Periódico Plural

Soy docente de 6.º y 7.º grado en las áreas de Prácticas del Lenguaje y de Ciencias Sociales. La directora de la escuela, Miriam Mardo, me propuso realizar un trabajo para promover la integración de los chicos en la escuela media, ya que la transición del nivel primario al nivel medio es dificultosa y suele provocar el fracaso de los alumnos.

Verónica Luzzi, docente de la Escuela N.° 14 Hogar Naval Stella Maris D.E. 11.

Por este motivo, realicé algunas actividades: Escribir para estudiar: «Tomar apuntes» es una práctica muy demandada y, en general, nueva para los estudiantes de la escuela secundaria, pero no tiene un espacio en la escuela primaria. Los apuntes en la escuela no forman parte del terreno compartido entre alumnos y docentes, sino que pertenecen a los alumnos y no son revisados necesariamente por los profesores. Sin embargo, muchas veces, juegan un papel tan importante como los libros a la hora de estudiar. Esto suele ser un cambio significativo para los alumnos: la carpeta de séptimo grado como espacio compartido por el maestro que corrige y completa la información que falta frente a la carpeta en la secundaria como espacio de responsabilidad casi exclusiva del alumno. Séptimo grado es un buen momento para aprender a tomar apuntes; recurso que implica algo más que escribir rápido mientras el profesor explica. Los alumnos observaron un documental y tuvieron que tomar nota de lo visto. Formulé un listado de preguntas guía para que pudieran descubrir la pertinencia y eficacia de sus apuntes.

Se presentaron situaciones muy variadas; la mayoría de ellas, frustrantes porque se dieron cuenta de que no podían prestar atención y escribir a la vez; otros tomaron nota de todo lo que pudieron, pero solo apuntaron datos anecdóticos y no registraron la información relevante. Repetimos la actividad y los alumnos pudieron percibir que ejercitarse en el hábito de tomar notas resultó cada vez más sencillo y productivo. Aprender a comunicar lo aprendido: Para los alumnos, es muy importante en la escuela primaria y crucial en la secundaria poder dar cuenta de lo que aprendieron en «pruebas, lecciones orales y trabajos escritos». Si bien estas dificultades adquieren particular relevancia al ser evaluados, también son muchas las ocasiones en que hay que tomar la palabra para explicar, argumentar o para convencer. «Exponer» implica que el lector no conoce los hechos que se dan a conocer y que es pertinente que los conozca. Dar una lección oral implica exponer, hablar frente a otros, situación que suele generar nerviosismo y tensión en los alumnos. Por ese motivo, se trabajaron las lecciones orales reuniendo a dos alumnos por vez. Yo les entregaba a ambos un texto relacionado con un tema de Ciencias Sociales, y cada uno debía estudiarlo. Cuando cada uno consideraba que ya sabía el texto, su compañero debía tomarle la lección. El evaluador luego completaba un cuadro con estos ítems: Define los conceptos; Usa palabras específicas de la materia; Explica claramente; Repite sin entender; Si olvida una palabra, sabe cómo retomar lo que explica.

La experiencia fue muy productiva porque los chicos pudieron compartir su manera de estudiar con otros compañeros, trabajaron textos correspondientes a diferentes áreas de estudio y lograron asumir tanto el rol del alumno como el del docente que evalúa en el proceso de enseñanza y aprendizaje.

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