Jueves 26 de Enero de 2017

La imponente araña del Teatro Colón, con más brillo

Como cada verano se realizó la reposición de las 735 lámparas y el mantenimiento de la histórica luminaria de la sala principal, que pesa 1300 kilos.

Compartir en Redes

Siguiendo una larga tradición, este verano la araña que corona la sala principal del Teatro Colón volvió a bajar a nivel de la platea. Mientras los cuerpos artísticos están de receso, otros trabajadores se ocupan de que todo esté a punto para el inicio de una nueva temporada.

Así es como la enorme y bellísima luminaria descendió casi treinta metros para que sea posible su limpieza, reparación y esencialmente el recambio de lámparas del total de 735 que posee repartidas en sus doce tulipas.

Esta tarde, en la sala principal del Teatro, se realizó el mantenimiento y limpieza anual de la araña.

Fotos: @arnaldocolom pic.twitter.com/YNTJIjoT8c

— Teatro Colón (@TeatroColon) 19 de enero de 2017


LEER MÁS Las visitas guiadas al Teatro Colón extienden su horario durante el verano

Bajo la atenta mirada de la Directora General, María Victoria Alcaraz, y la coordinación del Director Técnico-Operativo, Juan Manuel López Castro, el proceso comenzó a las ocho de la mañana del día jueves y concluyó con el izado cerca de las siete de la tarde del mismo día.

La araña pesa 1300 kilos y tiene 735 lámparas.

Quienes participaron de las visitas guiadas, así como el personal del Teatro presente, tuvieron la suerte de asistir a uno de los espectáculos más originales y emotivos que el Colón puede ofrecer.

La araña del Teatro Colón es original del momento de su inauguración; fue construida en Europa a fines del siglo XIX. Pesa 1300 kilos y tiene dos partes: una fija -amurada al techo- de siete metros y medio de diámetro y otra desplazable, de cinco metros y medio de diámetro y casi cuatro de alto, que constituye su plafón central.

El “operativo araña” incluye el retiro de todas las lámparas, la limpieza de las tulipas y de las partes metálicas con la utilización de paños especiales, la colocación de lámparas nuevas y todas las reparaciones que resulten necesarias.

La araña es original del momento de su inauguración.

Finalmente, durante la última hora de este proceso que insume casi medio día, se realiza la prueba de encendido, apagado, enfriado y vuelta a encender, para verificar que todo esté en orden antes del ascenso. ambién se aprovecha esta oportunidad para el recambio, reparación y limpieza de las lámparas del proscenio, a ambos lados del escenario.

Desde la restauración conservativa del Teatro, concluida en el año 2010, se modernizó el sistema de descenso e izado de la araña y se repusieron faltantes con nuevas piezas reconstruidas artesanalmente por Juan Carlos Pallarols. También se mantuvo uno de los secretos más preciados que alberga este espacio: el corredor sobre la cúpula que permite ubicar allí a coreutas y músicos y generar voces y sonidos celestiales en las representaciones que busquen este efecto especial.

Rodeada de las no menos luminosas pinturas de Raúl Soldi, que acaban de cumplir cincuenta años, la araña del Teatro Colón ya está lista para deslumbrar a su público con todo su esplendor.