Mayo 2023

Columnas de opinión del Procurador General

Compartir en redes

Cuando la música nos ilumina

 

No constituye novedad alguna señalar que los argentinos estamos atravesando una muy grave y profunda crisis. El aumento de la pobreza y la creciente inflación que golpea especialmente a los más vulnerables son los signos más visibles de un ya largo proceso de atraso y decadencia que obedece a deficiencias que se presentan muchas de ellas como estructurales.

 

La sociedad se siente dolida y en no pocos sectores parece crecer un sentimiento generalizado de hastío y frustración. Se propaga una visión negativa al robustecerse la sensación de que todas las propuestas y fórmulas probadas anteriormente habrían ya fracasado. Ante esta amarga realidad predominan entonces el desasosiego y la angustia propios de toda oscuridad. 

 

Este es el humor social previo al proceso electoral que estamos comenzando a transitar. Gana espacio el voto bronca, que se manifiesta por la simpatía hacia las propuestas que lucen más disruptivas porque prometen dinamitar casi todo lo existente. Está claro que el largo derrotero de atraso que llevamos en nuestro país desde hace varias décadas brinda abundantes razones para explicar este clima de desaliento, también incrementado con frecuencia por la incomprensión y rechazo del ciudadano común frente a las naturales disputas internas en las agrupaciones políticas para definir las candidaturas.

 

Por estos días vinieron a mi memoria dos reconocidas melodías musicales que hacen referencia a la principal estrella que brilla con luz propia y alrededor de la cual gira nuestro planeta.

 

Ambas nos pueden servir para abrigar el deseo y mensaje que en este contexto nos fortalezca el ánimo y la esperanza de que un futuro mejor nos espera.

 

Nos acercamos a la fiesta patria de Mayo, y en tal sentido suenan en mi mente y espíritu la expresión de que “el Sol del 25 viene asomando”, aquel popular tema cantado por el legendario Carlos Gardel desde hace más de noventa años. La celebración de este nuevo aniversario de la creación del primer gobierno nacional, como en toda significativa efeméride, nos llena el pecho de fervor patriótico, y debe ayudarnos a recrear no solo el orgullo y sentido de pertenencia sino también la esperanza de forjar juntos un destino común venturoso. Vale la pena en estas instancias advertir que también nuestros más ilustres próceres y figuras del pasado debieron afrontar situaciones de crisis con enormes dificultades, y muchos de ellos nos han dejado lecciones de perseverancia, temple y capacidad de sacrificio para poder superarlas. No está de más que tengamos en cuenta esos ejemplos para enfrentar nuestros actuales desafíos.

 

En la apertura de un acto al que concurrí días pasados en la Legislatura porteña un coro interpretó la conocida canción “Soles” de Marilina Ross, cuya letra apuntó al corazón de todos los presentes y cuyo estribillo final todos los asistentes fuimos invitados a entonar. Es verdad que hay momentos en que no vemos el sol, y que la vida (tanto en la faz individual como colectiva) nos puede aparecer como llena de angustia e inquietud por la falta de luz, pero en rigor, como bien lo resalta dicha melodía en repetidas veces, “ el sol siempre está”.

 

Como decíamos viviremos en este año un proceso electoral que nos ofrece la oportunidad de elegir un nuevo rumbo para el país. Como bien lo titulaba en su última columna dominical en el diario La Nación el reconocido escritor Jorge Fernández Díaz, una sociedad dolida se encuentra a punto de tomar una decisión crucial, y para ello es preciso pensar con el mayor detenimiento la clase y tipo de gobernanza necesaria para trazar y recorrer un camino que permita sacar al país del fracaso permanente.

 

Aunque hoy no lo veamos, el sol siempre está, y nos puede iluminar a todos para que votemos con la mayor meditación. No tan solo se trata de escuchar las ideas que ciertamente pueden parecer más atractivas cuanto más prometen romper y dejar de lado las recetas del pasado, sino también ponderar, teniendo en cuenta las enormes complejidades con las que el nuevo gobierno deberá lidiar, como las mismas podrían llevarse a cabo. No menor resulta también evaluar en cada candidato su experiencia y condiciones personales y las capacidades de liderar y de contar con equipos de gestión para llevar a buen puerto los cambios profundos y radicales que deben adoptarse.

 

Anhelo que la próxima celebración de un nuevo 25 de Mayo nos permita redescubrir que un futuro luminoso nos espera si nos disponemos a construirlo con decisiones prudentes, esfuerzo y esperanza.

 

¡Feliz Día de la Patria!