Periódico Plural

banner

Liliana
La música nos acompaña rememorando etapas que quedan grabadas en nuestros recuerdos. El tango nos identifica como argentinos, y la escuela es el lugar adecuado para promover espacios de cultura ciudadana donde apropiarse de nuestra identidad, disfrutarla y fortalecerla.
Lic. Liliana Pugliese, maestra de Música de la Escuela Nro. 25 Gervasio Posadas D.E. 3

Como maestra de música del primer ciclo de una escuela primaria, me encuentro a diario con la tarea de poner en juego la creatividad y la riqueza expresiva, con el afán de que los niños tomen contacto con los ritmos propios de nuestro país y, en este caso, con la música ciudadana: «el Tango».

La propuesta nació espontáneamente en 3.er grado, durante una clase en la que escuchábamos diferentes ritmos. La consigna fue «moverse al ritmo de la música». Entre carnavalitos, chacareras y zambas, aparecieron fragmentos de Tinta Roja, interpretado por la orquesta de Osvaldo Pugliese. Una alumna reconoció «el ritmo de tango» y comentó que su abuela «lo escucha y lo baila». Otra alumna dijo que había tomado clases de baile y, a continuación, deslizó sus pies contando en voz alta los pasos básicos y dibujando ochos en el piso.

Surgió la curiosidad, y se movilizó el deseo de saber más sobre ese ritmo. De esta manera, planifiqué la tarea como un proyecto. Los objetivos serían conocer el ritmo del tango mediante la audición musical y acercarse a su expresión a través del canto y del baile.

Comenzamos escuchando algunos tangos cantados por voces femeninas y masculinas, y otros ejecutados por orquestas. Comprendimos y cantamos los versos de Sur, los expresamos gráficamente; también, buscamos bibliografía sobre sus orígenes y confeccionamos una encuesta para hacer partícipe a la familia. Mientras tanto, los alumnos bailaban por los pasillos de la escuela durante los recreos y ensayaban ochos y figuras para el final. Era común el tango en mi escuela observar escenas en donde compartían lo aprendido en clase. Posteriormente se fueron sumando al proyecto el resto de los alumnos del primer ciclo.

Se intensificó la curiosidad de los padres por saber qué es lo que estábamos aprendiendo, y cómo podían colaborar. Así, algunos acercaron grabaciones
y un video de niños bailando. El interés aumentó en la comunidad educativa. Las clases se desarrollaron en un clima de entusiasmo, y el proyecto tuvo su cierre en la muestra del acto de fin de año.

tango

Así, se manifestaron nuevas habilidades, deseos y la satisfacción de haber encontrado «un lugar» donde expresarse. Cada uno vivió su propia experiencia; se observaron actitudes de colaboración, solidaridad y compañerismo.

La mayoría de los alumnos revelaron un alto grado de compromiso con el proyecto y se mostraron entusiasmados y deseosos de compartir con orgullo lo aprendido. Este proyecto se podrá continuar y enriquecer en otra oportunidad.

Gracias a él, se facilitó la integración de algunos niños que fortalecieron su autoestima y las relaciones grupales. Fue solo un comienzo que despertó el interés por la música ciudadana.

Tu experiencia docente puede ser singular.

Escribinos a plural@buenosaires.gov.ar