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Débora Kopelman y Liliana Rorai, docentes de sala de 3 años J.I.C. N.º 3 Barrio de Belgrano D.E. 10. En nuestro jardín de infantes, recién este
año lectivo se inició la sección de 3 años en
Jornada Completa; hasta entonces, la sala
de 3 era solo de Jornada Simple en el turno
tarde. Por lo tanto, a nosotras se nos presentó
la necesidad de organizar las actividades,
y propuestas lúdicas de manera diferente,
ya que para la mayoría de los niños era su
primera experiencia fuera de su hogar. |
Para ello, se nos ocurrió proponerles «explorar» el jardín, sus diversas dependencias, la sala, sus distintos recovecos: espacios físicos donde ellos desarrollarían la mayor parte de las propuestas lúdicas. También pensamos en ofrecerles a los niños diferentes materiales conocidos y no conocidos para confeccionar juegos y juguetes. Si partimos del eje de la exploración trabajado, los niños se iniciarán en la creación de vínculos afectivos con otros compañeros y con sus maestras. Comenzamos entonces a descubrir los distintos espacios del jardín; esto les posibilitó sentirse más seguros y con confianza en sí mismos y en los otros. También se fue desarrollando mayor independencia y autonomía en su accionar. Fuimos presentando a través de una caja exploradora las propuestas; esta funcionaba como un disparador y como centro de atención acerca del material de trabajo. Por ejemplo, un día la caja trajo como sorpresa rollos de cocina que se transformaron en catalejos; en otra ocasión, trajo gorros de baño que se transformaron en gorros exploradores o en cajas de zapatos que se utilizaron como cajas de arrastre para explorar el jardín. Hubo otras propuestas: llenar botellas descartables con agua coloreada; armar carpas con sábanas; confeccionar lupas; recorrer circuitos con aros, túneles y con obstáculos; jugar con linternas; y las docentes armamos pistas para que ellos las encontraran. |
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Para el cierre de proyecto realizamos, en primer lugar, una búsqueda del tesoro para encontrar losmateriales necesarios para iniciar un viaje imaginario de exploradores; tenían que encontrar la lupa, el gorro, la caja y la linterna exploradora. Luego de ese viaje imaginario, hicimos un fogón (de papel celofán), alrededor del cual cantaron diferentes canciones utilizando maracas y tamborcitos realizados por ellos mismos con material descartable. En segundo lugar, se propuso el armado de las carpas exploradoras que se utilizaron como refugio porque anochecía, y era necesario irse a descansar. Durante el transcurso del proyecto, observamos que les resultó atractiva la propuesta, disminuyó la angustia que provocaba la separación de la familia y que, paulatinamente, se favoreció el vínculo entre pares, y entre docentes y niños. A nosotras como docentes, nos permitió afianzar nuestro vínculo y aprender a organizar la tarea en forma diferente en una jornada simple. Además, nos permitió darnos a conocer como docentes frente a la familia, promover vínculos afectivos, brindar una propuesta lúdica diferente durante el período de inicio, teniendo presente la edad cronológica del grupo. De esta manera, lo desconocido pasó a ser lo conocido y lo que les dio la seguridad a estos niños de pertenecer a un grupo fuera del ámbito familiar. |
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