2002
La noticia
periodística
Periodistas
al fin
Las dos
producciones que inician este artículo, dan cuenta
del trabajo expresivo de los chicos de 4º grado, en relación
con hechos temporalmente diferentes, pero vinculados a la
currícula escolar y a situaciones coyunturales como
la donación de juguetes.
Imagino
que soy un periodista de la época y quiero escribir
un artículo sobre las Invasiones Inglesas Diario “
La Gazeta”
Fecha: 25 de junio de 1806
Título: Alarma y confusión en Buenos Aires
Copete: Buenos Aires, 1806. La apacible mañana porteña
del 25 de junio se vio sacudida por fuertes cañonazos
de alarma.
Cuerpo de la nota: Al levantarse, los porteños divisaron
barcos ingleses que formados en línea de batalla, sitiaban
el puerto. La confusión y la alarma reinaban en toda
la ciudad. Centenares de hombres, provenientes de distintos
barrios, corrían hacia los cuarteles. Allí,
en medio de un gran desorden, recibían armas y equipos.
Cerca del mediodía las naves pusieron rumbo hacia el
sudoeste.
La tranquilidad regresó a las calles porteñas,
pero otro cañonazo de alarma daba el alerta nuevamente.
Camila Serra, 4ºB, Turno mañana
En el Bernasconi se hicieron donaciones Chicos necesitan juguetes.
En el Bernasconi hicieron una campaña solidaria para
donar juguetes de todo tipo para chicos necesitados. Los chicos
de este colegio hicieron una donación de juguetes que
están en buen estado para barrios pobres y hospitales.
En el “Día del Niño”, los chicos
que recibirán estas donaciones, se sentirán
muy felices y agradecidos.
Evelyn Daiana Gonzáles 4ºC Turno Tarde
Cómo
surgieron estos textos
La escuela,
como centro de confluencia y elaboración crítica
de las otras instancias transmisoras de saberes, debe integrar
las representaciones y los mensajes de los medios para deconstruirlos,
reconstruirlos y resignificarlos conceptual y experimentalmente
de manera de aprehenderlos. Los mensajes de los medios, siempre
presentes en la vida cotidiana permiten aprovechar la relación
y el interés fresco e intuitivo que ya tienen para
con los medios para poder ejercitar la lectura, la interpretación,
el análisis, el debate y como ultima fase, la producción
de textos donde pueda observarse el proceso de comprensión
y lo nuevo adquirido.
La Escuela 4 decidió realizar un trabajo de periodismo
gráfico, a partir de actividades de
producción de textos que responden a las características
de Noticias. La propuesta tiene como objetivo fundamental
que los alumnos conozcan los rasgos esenciales de los textos
periodísticos, sus diversas modalidades, función
social y el grado de influencia que ejercen sobre la opinión
pública. Para ello se ha propiciado como ejercicios
áulicos la observación minuciosa del diario
como objeto portador de contenidos, el reconocimiento de las
noticias (qué, quién, dónde, cuándo,
cómo), los hechos que pueden suscitarlas y sus tipologías
expresivas, su clasificación. Asimismo se evaluaron
los elementos paratextuales intervinientes como el título,
la volanta, copete, tipo de letra y tipo de impresión,
la comparación de los diferentes diarios de un mismo
día y el tratamiento que cada uno otorga a la misma
noticia y la producción individual y grupal de textos
.
Las dos “noticias” que inician este artículo
dan cuenta del trabajo expresivo de los chicos de 4º
grado, en relación con hechos temporalmente diferentes
pero que mantienen cierto nexo con el mundo de los chicos:
la noticia sobre las Invasiones Inglesas se relaciona con
una temática curricular, que aquí se escribe
como si se tratara de una diario de época; en el segundo
texto, se aborda un tema coyuntural: el regalo de juguetes
para el “Día del Niño”.
Este conjunto de actividades para 4º grado, - desarrolladas
durante los meses de junio y julio-, tienden a darle cauce
a la creatividad siempre latente de los niños para
estimular en ellos no sólo el aprendizaje de nociones,
sino también el juicio crítico frente a las
alternativas discursivas elegidas por los diferentes medios
gráficos de comunicación masiva.
“Bernasconi, escuela abierta”,
octubre de 2002 |
2003
REPORTAJE
A LUIS PESTARINO
Abuelo,
de profesión Árbitro
“El
agua mansa que cae, protege y reproduce la tierra, la
que cae torrencialmente destruye todo.”
Luis Pestarino |
José Juan Gallardo
Reportaje a Luis Pestarino
|
Nuestra
escuela está abocada a un proyecto institucional que
tiene como eje los valores éticos trabajados con personas
de todas las edades. Nos pareció muy interesante y
más aún cuando la Srta. Cynthia nos propuso
presentar un reportaje para la Revista del Instituto Bernasconi.
Había que elegir a un abuelo no sólo por su
historia familiar sino también por su trascendencia
profesional y que pudiera dar un mensaje a la comunidad educativa.
Nos pusimos a investigar y apareció “nuestro
abuelo”, un abuelo especial. Él viene seguido
al cole. Sus nietas están estudiando en la Escuela
N°4, en el Tuno Tarde y nos contaron algunos secretos
para conocer mejor a nuestro entrevistado: Don Luis Pestarino,
ex-árbitro de fútbol internacional. Bastó
un llamado. Lo citamos el día martes diez de junio
a las quince horas. Muy puntual. Alto. Elegante. Con ropa
sport. Su simpatía llenaba la Dirección de la
escuela. Muy conversador y dispuesto a colaborar. Nos latía
el corazón ante tal experiencia. Éramos seis
alumnos y tres grabadores (por si algo fallaba).
De nuestra charla de casi dos horas, seleccionamos algunas
respuestas. Guardaremos la grabación completa como
un gran trofeo.
¿Luis,
cómo y cuándo empezaste tu carrera de árbitro?
Mi
carrera de árbitro comenzó en 1953. Sacá
la cuenta. A los 27 años, cuando aún no me había
casado.Tenés que ser mayor de edad y tener Responsabilidad
Civil. En ese año entré al curso de árbitros.
Duró un año. Se estudiaban todas las leyes que
rigen ese deporte y después te tomaban un examen oral
y escrito. Después ibas a las pruebas dentro de los
campos de juego a dirigir cuarta, quinta, novena, infantil.
Y ahí te iban calificando para poder ir ascendiendo.
¿Por
qué te dedicaste a esa profesión?
Fui empleado bancario. Ahora soy jubilado. Cuando era segundo
jefe de división vino un amigo y me propuso estudiar
para ser árbitro. Primero le dije que estaba loco.
Me convenció porque me dijo que era una carrera rápida
e íbamos a ganar plata. Estudié mucho.
¡Lo tomé con tanta devoción que me olvidé
del dinero! Total, yo pensaba que después del trabajo,
tal vez, vendría la plata. Y así fue. Porque
antes los árbitros argentinos no dirigían los
partidos de la AFA . Dirigían los árbitros ingleses.
No nos dejaban dirigir porque decían que los dirigentes
no confiaban en los argentinos.
¿Cómo ves el arbitraje actual?
En este momento no puedo hacer un juicio de esos. No puedo
decir si son buenos, regulares o malos. Eso queda para el
Colegio de Árbitros que son los que dicen cómo
dirige cada uno. Hay algunos de diez puntos, otros de ocho,
cinco, cuatro. Dentro de la viña del Señor hay
de todo. En el arbitraje pasa lo mismo. Están los que
sobresalen y los que no. La enseñanza de antes, dicen,
era mejor porque los profesores que estaban entonces, eran
profesores. Los que están ahora, actualmente, en el
Colegio de Árbitros y en la SADRA, son aventureros.
¿Se
puede vivir con lo que se gana con el arbitraje?
No. Porque si no te alcanza, usarías el arbitraje para
otra cosa. O sea para hacer ciertas cosas que no te permite
la conciencia. Lo que se gana en dirigir en el arbitraje es
un dinero extra que ingresa en tu familia, además de
otros trabajos. Cuando yo fui árbitro me exigían
tener un puesto fijo.
¿Qué pensás sobre la violencia en el
fútbol?
La violencia en el fútbol siempre existió. El
que está en el campo de juego, arbitrando, debe poner
las cosas en su lugar. Que el jugador vea que el que arbitra
es una persona que sabe mucho, que sabe llevar bien las cosas
y sabe respetar a los jugadores. A aquél que se porta
mal, se le pone “amarilla” o “roja”.
Pero siempre hay que ser benévolo en esto. En el prólogo
de una revista de la FIFA dice que “el buen árbitro
no es el que echa mucho sino aquél que entra con los
veintidós y se retira con los veintidós”.
Echar es fácil. La cuestión es saber. Si veo
que te estás portando mal en la cancha, me acerco a
vos y te digo: “Mirá que vos estás en
el límite”. Le llamo la atención. Si veo
que da una patada fuerte lo observo una vez pero le aclaro
que no vuelva a pasar. Así ya ganás al jugador.
Se dice que el agua mansa que cae, protege y reproduce la
tierra, la que cae torrencialmente destruye todo.
Los vemos corriendo a la par de los jugadores. ¿Hay
que tener alguna preparación física?
Si. Yo era el árbitro más perezoso para hacer
gimnasia. Pero decía que los que se mataban con la
gimnasia, en la cancha, caminaban. En cambio, yo no era perezoso
en el campo de juego. Estaba siempre al lado de la pelota.
¿Cómo tomó tu familia la elección?
Cuando tomé esa decisión, mi mamá ya
era una persona mayor. Pero a mi esposa, que en esa época
era mi novia, le dije que allí estaba mi futuro; podría
traer dinero para casa y los chicos podrían estudiar.
Le pedí que no me lo prohibiera. Mi señora fue
mi almohada. Sufrió. Muchas veces volvía de
los partidos mal y ella me calmaba. Era mi sustento. Pero,
en el referato tuve muchas satisfacciones. La gente me quería.
Yo hablaba con el público cuando dirigía. Y
donde había partidos difíciles me mandaban a
mí. Yo digo que soy como el profeta Daniel, quien como
no renunció a su religión lo tiraron a los leones
y, cuando fueron a ver si los leones se lo habían comido,
lo vieron a Daniel hablando con ellos. Los jugadores me querían
y esa es una ventaja para un árbitro.
¿Participaste en algún mundial?
Participé en dos mundiales. En el de Alemania (1974)
y en Argentina (1978). En 1971 fui al Preolímpico.
De veinte equipos iban dos solos de Sudamérica. Después
fui a las Olimpíadas de 1972 donde era cuando mataron
a los judíos y que casi se suspenden. Después
dirigiendo ahí un partido de Hungría y Alemania
, en el estadio olímpico de Munich, me gané
el pase al Mundial 1974, sin que la Argentina me eligiera.
Cada país en los mundiales proponen tres árbitros
y de esos eligen treinta y dos. Mirá cómo pasan
limpieza. Van viendo cómo dirigiste en tu vida, cómo
sos como persona. En 1972 me vio el presidente de la FIFA
y me dijo que con mucho gusto me iba a ver en el Mundial 1974.
En 1973 no me mandaron en las listas y cuando se enteraron
que igual salí elegido, acá se armó un
revuelo bárbaro. Yo no tenía la culpa. Hice
méritos. Sembré la semilla, después dio
frutos.
¿Alguna vez te peleaste con algún jugador?
No, nunca. El árbitro no se tiene que pelear con un
jugador porque entonces pierde personalidad. Además
te sanciona la AFA y te suspende.
¿Cuál fue el jugador más problemático
cuando arbitrabas?
El jugador más problemático fue Carlos Bilardo.
Había que tener los ojos encima de él. No te
podías distraer porque si no cometía una infracción.
¿Conservás
alguna amistad de esa época?
Nosotros, los de ese momento, nos reunimos una vez por mes.
Somos una cierta cantidad de árbitros que para poder
participar de esa mesa tienen que ser votados
por el 100 por ciento de los miembros. A esa reunión
la disfrutamos. Somos dieciséis. Algunos grandes nombres
no pueden venir.
¿Se armaba mucho lío cuando jugaban
los clásicos?
No, no. Porque eran jugadores que se dedicaban al fútbol.
Ahora, sí. Antes los jugadores eran más profesionales.
Iban a jugar al fútbol. Ahora, cuando un jugador se
ve perdido busca al árbitro, como a “la mamma”.
¿Cuándo dirigiste tu primer partido?
Mi primer partido fue en el año 1964, el de Argentinos
Juniors y Huracán, en la cancha de Huracán.
¿De qué equipo sos?
Desde que era chiquito, de las gallinas. Cuando dirigía
no me interesaba nada. Yo dirigía sin problemas. River
perdió varias veces conmigo.
¿Qué querías ser cuando eras
chico?
Cuando yo estaba en cuarto grado quería ser sacerdote.
Seguí la carrera de sacerdote pero tuve que abandonarla
antes de recibir los hábitos porque mi mamá
quedó viuda y entonces la tuve que ayudar. Si no, mi
deseo era ser sacerdote.
¿Tuviste miedo , alguna vez, de dirigir algún
partido?
Sí, cuando tuve que dirigir mi segundo partido entre
River y Estudiantes de la Plata. ¡Tenía tantos
nervios! Llegué a la estación de City Bell y
me bajé del tren. Después volví a subir
y me mandé. Fue la primera vez que tuve miedo.
¿Cuántos partidos dirigiste?
¡Uh! Como mil. Calculá que yo empecé a
dirigir en 1954 y terminé en 1978. Mirá cuántos
partidos, entre oficiales e internacionales.
¿Alguna vez tuviste problemas con la hinchada?
Solo dos veces. Una cuando dirigí San Lorenzo- Huracán
donde yo anulé un gol porque estaban en una posición
prohibida. La otra fue en Atlanta- Chacarita. Di un penal
faltando treinta segundos para el final del encuentro. El
hijo del Presidente de la República, el General Viola,
me tiró una bomba incendiaria en mi casa. La apagué
enseguida y no tuvieron que venir los bomberos.
¿Qué consejo le darías a un chico que
quiere seguir la profesión de árbitro?
Primero es que si no tiene vocación que no lo haga,
porque no va a triunfar, se va a quedar en el camino. Tiene
que haber vocación. Si la tiene se va a esmerar todos
los días y llegará hasta el final, que es la
gloria. La gloria, el triunfo, es un camino muy largo, lleno
de rosas, todo muy lindo. Pero acordáte que tenés
que caminar descalzo. Debajo de las rosas están las
espinas, o sea, los problemas, caídas, subidas y esas
son las espinas. Hasta que llegás al final. Y ahí
no toques el cielo con las manos porque si no te vas a quemar,
porque va a empezar la soberbia. La humildad es de la gente
inteligente y la soberbia , de los ignorantes.
¿Cuál ha sido para vos el mejor árbitro?
Roberto Goicochea, que en paz descanse. Fue un compañero
mío, un gran árbitro. Tenía una gran
personalidad. Entraba al campo de juego y su presencia dominaba
todo el campo.
¿Qué mensaje le darías a todos los Adultos
Mayores que pasan los 60, 70, 80 años?
Ellos fueron los promotores, los pioneros de este país.
Para ellos la palabra dada era un cheque. Que sigan dando
sus ejemplos con tanto amor porque la juventud
los necesita.
Y la conversación
continuó un rato más. No queríamos que
la entrevista terminara. Don Luis nos había cargado
con toda su energía. Al retirarse nos dijo: “Me
voy contento porque sé que van a decir la verdad y
sólo la verdad. Los periodistas profesionales no siempre
lo hacen.” Y lo vimos irse por los largos pasillos del
Bernasconi saludando a todos a su paso.
¡Todo un Grande! ¡Un ejemplo para imitar!
ALUMNOS
PARTICIPANTES- 7º GRADO “E” y “F”
Verónica Blasi
Lohana Canónigo Bonilla
Crístopher Gauna
Ivana Sánchez Rojas
Leonel Simone
Rodrigo Tajadura
DOCENTE RESPONSABLE
Prof. Cynthia Coral Pucciarelli – Área Práctica
del Lenguaje
“Bernasconi,
escuela abierta”, agosto de 2003 |