El Free Cinema
A mediados de la década de 1950, un grupo de jóvenes
contestatarios irrumpió en el dogmático y tradicional panorama
cultural británico. Liderados por el dramaturgo John Osborne, los angry
young men (jóvenes iracundos, como se los llamó
entonces), pronto se constituyeron en un potente movimiento que trascendió
el plano literario y de allí pasó al teatro y al cine.
En lo cinematográfico, se propusieron enfrentar el academicismo estilístico
y la temática de géneros que predominaba en la pantalla comercial
(adaptaciones literarias, comedias, policiales) y, tendiendo un puente con
el documentalismo inglés de los años treinta, concibieron al
film como un registro de la realidad social de su tiempo. Determinante en
esta concepción estética e ideológica del grupo fue Lindsay
Anderson (1923), un prolífico cortometrajista con gran experiencia
en el campo del documental que en 1954 había alcanzado notoriedad internacional
con su film Thursday's Children. (1)
Los otros referentes fueron Tony Richardson, que venía del teatro y
Karel Reisz, quien en 1953 había publicado "The Technique of Film
Editing", un libro capital sobre las técnicas del montaje cinematográfico.
Por otra parte, los tres cineastas ejercían la crítica cinematográfica
en la prestigiosa revista Sight and Sound e, incluso, Anderson y
Reisz habían fundado en 1947 la revista Sequence. De tal modo,
con ellos ocurrió un proceso similar al que se estaba desarrollando
simultáneamente en Francia con los cahieristas (2)
y la Nouvelle Vague: el pasaje de la teoría
a la praxis fílmica. La muestra de sus primeros cortometrajes, en febrero
de 1956 en el National Film Theatre of London, fue la presentación
formal del movimiento liderado por Anderson y conocido desde entonces como
Free Cinema. Pasión prohibida (Look Back in
Anger, Richardson) sobre la obra teatral Mirando atrás con
ira de Osborne, inició en 1959 la línea del largometraje
de ficción. A ella le siguieron Todo comienza el sábado
(Saturday Night and Sunday Morning, 1960, Reisz); Imprevisto
pasional (The Enterteiner, 1960), Sabor a miel (A
Taste of Honey, 1961) ambas de Richardson y El llanto del ídolo
(This Sporting Life, 1963) dirigida por Anderson. John Schlesinger
se incorporó al movimiento con Algo de verdad (Billy
Liar) en 1963 y Richard Lester lo hizo en 1965 con El knack... y
cómo lograrlo (The Knack... and How to Get It). Antiacadémicos,
corrosivos, estos films arremetieron contra la moral y las pautas neovictorianas;
entronizaron su mirada en las clases populares, mostraron situaciones de la
vida cotidiana e ironizaron sobre el conservadurismo burgués británico
haciendo una crítica social a medias entre la sátira y la poesía.
Producciones independientes de bajos costos, rodajes en exteriores, la interpretación
de actores no profesionales (o desconocidos por el público masivo)
y una trama ficcional tratada según la estética realista del
documental dieron forma a estas películas. En 1964 Richardson rodó
Tom Jones , sobre la novela de Henry Fielding, con adaptación
de Osborne. La disonancia estilística de esta multipremiada película
con respecto a la producción anterior pareció clausurar una
etapa del movimiento. De hecho, el grupo ya estaba prácticamente desintegrado
y sus representantes habían emprendido el camino del academicismo o
se habían adaptado a los principios de la industria: Richard Lester
realizó un par de comedias pop al servicio de Los Beatles (Yeah
Yeah Yeah! , 1964; ¡Socorro! , Help! , 1965),
Karl Reisz intentó insertarse en el circuito comercial con el film
biográfico Isadora (1968), sobre la vida de la bailarina
Isadora Duncan. John Schlesinger continuó su carrera en Estados Unidos
(Perdidos en la noche, Midnight Cowboy, 1969); (3)
y Tony Richardson alternó entre Estados Unidos
y Gran Bretaña una producción escasa. No obstante, al término
de los años sesenta, cuando el free cinema parecía
agotado, su espíritu rebelde y su esencia inconformista resurgieron
actualizados en If... (4)
(Anderson). Un film que rescribió la confrontación entre el
autoritarismo y la defensa de las libertades individuales, que desde hacía
quince años preconizaba el movimiento, pero que a la luz del conflictivo
1968 cobraba una dimensión y significación nuevas.