De chico tocaba folklore con la guitarra, y llegué a presentarme en Cosquín, en 1967. Luego armé grupos de rock con amigos como Gustavo Montesano, su hermano Marcelo, Pino Marrone... Después largué todo para estudiar flauta, en el conservatorio de La Lucila; ellos siguieron y armaron Crucis. Yo estudiaba composición, armonía de jazz; escuchaba a Piazzolla, bossa nova, y comencé a pensar en componer una música que me identificara. Así surgieron los temas que integrarían Candombe del Parque Chacabuco.
Fueron muchos. Músicos como Piazzolla, Jobim, Santana, Chick Corea, el flautista Hubert Laws... Keith Jarret, Pat Metheny, Michael Brecker, Spinetta, Dino Saluzzi y muchos otros.
La realidad es que me gusta investigar diferentes instrumentos de viento, como flauta, flauta baja en do, piccolo, flauta en sol, saxo tenor y soprano, quena, xicus, moxeño, tarkas... También le doy mucha atención al piano y a los teclados, que son parte fundamental de mi estudio de grabación.
Estuve desde 1985 hasta 1991 en Europa y los EEUU. Obtuve una beca completa en Berklee College of Music y me recibí con un Dual Major en Jazz Composition & Performance en 1990. Realmente me sirvió muchísimo la universidad. Estaba haciendo música desde las 9 de la mañana hasta las 2 de la madrugada. Luego de las clases, nos quedabamos a ensayar con nuestros propios proyectos o trabajos con salsa, música latina y jazz.
Fue una gran experiencia, muy exigente, con año y medio de giras por todo el mundo. Muchas horas de ensayo, como 14 por día durante diez días antes de grabar el disco Flesh On Flesh, o una gira. Todo era muy serio, hasta los más pequeños detalles tenían que ser interpretados a la perfección.
Creo que en ese disco pude sintetizar una fusión original de ritmos americanos, e interpretarlos con soltura, liviandad y espíritu renovador. Y me acompañaron estos músicos excelentes, especialistas en la materia, que ayudaron a redondear la idea de esta Visión panamericana.