Comentario de la película “Una mente brillante”

Por iniciativa de la profesora Cristina Mera, acompañada por los profesores Rossi, Gelvenzú y Perandones, el día 28 de mayo, los alumnos de 5° año del turno tarde concurrieron al cine Atlas.

            La película Una mente brillante refleja diferentes sentidos en el desarrollo de la vida real. Pero, a veces, la vida puede ir más allá de la realidad, es decir, inclinarse hacia lo fantástico. Es en ese momento cuando se produce la incertidumbre entre lo ficcional y lo real.
            Tal es el caso del profesor John Nash, quien, a pesar de que aportó pruebas brillantes a las actividades de las Ciencias Exactas, lo hizo sobrellevando una difícil situación personal: padecía de esquizofrenia, una enfermedad que se le manifestó junto con el inicio de su carrera como profesor en Matemática. El síntoma principal era el de las visiones en las que se le presentaban tres personas. Una de ellas era un hombre que lo obligaba a trabajar en un lugar, donde debía realizar funciones operarias; en la segunda, se le aparecía un señor con una niña, quienes aparentaban tener una amistad con el matemático. Incluso, se le representaban iluminadas, ante sus ojos, las figuras de los textos, las cuales recordaba y pegaba en su despacho.
            Todos estos hechos provocaron, obviamente, cambios en su forma de ser y en la relación con su esposa. Cuando la conoció, ella era su alumna en la universidad y pudo conquistarlo cuando hizo ver que no sólo debía valorar su inteligencia, sino también el amor.
            Si bien ella desconocía la enfermedad de su esposo, al enterarse, permaneció junto a él hasta el día en que fue dado de alta.
            El tiempo pasó, su vida parecía haber mejorado; sin embargo, las visiones que había tenido en el pasado volvieron a aparecer. El porqué era sencillo: John no había tomado las pastillas que los médicos le habían recetado.
            Como no podía ejercer su carrera, se dedicó a dar clases de apoyo a los alumnos de Ciencias Exactas. Para revertir el daño causado por su enfermedad, concentró sus esfuerzos en el amor a su familia y a su trabajo. Así pudo lograr el aprecio de todo el mundo y ganar el Premio Nobel, en el año 1994.
            En conclusión, John Nash aprendió una lección muy importante en su vida: era  escuchar más al corazón que al pensamiento. El hecho de padecer esa enfermedad y de soportar las burlas lo fortalecieron para salir adelante y no bajar los brazos frente a la adversidad.

 

                                                                                                                     Adrián Herrera
5.º 2.ª Turno tarde