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Storytelling (Historias de ironía y perversión)
Sugerencias para una lectura desde la problemática de la autoridad
por Evangelina Canciano


Suele decirse que Todd Solondz es el gran provocador del cine independiente estadounidense y las controversias que su último film, Storytelling, ha provocado en un amplio sector del público de alguna manera lo confirma.
Este director entiende que el rechazo que su cine es capaz de producir proviene no tanto de los temas que trata sino, en todo caso, del hecho de que él, como director, puede tener su propio punto de vista moral sobre lo que está contando, pero no da ninguna pista, ninguna señal de qué es lo que el espectador debe pensar o sentir frente a ese mecanismo narrativo.
"En el cine de Solondz no hay manual de instrucciones ni hoja de ruta, sólo un puñado de situaciones tomadas de la observación de las costumbres de la vida suburbana norteamericana y expuestas con un grado de desnudez que las puede hacer tan graciosas como intolerables." (1)
Si bien las historias que conforman Storytelling no mantienen entre sí conexión narrativa, podríamos decir que ambas nos ofrecen significativos elementos para abordar la cuestión de la destitución simbólica de las instituciones tradicionales como la escuela y la familia.
La infancia y la adolescencia "modernas", es decir, tal como las conocimos hasta hoy, no siempre existieron. Podemos decir que son subjetividades producidas, instituidas por dos discursos o narrativas que se constituyeron y desplegaron con fuerza en todo occidente desde fines del siglo XIX y a lo largo del XX, como son la familia burguesa y la escuela estatal.
Ambas instituciones se sostenían en la autoridad del adulto, la creencia en la necesidad de protección y cuidado de la infancia y en "la noción del futuro como conquista de una adultez que se vive como una etapa deseada". (2)
Ahora bien, si nos centramos en "Non Fiction", en la segunda de las historias encontramos una serie de escenas que ponen en el centro la cuestión del quiebre o ruptura de estos dispositivos. Por ejemplo, un Toby Oxman interesado en realizar un documental acerca de los adolescentes del siglo XXI y su familia porque considera que los jóvenes de hoy son desinteresados, apáticos; una familia que finalmente accede y se complace en participar de ese documental tanto o más que su hijo mayor; un niño capaz de dirigir a su padre para cumplir sus caprichos como echar a la mucama, la ausencia de la posición de protección y autoridad de los padres hacia los hijos, la indiferenciación de los lugares tradicionales de padres e hijos.
En "Fiction" podemos observar otra veta de este mismo problema si nos detenemos en la cuestión de la autoridad del adulto como condición para que el vínculo educador educando se constituya. Posición que para el educador significa un lugar de poder que reposa en la legitimidad de sus conocimientos. Pero, ¿qué ocurre cuando el profesor Scott utiliza su posición de poder para acercarse a una alumna a fin de seducirla y someterla a una práctica sexual humillante? Ocurre que se aprovecha de su lugar y, por tanto, del lugar de "no saber" del alumno, de modo que el vínculo educativo se disuelve, no sólo por el acto de perversión que realiza el adulto, sino también porque lo que se pone en cuestión es su autoridad, elemento clave sobre el que se montó uno de los pilares fundamentales del dispositivo escolar: el docente.
Para explicar las nuevas características que atribuimos a la infancia y la adolescencia, la caída de la autoridad, la distancia o brecha que se establece entre jóvenes y adultos, Duschatzky-Corea se basan en la noción de destitución de las instituciones modernas.
Pero, ¿de qué hablamos cuando hablamos de destitución de las instituciones? Nos referimos a la pérdida de su eficacia simbólica, es decir, a la pérdida de su capacidad para constituir a un sujeto alrededor de un conjunto de normas y valores que son los que rigen la vida social. (3) La destitución simbólica de las instituciones refiere entonces a que la ficción que éstas construyeron, mediante la cual eran interpelados los sujetos, perdió la capacidad de producir efectos prácticos. (4)
Se trata de un agotamiento del dispositivo escolar y familiar en tanto instancias instituyentes de subjetividad.
De modo que las transformaciones que visualizamos en la infancia y la adolescencia nada tienen que ver con la pérdida de su esencia o la perversión de su naturaleza sino con la destitución de las condiciones institucionales que durante la modernidad la hicieron posible.
Destitución que explica a su vez, el desplazamiento -producido en los últimos años- del lugar que ocupaba la escuela en la constitución de los adolescentes y su reemplazo por los medios de comunicación.
Comprender este desplazamiento requiere que nos centrernos en el ya conocido pasaje de la modernidad a la posmodernidad, el cual es más que un mero cambio o agregado de palabras, implica un cambio en los discursos y prácticas que veníamos sosteniendo."Mientras que en la modernidad la cultura escolar era la cultura legítima, en la actualidad son los nuevos y más desarrollados medios de comunicación los que están en igualdad de condiciones -o acaso en superiores- de influir en la infancia y la juventud. Ha llegado a tanto su influencia que también los viejos medios de comunicación, como la TV, que antes estaban harto vapuleados por la cultura escolar, comienzan a ser percibidos con un nivel de legitimación mayor". (5) Desde esta perspectiva, no resulta entonces casual la fascinación por los medios de comunicación, no sólo de Scooby, el hijo mayor, sino de toda su familia.
En "Fiction", a diferencia de la otra historia, encontramos a un grupo de jóvenes "interesados", comprometidos con la escritura, al parecer una cuestión poco común en los tiempos actuales en el que ya resulta habitual escuchar que los jóvenes no leen, no estudian.
Sin embargo, a medida que penetramos en el film, vemos a Marcus, un joven que sufre parálisis cerebral y asiste al taller de escritura, elaborar un relato explícitamente autobiográfico sobre su parálisis. Por su parte, Vi, la novia de Marcus, luego de la humillante, insultante y traumática experiencia sexual que tuvo con el profesor Scott, lee un relato testimonial también basado en esta experiencia. Ambas escenas ponen en el centro la dificultad de estos jóvenes para ver o hacer de la escritura un lugar de ficción, lo cual es destacado por el mismo profesor Scott, quien ante el relato de Marcus irónicamente le pregunta si el subtítulo "La crudeza de la verdad", que le ha puesto a su relato, es pretencioso o chistoso, o cuando ante la afirmación de Vi de que todo lo que ella narra sucedió realmente, el profesor contesta que el hecho de que esté basado en la realidad no exime al autor de la responsabilidad de la ficción.
Desde aquí lo que pretendemos poner de manifiesto es que en la escritura la oposición ficción-realidad se disuelve. Pero se disuelve porque lo que no se sostiene es la asimilación de la ficción con la idea de mentira o falsedad y la realidad con la verdad. No hay forma de nombrar la realidad si no es a través del lenguaje, de la palabra. No hay modo de decir algo acerca de la realidad si no es a través de la narración.
Ahora bien, la narración o la escritura siempre es ficción, invención que puede o no estar basada en hechos reales. Así, la verdad alcanza un status diferente, ya no se trata de la verdad de la realidad, sino de las verdades que una ficción puede transmitir a quien la lee.
Esta dimensión de la escritura, que bien puede ser un lugar de constitución de los jóvenes, en el film queda reducida al lugar de la expresión de lo que les sucede.
Quizás esta cercanía a la realidad, esta dificultad para hacer de la escritura algo más que un espacio para decir lo que les ocurre, tenga que ver con el contexto histórico en el que la adolescencia y la infancia actuales se constituyen. Un tiempo en el que las ficciones y discursos que nos interpelaban y asignaban un lugar en la trama social han sido destituidas y reemplazadas por otros -mercado, medios de comunicación, drogas- que ya no contienen la promesa de un futuro mejor, sino tan sólo elevadas cuotas de ironía y perversión.

[1] Monteagudo, Luciano. Todd Solondzy el valor revulsivo."Storytelling". En diario Página 12. 09/05/2002. Subir
[2] Duschatzky, Silvia, Corea Cristina (2001): Chicos en banda. Los caminos de la subjetividad en el declive de las instituciones. Paidós. Buenos Aires. Pág. 87. Subir
[3] Duschatzky, Silvia, Corea Cristina. Ibidem. Pag. 82. Subir
[4] Duschatzky, Silvia, Corea Cristina. Ibidem. Pag. 81. Subir
[5] Narodowski, Mariano (1999): Después de clase. Desencantos y desafíos de la escuela actual. Novedades Educativas. Buenos Aires. Pag. 75. Subir

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