Periódico Plural

Durante el presente ciclo lectivo, los docentes de la Escuela N.º 6 D.E. 17 continuamos trabajando con el proyecto «Bicentenario de la Ciudad de Buenos Aires: presente, pasado y memoria». A tal fin, los docentes de primer ciclo y la maestra bibliotecaria decidieron resaltar el papel de la escuela primaria en la formación de aquellos hombres del ayer y de los ciudadanos de hoy. Así se preparó el proyecto «Nuestra escuela en el tiempo».

Analía Zottola, Gladys Spinelli, Rosana Bottino y Nélida Paolini, docentes de la Escuela Nº6. Estado de Esrael D.E. 17

Para abordar la propuesta referida, nos basamos en nuestro Diseño curricular y tuvimos en cuenta los intereses de nuestros alumnos, la etapa evolutiva por la que atraviesan y la interacción del conocimiento y planificamos estrategias que permiten al niño recrear y vivenciar su aprendizaje.
Analizamos también la didáctica de las Ciencias Sociales y, sobre la base del enfoque constructivista del aprendizaje, estudiamos la escuela de nuestros abuelos centrando nuestra estrategia en la búsqueda de información, observación, registro de datos, comparaciones, escucha de relatos y distintas historias que nos permiten indagar en su evolución en el tiempo.

Para obtener información en el abordaje de estos contenidos –se sabe que a lo largo del tiempo las instituciones registran cambios y permanencias–, se solicitó ayuda a organizaciones barriales con fotografías que permitieron observar y reconstruir, y con entrevistas a abuelos que contaron sus experiencias escolares a los alumnos. Resultó muy emocionante escuchar a los abuelos. Uno de ellos contaba cómo eran sus útiles escolares en la escuela del ayer, que no se parecían a los de sus nietos. Sin embargo, destacó que sigue
intacto el compromiso y amor de los docentes a lo largo de los años. ¡¡Hoy todavía recuerda a su primera maestra!!

A fin de analizar documentos materiales y de experimentar cómo era la vida escolar en el ayer, hubo una visita al «Museo de la escuela», ubicado en Montevideo 950. Allí los niños se sentaron en los pupitres, y las guías que oficiaban de maestras pusieron en escena una clase de aquella época: al alumno que conversaba, la docente le colocaba un cartel que decía «Conversador» y debía permanecer parado con ese cartel en la frente. Y el que no hacía los deberes llevaba puesto otro que decía «Incumplidor»... También pudieron escribir con plumines mojando la tinta en los tinteros que había en los pupitres: así comprobamos que no era tan fácil.
Las cartucheras eran de madera; no existían las fibras ni las mochilas, sino portafolios con manijas de cuero. Las maestras tenían delantales largos hasta los tobillos y con manga larga. Los mapas se calcaban con papel de calcar, no se compraban en la librería, y se usaba el Simulcop.

Al regresar al aula, hicimos registros de lo observado y gráficos con dibujos de la época, los comparamos con lo actual y... ¡fue muy divertido! Verdaderamente se trató de una experiencia muy valiosa, que nos permitió llegar al pasado lejano comparando con el presente cercano.

Tu experiencia docente puede ser singular. Escribinos a plural@buenosaires.gov.ar