Miércoles 26 de Marzo de 2014

Los medios de comunicación, según Francisco

"Su trabajo debe desarrollarse en estas tres vías: la vía de la verdad, la vía de la bondad y la vía de la belleza", señaló en un encuentro con una red de emisoras locales de inspiración católica presente en todas las regiones italianas.

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El Papa recibió en la Sala Clementina del Palacio Apostólico a los miembros de la Asociación “Corallo”, una red de emisoras locales de inspiración católica presente en todas las regiones italianas. Francisco se dirigió a los presentes improvisando un discurso en el que definió las virtudes, la misión y los pecados de los medios de comunicación. "Su trabajo -dijo- debe desarrollarse en estas tres vías: la vía de la verdad, la vía de la bondad y la vía de la belleza. Pero en la verdad, la bondad y la belleza consistentes, que vienen de dentro, que son humanas. Y, en el camino de la verdad, en las tres vías podemos encontrar fallos y también trampas.

Unidad armónica del trabajo

El Papa se refirió a la unidad armónica del trabajo de las emisoras en la Iglesia, recordando que si había medios grandes y medios chicos “en la Iglesia no hay ni grande ni pequeño: cada uno tiene su función, su ayuda al otro. Todos somos miembros y también los medios, grandes o pequeños, son miembros y están armonizados por la vocación del servicio en la Iglesia. Ninguno debe sentirse muy chico respecto a otro demasiado grande. La importancia de cada uno estriba en esta armonía, porque la Iglesia es la armonía de la diversidad."

Después Francisco habló del clericalismo, que es “uno de los males de la Iglesia". Y agregó: "Pero es un mal cómplice, porque a los sacerdotes les gusta la tentación de clericalizar a los laicos. Pero cuántos laicos piden ser clericalizados, porque es más cómodo. Este es un pecado a dos manos. Tenemos que vencer esa tentación. El laico debe ser laico, posee la fuerza que viene de su bautismo. ¿Es más importante el el cura que el laico? ¡No! La función del laico no puede ejercerla el sacerdote y una parroquia que carezca de consejo pastoral y de consejo de los asuntos económicos no es una buena parroquia: le falta vida”.

Por último, el Santo Padre recordó que los medios de comunicación tienen virtudes, pero también pecados. “Los más grandes -señaló-, los que van por el camino de la mentira y la falsedad, son tres: la desinformación, la calumnia y la difamación. Las dos últimas son graves, pero no tan peligrosas como la primera. La calumnia es pecado mortal, pero se puede aclarar qué es una calumnia. También la difamación es pecado mortal, pero se puede acabar diciendo: 'Esta persona hizo algo hace tiempo pero después se arrepintió y cambió de vida' ”.

"La desinformación -prosiguió- es decir la mitad de las cosas, las que más me convienen y no decir la otra mitad. De esa forma los que ven la televisión o escuchan la radio no pueden formarse un juicio perfecto, porque les faltan los elementos necesarios y no se los dan. Por favor huyan de estos tres pecados”.

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