El sábado 26 y el domingo 27 de agosto son las últimas funciones de Saltimbanquis en la Sala Casacuberta del Teatro San Martín (Avenida Corrientes 1530).
La obra está basada en el cuento Los músicos de Bremen de los Hermanos Grimm - con libro y letras de Sergio Bardotti, música de Luis Bacalov, traducción original de Roberto Palandri, y adaptación, puesta en escena y dirección general de Pablo Gorlero.
El domingo se despide “SALTIMBANQUIS”, gran éxito para disfrutar entre grandes y chicos. Dos últimas funciones - Teatro San Martín. pic.twitter.com/HnmViDkW4U
— Complejo Teatral BA (@elSanMartinCTBA) 23 de agosto de 2017
Los arreglos y la dirección musical son de Martín Bianchedi y la coreografía es de Verónica Pecollo.
Las últimas funciones son el sábado y domingo a las 15, con entradas a $120.
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Esta obra de teatro musical para grandes y chicos fue estrenada en 2016 en el Teatro Regio, con excelente repercusión de público, y fue distinguida con los premios ACE (Mejor infantil), Hugo (Mejor infantil, Mejor coreografía en musical infantil), Teatro del Mundo (Mejor espectáculo en Teatro para niños) y ATINA (Mejor Espectáculo, Dirección, Música, Coreografía, Producción, Actuación femenina, Vestuario, Luces). La puesta que se verá en la Sala Casacuberta cuenta con nueva escenografía, diseño multimedia y nuevos arreglos musicales.
El elenco está integrado por Mariano Mazzei, Julián Rubino, Magalí Sánchez Alleno, Laura Silva, Nicolás Leguizamón, Mariel Rueda, Sheila Saslavsky y Francisco Tortorelli. El ensamble de niños está conformado por Valentina Mooney, Nicolás Cúcaro, Denise Barbara, Guadalupe Di Menna, Martina Iglesias, Guido Kañevsky, Emma Longhi, Angelina Nápoli, Julián Peralta y Santiago Abente.
La historia de Saltimbanquis
A partir de Los músicos de Bremen de los Hermanos Grimm, el letrista y autor italiano Sergio Bardotti y el compositor argentino Luis Bacalov, crearon este cuento musical para el grupo de música popular Ricchi e Poveri, en 1976, y lo titularon I musicanti.
Saltimbanquis es una obra de teatro musical para grandes y chicos.
Chico Buarque conoció este trabajo y lo adaptó de inmediato para una versión teatral que fue furor en Brasil. Se estrenó en 1977 y se convirtió en una pieza de culto que se atrevía a criticar al régimen militar de entonces. Hoy en día, los chicos brasileños cantan las canciones de Saltimbanquis (Os Saltimbancos), como en la Argentina cantamos las canciones de María Elena Walsh.
En Buenos Aires subió a escena por primera vez en 1980, en el teatro Liceo y, en 1984, se reestrenó con mucha repercusión en el Teatro Presidente Alvear, con dirección de Roberto Palandri y las actuaciones del mismo Palandri, Floria Bloise, Inés Estévez y Mario Martínez. Fue un éxito que tuvo múltiples reposiciones en diferentes salas durante dos décadas, entre ellas el actual Teatro Regio, cuando se llamaba Teatro de las Provincias.
Saltimbanquis es una obra que habla de la unión, del respeto por el otro, la solidaridad y la buena convivencia en comunidad.
Cuenta las aventuras de cuatro animales que fueron explotados por sus amos y deciden huir hacia la ciudad para probar suerte como banda musical. El Burro, que representa a los intelectuales, harto de cargar leña sin recibir ni la mínima atención, escapa de su patrón. En el camino se encontrará con El Perro, quien perdió el olfato y siente que no sirve para guardián ya que nació sólo para trabajar como “amigo”. Por eso se escapó de su amo, pero no aprende a valerse por sí mismo sin acatar órdenes. Ambos se topan con La Gallina, representante de los trabajadores, quien huyó de la granja en la que vivía cuando no pudo poner más huevos y escuchó que se serviría para el puchero. Por último, se une a ellos La Gata, símbolo de los artistas, que vivía encerrada en un departamento, sola todo el día. Los cuatro sueñan con una ciudad ideal, pero no saben exactamente con qué se encontrarán.
La meta podría ser armar un grupo musical, pero tal vez sólo alcance con formar una sociedad donde todos sean una pieza fundamental. Aunque ellos saben que deberán tener cuidado porque los amos siempre vuelven. Un ensamble de diez chicos cumple la función de coro griego que advertirá, acompañará y relatará la acción.