Laura Abate, profesora de Educación Artesanal y Técnica y Tecnológica, y Jorge Godoy, profesor de Enseñanza Primaria y Lic. en Psicopedagogía; docentes de la Escuela N.º 16 Francisco Javier E. de Santa Cruz y Espejo D.E. 11.

Año a año, se celebran los actos escolares con distintos matices, desde la ornamentación del escenario hasta la música o la actuación de los niños. Día a día, pensamos para nuestros alumnos en aprendizajes que sean significativos; por eso, nos pareció propicio en esta ocasión volcar esta idea en el acto escolar del 25 de Mayo.

Comenzamos a trabajar la Revolución de Mayo desde todos los ángulos, no solo como una gesta histórica en pos de la libertad, sino como un momento histórico-social con costumbres distintas de las nuestras, si bien las necesidades que tenían eran las mismas que nosotros –alimentarse, vestirse, trasladarse–, la manera de resolverlas eran muy diferentes. Señalando las diferencias en la forma de comercialización de los productos, los vendedores ambulantes frente a los grandes supermercados de hoy en día, la vestimenta con miriñaque y la comparación con la actual, el vendedor de velas frente al uso de energía eléctrica en la actualidad.

Comparaciones de la vida cotidiana y de las costumbres; todo esto se fue trabajando desde el aula. Destacamos también la importancia de la intervención de la tecnología en estos cambios producidos en la sociedad de consumo organizando distintos talleres con los alumnos. Uno de ellos es el taller de radio, cuya intervención fue muy importante en este acto escolar porque abordó los diálogos y las actuaciones de los alumnos en escena.

Hace tiempo que hablamos en las escuelas sobre «trabajar en conjunto los profesores curriculares y los maestros de grado» abordando un contenido desde todas las áreas, esto es lo que intentamos en esta ocasión. Los niños de 7.º grado trabajaron con sus compañeritos de 2.º y con el enfoque desde Educación Tecnológica. Esta forma de abordaje de los contenidos rompe con la rigidez de las estructuras estáticas y unívocas para transformarse en un conjunto de contenidos que atraviesan a otros dando dinamismo a la complejidad.

Hacer significativos los contenidos a través de la expresión de lo vivido y mediante la observación para arribar a lo concebido y, por lo tanto, generar conceptos hace que la apropiación de estos genere la movilización y adaptación de las estructuras que van desde lo propio hacia lo ajeno para hacerlo propio. Al utilizar un vector de ingreso a los procesos históricos desde los avances tecnológicos, se colabora con el proceso de introyección de las complejas interrelaciones entre el medio social y cultural con el de avances científicos y técnicos como estamentos conexos.

Además este vector de abordaje colabora para que lo lejano temporalmente pueda verse, y siempre pensado desde lo político, se pueda observar desde la cotidianidad. Y esto cotidiano logra acercar porque estrecha tiempos. Así que lo lejano en el tiempo se transforma en cercano, se transforma en concepto.