Marzo 2017
Columnas de opinión del Procurador General
Capacidad, honestidad y trabajo en equipo
Es inocultable que el país atraviesa por estos días momentos difíciles. Las tensiones y preocupaciones parecen instaladas en nuestra vida cotidiana. No es algo nuevo, todos sabemos que los problemas que nos aquejan vienen de mucho tiempo atrás. Fue por ello que a fines de 2015 en una histórica elección la ciudadanía eligió un nuevo gobierno.
Muchas cosas desde ese momento han cambiado favorablemente, entre ellas un mayor clima de diálogo y de compromiso con la verdad. Pero debemos reconocer que todavía la pobreza alcanza a un tercio de la población, y que la reactivación de la economía no ha llegado aún con toda su fuerza. No puede esperarse que todo se resuelva por arte de magia porque las problemas son, como decíamos, de larga data, graves y profundos, y porque lamentablemente muchos grupos sociales también se enrolan en la política alimentando el clima de “mala onda” para intentar debilitar al gobierno.
Como lo señalamos en alguna columna anterior, es el momento de adoptar una actitud que denominamos como de “esperanza responsable”. Ello significa no dejarse vencer por la ansiedad, sentir que todos y cada uno tenemos que efectuar un aporte, y confiar en que llegarán las buenas nuevas –es mi opinión personal, claro está– toda vez que estamos frente a un escenario novedoso en muchas décadas con un gobierno elegido por el pueblo nutrido sustancialmente de gente preparada y capaz, honesta y que trabaja en equipo bajo el mando del presidente que es un hombre con liderazgo y bien inspirado. No es mi deseo profundizar en este tema, pero sí señalar que los tres atributos del título, que son, en rigor, necesarios para la buena marcha y administración de toda organización, resultan por ello también esenciales en la vida de nuestra Procuración General.
Tengo claro que mi responsabilidad es contribuir a que trabajemos más y mejor, las dos cosas. Pero habiendo cumplido más de un año en el cargo, puedo aseverar, porque lo he comprobado gratamente, que hay “buena madera” en la Casa para que, entre todos, construyamos un órgano que procure destacarse por la excelencia en su funcionamiento.
Con la ventaja de contar con profesionales y personal administrativo de experiencia, atesorada en años de trabajo, tenemos un plantel de gente capacitada que conoce su oficio y desarrolla su tarea con una sólida base técnica. También encontré que domina ampliamente entre nosotros el valor de la honestidad y una marcada vocación por la defensa del interés público. Como se dice habitualmente, de una gran mayoría puede decirse que tienen “la camiseta puesta”.
Y finalmente está el trabajo en equipo, que es un valor también presente entre nosotros pero en el que creo tenemos todavía un buen trecho para mejorar. Podemos interactuar más estrechamente entre las distintas áreas; compartir las mejores prácticas para que ellas se extiendan a todos los sectores; transmitir información en tiempo más real que pueda ser útil para el trabajo de los demás y el rendimiento del conjunto, etc.
Un mayor sentido de equipo faciltará también resolver a través del diálogo nuestros problemas cotidianos y afrontar mejor las adversidades que se nos presenten. Nuestra primera reacción ante las dificultades no debiera ser sentirnos solos, sino por el contrario entender que puedo contar con la ayuda del otro y trabajando en equipo lograr superar los inconvenientes.
La realidad es cada vez más compleja y debemos frente a ello actuar siempre con la convicción de que podemos contar con la mirada y ayuda bien intencionada de quienes nos rodean. Así estaremos en condiciones de generar confianza, que a medida que se expande se transforma en capital social. Ello nos permitirá comprender mejor las cosas y tomar las mejores decisiones.