoria y hoy el objetivo es grabar un disco. Nos vienen pasando muchas cosas", explicó Eric a quien lo viene tutoreando Gabriel Pedernera, de Eruca Sativa. "Hoy veo un reconocimiento hacia el trabajo hecho y siento que nuestra propuesta es nueva y con un lenguaje especial. No hay muchos proyectos musicales que fusionen con lo escénico", contó y no dudó en enfatizar: "Para un músico independiente y sin recursos la Bienal es un apoyo muy grande".

José Antonio Campos Argoti (audiovisuales)

Nació en Guayaquil, Ecuador, y vino a Buenos Aires en 2005 para estudiar Sistemas e Informática con la intención de volcar esos conocimientos al arte. Fue elegido finalista por su serie web De Boca en Boca.

"Teníamos el proyecto de hacer un documental sobre restaurantes de Buenos Aires con María Julia Arana, la productora. Ella es de Bolivia y vino a estudiar a Buenos Aires como yo. Conocimos a muchos otros extranjeros y nos encontramos con una diversidad de lugares de distintos países. Un amigo nos dio la idea de llevar el proyecto a la Bienal", contó este bienalista quien no duda en decir que en su trabajo "lo principal es la comida y la cultura que hay alrededor de la gastronomía" y agrega: "Cada restaurante tiene una ambientación, una música y distintos aspectos que son típicos del país que representan. La diversidad que hay es impresionante: Buenos Aires se ha construido con la inmigración".

De los 12 minutos que duraba el proyecto inicial lo tuvieron que llevar a los 5 que estipula el formato de la Bienal. "Hicimos un primero episodio que abarca 6 restaurantes de comida de distintos países: Bolivia, Rusia y Ucrania, Ecuador, Camerún, Perú y Corea. Pero estamos pensando seriamente en hacer un segundo episodio. Y, por qué no, más".

Serie web es un formato tan nuevo que casi no tiene historia. Pero tiene mucho futuro. "Las redes sociales son el nuevo boca en boca. Tanto los porteños como los turistas buscan en Internet cuando quieren saber a dónde ir a comer. Por eso creemos que el formato puede funcionar". El equipo de De Boca en Boca está formado además por otras 9 personas. "Pero colaboró mucha gente más. Nosotros presentamos un documental sobre restaurantes". Junto con los otros dos proyectos finalistas en serie web ellos ya se sienten ganadores: "La Bienal nos dio los recursos para llevar a buen puerto nuestro proyecto".

Joaquín Aras (Visuales)


¿Qué tienen en común el cine porno y el de animación? Joaquín Aras diría que en ambos los primeros largometrajes fueron realizados en la Argentina. "No está comprobado porque no ha quedado registro", aclara este bienalista, licenciado en Comunicación Social y especialista en géneros cinematográficos, quien participa en esta edición con su obra Las palabras y las cosas y Snuff 1976, un operación artística sobre la primera del género homónimo, caracterizado por la filmación crímenes.

"El género Snuff se originó curiosamente también en la Argentina, con actores locales y directores extranjeros", explicó Joaquín quien se propuso dar con estos partícipes míticos de una película que es hoy un referente de culto. "El argumento de la película es un asesinato, supuestamente filmado en Sudamérica para evitar controles. Pero fue todo una ficción. Pude encontrar a dos de las actrices, "la asesina" y "la asesinada", quienes me confirmaron que era todo una pantomima".

La propuesta de Aras que cuenta con el apoyo de la Bienal es la remasterización de la película y una actualización del sonido, que en la original era defectuoso; luego, se proyectará en una experiencia dual, por un lado el film y por el otro la representación del sonido con actores profesionales en simultáneo.

"El proyecto empezó como una investigación y terminó repatriando la película y devolviéndola a su contexto original. Es una oportunidad que solo no habría podido hacer", afirma Joaquín, quien agrega: " Es difícil conseguir financiamiento para un proyecto así, de nicho. Está buenísimo que la Bienal me de esta oportunidad de trabajar con actores y sonidistas profesionales".