Diciembre 2017
Columnas de opinión del Procurador General
Mantener el rumbo en la dirección correcta
Se termina un nuevo año, instancia siempre propicia para el balance y la reflexión.Por cierto este ejercicio es bueno vivirlo a nivel individual, en la esfera más íntima de las ilusiones, dificultades, expectativas, deseos y realidades personales. Pero también debemos realizarlo en un ámbito más institucional, en lo que nos toca como integrantes de esta Procuración General y, por supuesto, de nuestro país.
Al cumplir dos años de gestión, no podemos menos que resaltar una vez más el entusiasmo por llevar adelante esta tarea, lo que implica la satisfacción por el rumbo emprendido y algunos resultados obtenidos y el deseo de poder seguir avanzando para procurar concretar las metas previstas en el futuro.
Contamos con un Plan de Gestión que define ocho objetivos claros y proyectos concretos para su realización, y que ha sido compartido en encuentros abiertos a todos los integrantes de esta Casa. Hemos podido resolver favorablemente algunos reclamos que existían sobre retribuciones y modalidades de contratación, procurando de ese modo lograr mejores condiciones de trabajo. También generamos eventos como encuentros de camaradería, celebraciones, homenajes a exintegrantes y, más recientemente, una ronda de desayunos semanales con todos los equipos, todo ello para fortalecer el diálogo y la cordialidad.
Hace poco también, a partir de iniciativas gestadas en la Jefatura de Gobierno, se redefinió la estructura orgánica funcional de la Procuración General y se establecieron topes de equiparación a las retribuciones de los funcionarios superiores, lo cual se inscribe en la línea de limitar procurar el gasto, que siempre debe conciliarse con la eficiencia en la gestión y la defensa de derechos legítimos.
En el ámbito nacional, como ya lo hemos señalado anteriormente, el resultado electoral de octubre pasado ha significado un fuerte respaldo popular al rumbo marcado por el Gobierno Nacional, que procura sortear las enormes dificultades y desajustes que venimos arrastrando desde hace tiempo -muchas de ellas potenciadas durante la etapa anterior- que han llevado al país al atraso y el empobrecimiento.
En estos días que corren podemos comprobar dramáticamente que los cambios resultan bien complejos. El oficialismo tiene respaldo popular, pero no posee mayorías parlamentarias ni entre los gobiernos provinciales. El Gobierno tiene un diagnostico claro, personas honestas y capacitadas que trabajan con sentido de equipo, y ha evidenciado prudencia en sus decisiones, aunque a veces puede equivocarse y, como en el caso de la reforma provisional, puedan registrarse fallas en la comunicación.
Con dolor vemos que los violentos no se dan por vencidos y quieren sembrar el caos, que parece ser funcional además a los intereses de algunos opositores que solo buscan debilitar al Gobierno, y que hasta hace poco tuvieron además una responsabilidad grave en los problemas que hoy es preciso solucionar.
No logramos zafar de la malsana creencia de que el esfuerzo lo debe hacer el otro. No podemos seguir defendiendo conquistas y privilegios sectoriales que no resultan beneficiosos para el conjunto y que nos alejan de la racionalidad y normalidad que el país requiere para crecer de verdad y alcanzar un desarrollo integral.
Nos preparemos para celebrar esta próxima Navidad en el calor familiar, procurando serenar los espíritus para seguir construyendo juntos la Argentina que anhelamos, donde todos tengan iguales oportunidades. Y confiamos que en el 2018 muchos deseos puedan ir haciéndose realidad.
¡Feliz Navidad!