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Letras prohibidas
Sugerencias para una lectura desde la problemática de la violencia
por Fabiana Bertín


El nombre original del film es Quills, que significa pluma para escribir, pero también y al mismo tiempo, escritor. La traducción castellana no la favorece. Letras prohibidas habla de una aproximación al film que sólo resalta lo que la crítica remarcó como "una torpe apología de la libertad de expresión". Creo que Quills alude a otras interpretaciones si se observa la significativa relevancia que se da a la escritura y al escritor a lo largo de la trama, como algo más que los instrumentos que el escritor utiliza. Las superficies sobre las que escribe van cambiando desde la clásica hoja de papel, hasta sábanas o su mismo traje; así como el material con el que lo hace, que puede ser tinta, vino, sangre o hasta excremento. Es que su imperiosa necesidad de escribir no claudica cuando le son arrebatadas las hojas y las plumas para tal fin.
La historia no es fiel a los verdaderos hechos de la vida del Marqués y todo reparo que pueda haber surgido por parte de los espectadores sobre el uso que se hace de la misma es acertado. Se modifican tanto algunas circunstancias de su vida como las condiciones de su muerte; pero, a pesar de esto, al momento de pensar la película como un analizador de la categoría de violencia, ésta me aporta un material significativo. El escritor de la obra juega con una ficción que permitirá analizar el concepto de violencia interrogando la legitimación que se hace de ella de acuerdo al lugar desde donde es proferida y la posición en la que se ubica aquel que la ejerce sobre otros.
La película narra la historia del personaje que da nombre a una patología, el sadismo. Esta es una perversión sexual que se satisface acompañando las manifestaciones eróticas con actos de crueldad y violencia; es decir que el film toma uno de los personajes históricos más cuestionados en su integridad moral para demostrar cómo es él quien sufre el ejercicio de violencia y crueldad, y no las personas con las que el Marqués instrumentaba sus juegos sexuales. Esta mirada puede pretender hacer parecer inofensivas las novelas de Sade, cosa que ofendería al mismo Marqués. Sin embargo, a la hora de comprender y analizar la crueldad, fractura y desafía el modo habitual de hacerlo. No muestra a la crueldad como un acto individual, enfermo e independiente del contexto, sino como la puesta en juego de un dispositivo de poder.
La crueldad es este exceso que sobreviene del ejercicio de la violencia, que se explica habitualmente como producto de la "bestialidad". Solemos escuchar decir que algo es inhumano, que son como "bestias" las personas que cometen ciertos actos. Sin embargo, podríamos decir que los animales no tienen la capacidad de ser crueles con otros animales. En este punto es dable pensar cómo algo tan propiamente humano es revelado como lo menos propio, cuando en el lenguaje se intenta describirlo como efecto de una práctica "animal" y no humana. La paradoja está dada al suponer que los hombres sólo se entregan a la crueldad en la medida en que no son hombres.
Observar algunos de los detalles del film que hacen alusión a la crueldad (por ejemplo las prácticas médicas que el doctor aplicaba a sus pacientes entre ellos el Marqués, el trato que da al cura, a su mujer, a la criada; las escenas de la revolución, la relación amorosa del Marqués y su esposa, etc.) me llevó a recordar el texto Genealogía de la moral y, con él, a enhebrar algunas asociaciones al modo de disparadores de análisis de la categoría de violencia. En este controvertido texto, Nietzsche aporta una serie de desarrollos para pensar la crueldad como uno de los fundamentos más antiguos de la cultura y cómo la vida social no sólo se explica por el instinto de conservación (preservar el ser y la vida).
Según el autor de esta obra, la vida es crueldad. Acusa a los historiadores de la moral de estar faltos de "instinto histórico": para él contar la historia del origen de nuestros prejuicios se plantea como la posibilidad de repensar el concepto de moral e invertir ciertos valores. En este punto Nietzsche intenta quebrar el carácter absoluto que adquieren los valores al ser relativizados a fines utilitarios o altruistas. Un ejemplo de esto sería decir que alguien es bueno porque es reconocido por otra persona como tal. A esto el autor dirá que "El juicio de 'bondad' no lo emiten aquellos a quienes se les dispensó la bondad. Por el contrario, fueron los propios 'buenos', esto es los nobles, los poderosos, los individuos de posición, quienes se vieron a sí mismos y a sus actos como buenos". Estos sujetos en posición de poder se auto-confieren el derecho de crear valores y establecer términos valorativos. El film nos invita a analizar la dimensión de esta aseveración de Nietzsche cuando muestra cómo en la corte de Napoleón, mientras escuchan interesados y hasta fascinados al personaje que lee la obra del Marqués "Justin", se deciden a quemar todos sus libros y enviar a un médico a acallar "terapéuticamente" a dicho inmoral escritor.
La crueldad para este autor forma parte de la esencia del hombre y de los pueblos fuertes y originarios. Esta queda oculta en las prácticas disciplinares o de control de los pueblos moralizados, de manera tal que la crueldad aparecería en el trasfondo oculto de la cultura humana. Nos dice: "¿No es criar y disciplinar a un animal que pueda hacer promesas la paradójica tarea que se ha impuesto la naturaleza respecto al hombre?" El hombre llega a ser calculable, a hacer promesas, luego de sufrir el efecto de la "camisa de fuerza social" que necesita que él tenga memoria de sus promesas y ofrezca una garantía de su cumplimiento. "Una vez que el hombre vio la necesidad de hacerse una memoria, la empresa no se realizó nunca sin sangre, martirios, ni sacrificios": "... el dolor constituye el instrumento más poderoso de la mnemotécnica". (1) Según el autor, los genealogistas de la moral sustentan erróneamente que el castigo tendría una finalidad específica, es decir, castigar a quien no cumple sus promesas, siendo que esta explicación, la de su finalidad, sería posterior al hecho originario. Nietzsche rechaza la idea de que primitivamente el castigo respondiera al empleo retributivo de quien, a consecuencia de transgredir la norma, recibe una sanción dolorosa. En este sentido, el móvil que impele a aplicar castigos, dice, es gratuito, cruel y produce un placer (a quien lo ejecuta) más allá de cálculo utilitario. Las comunidades se arrogarían el derecho de disponer de feroces castigos sobre los individuos que no les respondan y cuanto más poder detenten las sociedades mayor será su capacidad de ser benévola si lo desea. Para el autor, la transformación de la población errante en Estado es consecuencia de un acto de violencia ejercido con fuerza para cohesionar y domesticar, a diferencia de los planteos de Rousseau o Locke de un contrato social primitivo como origen de la sociedad. Para él, este contrato sería posterior al ejercicio de violencia.
A todo lo largo del recorrido del film se desarrolla una historia paralela: la del romance entre el cura y la criada. Ambos se desean pero esta relación es imposible en el marco de sus creencias religiosas. Lo que llama poderosamente mi atención es como el Marqués incide en la misma afectando a los personajes de diferentes maneras. En la criada, se plantea cómo son los libros del Marqués los que le permiten llevar una vida más pura ya que mediante la lectura de los mismos canaliza su deseo sexual. En el cura, el Marqués despertaría su deseo sexual, el que intentará evitar a toda costa infligiéndose enormes sufrimientos. Estas escenas me remontan nuevamente a otro de los factores abordados por Nietzsche en el libro antes citado, el sentimiento de culpabilidad. Este sentimiento se une a la vida en sociedad donde ante la imposibilidad de dirigir la agresión contra otros, retorna al propio sujeto como auto-tormento. Es por esta razón que aquellos que intentan pensar la crueldad se encuentran con un esfuerzo que los excede al tratar de analizarla, el hombre quiere lo que lo hiere y hiere cuando quiere.
Otro giro en la lectura del film completaría lo antes planteado: que todas las sociedades instituyen sus fuentes de autoridad y poder. Para estos fines, las sociedades utilizan mediadores privilegiados, al modo de este médico que arriba al manicomio donde se encuentra internado el Marqués. El médico encarna un cierto saber científico sobre el modo de abordar, en este caso, la locura y este saber hablará a través de su boca. La contradicción con la que juega el film respondería a que en cierto punto, el médico encargado de la cura sería tanto o más perverso que el propio Marqués de Sade; la diferencia de que su obrar no sea considerado violento, sólo depende del lugar desde donde él opera y el reconocimiento que se hace de éste como "lugar de autoridad" o "poder". La crueldad con la que se desempeña el médico para intentar "curar" al Marqués excede, a los ojos del cura encargado del manicomio, lo que él considera necesario o "bueno". Hay en estas escenas imágenes que muestran claramente cómo el médico no soporta ser desafiado, se hace necesario para él dominar a este sujeto y encuentra en el aval científico el soporte de su propia crueldad. De este modo, se observa que los efectos de poder centralizadores están ligados al funcionamiento y la institución de un discurso científico.
El personaje del cura encargado del manicomio es afectado increíblemente por el Marqués. Podríamos decir que casi al modo de un maestro, el Marques provoca en el cura una transformación en el modo de leer las prácticas del médico que en un determinado momento él avaló y luego deja de autorizar. Pero en el instante en que deja de reconocerlas como válidas, pasa a ser él (el cura) considerado como un loco más. Hay en este sentido una legitimación de la violencia, ¿es que podemos pensar la dominación sin una cierta forma de subjetividad que acompañe y consensúe los discursos dominantes? Se "naturaliza" una forma de violencia con la que los pueblos acuerdan, a partir de la cual el Estado ejerce su hegemonía y serán ciertos mediadores o intermediarios los encargados de disciplinar a las personas. Recordemos que la película cuenta la historia del Marqués de Sade, escritor francés quien atravesando su vida el marco de la revolución francesa presenta paradojas tanto para el antiguo como el nuevo régimen; se considera un republicano y es, al mismo tiempo, un noble. Esto le permite escribir y mantenerse con vida pero molesta con sus comentarios "inmorales" el gobierno de Napoleón I, a quien le es más fácil encerrarlo y considerarlo un loco que matarlo.

[1] Nietzsche Friedrich (1998): Genealogía de la moral. Edimat libros. España. Subir

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