Septiembre 2021
Columnas de opinión del Procurador General
Más capacitación, mejor servicio jurídico, mayor institucionalidad
Atravesamos jornadas agitadas. Al claro revés electoral sufrido por el Gobierno nacional en las recientes elecciones primarias le siguió la crisis que dicho resultado ocasionó en la fuerza política gobernante. No es inusual que una fuerte derrota provoque alguna conmoción, pero ello se ve claramente potenciado ante el experimento de que, en un régimen claramente presidencialista como el nuestro, el poder real se encuentre en manos de quien ostenta el segundo cargo en la fórmula presidencial.
No es el propósito de estas líneas reflexionar sobre esta situación, aunque si cabe requerir que las más altas autoridades del país puedan tener en estas circunstancias la humildad, templanza y responsabilidad necesarias para no agravar una situación ya de por sí extremadamente compleja como la que estamos transitando.
En medio de esta coyuntura nos disponemos a vivir un nuevo gran encuentro de toda la abogacía pública argentina, como lo es el IX Congreso Internacional de Abogacía Pública, Local y Federal que organizamos desde la Procuración General de la Ciudad de Buenos Aires. Son muchas las razones que explican nuestra alegría frente a esta nueva convocatoria. En primer lugar, por su misma realización en medio de esta situación excepcional de pandemia que seguimos enfrentando. Hemos logrado perseverar en los esfuerzos para seguir llevando adelante esta valiosa iniciativa comenzada en la gestión del Dr. Julio Conte Grand y que con el tiempo se ha instalado con el evento anual más convocante de toda la abogacía pública nacional, congregando profesionales de todas las jurisdicciones del país. Dadas las restricciones todavía imperantes el mismo se desarrollará bajo la modalidad virtual durante tres jornadas en un amplio horario vespertino. Una vez finalizado, las exposiciones quedarán disponibles en el Canal Youtube de la Procuración General para que todos puedan tener acceso a las mismas.
El título elegido como temática del encuentro es de rigurosa actualidad, pues el mismo reúne tres grandes cuestiones que resultan prioritarias poder iluminar con las ideas y debates que tendremos en esta cita académica. El federalismo está en las entrañas de nuestra organización nacional y, al decir del genio filosófico de Ortega, es parte esencial de nuestro proyecto sugestivo de vida en común. No tendremos chance de construir el país que soñamos sin lograr un desarrollo sostenido e integral en todas sus regiones y provincias. Por su parte, el respeto a los derechos fundamentales que hacen a la dignidad de la persona humana constituye el núcleo de la atención de toda gestión de gobierno ya que no hay bien común posible sin alcanzar satisfacer ese piso de derechos. Nos encontramos en una situación de emergencia, y debemos clarificar que las mayores prerrogativas estatales que la misma puede conferir nunca pueden llevar al apartamiento del ordenamiento constitucional.
La calidad y brillantez de los expositores invitados, tanto locales como internacionales, es una de las marcas registradas del evento. Son dichas cualidades, y el interés por escuchar sus luminosas reflexiones, las que convocan principalmente a los miles de asistentes que siempre participan. Entre los conferencistas locales contamos además con académicos, miembros de la judicatura y abogados litigantes, todos ellos provenientes de diversas jurisdicciones.
Como todos los años, y de modo creciente, el Congreso posee una marcada impronta federal, no tan sólo entre sus expositores y temáticas sino también por la procedencia de sus participantes, pertenecientes muchos de ellos al cuerpo de abogados de diversas provincias y municipios de todo el país. La riqueza de este encuentro - por cierto disminuida en la modalidad virtual - es uno de los aspectos más valorados del mismo.
En adición a todos estos beneficios, el sentido más profundo del Congreso radica en la afirmación y significado del título de estas líneas como una suerte de silogismo argumental. Cuanto mayor sea la capacitación y solidez profesional de los abogados integrantes del sector público, mejor será seguramente la calidad del servicio y asesoramiento jurídico que pueda prestarse, lo cual permitirá en este aspecto elevar y fortalecer los niveles de institucionalidad en las decisiones estatales y actos administrativos.
Con este espíritu nos preparamos para disfrutar de este encuentro la semana venidera, haciendo votos para que en el año 2022 la décima edición del Congreso nos permita realizarlo de manera presencial, con el valor académico de siempre pero volviendo a gozar de las emociones, de las miradas cara a cara, los abrazos y las charlas compartidas.