Educación

Mónica Ciccodicola, docente de la Escuela Infantil N.º 3 Caminito D.E. 15.

Este proyecto fue pensado para sala de tres años. Se trató de un taller teatral: Teatro en la sala. El objetivo fue utilizar al teatro como vehículo de crecimiento grupal integrándolo con el proceso individual, dando así orientación al potencial expresivo y a las posibilidades creativas de cada niño. La modalidad del taller se dividió en dos grandes momentos: el Teatro, y el Juego teatral.

En el primer cuatrimestre del año, se trabajó con funciones de teatro en la sala, donde los chicos eran los espectadores, y yo era la actriz. En cada nueva presentación, incorporé elementos que hacían al hecho teatral: la escenografía, la coreografía, el texto, la utilería, etc. Focalizaba el centro de la atención en cada cosa nueva que iba presentando. De esta manera, fueron pasando tantas escenas como viernes marcaba el almanaque; y allí se nos sumó a la experiencia la sala de dos años.

Los chicos disfrutaban de la función, y esto era digno de afirmar en cada gesto, en cada mirada, en el vaivén de sus sillas, en el repetir de cada canción. Fueron aprendiendo a querer al teatro y, como espectadores, lograron saber que ejercen un rol fundamental dentro de él.

Llegó el Día del Niño y, con él, una función especial. La propuesta se había ampliado, y con alegría se sumaron todas las docentes y todos los niños del resto de la escuela infantil: desde el lactario hasta la mismísima sala de tres. La función motivó a un gran número de señoritas: Marisa, Michu, Florencia, Sandra y Miriam, quienes decidieron ponerse en el rol de actrices y esta vez –Día del Niño– salieron a actuar.

Comencé entonces con la segunda etapa únicamente en sala de tres: Juegos teatrales. Aquí más que nunca se sostuvo que «el teatro es acción». Sala de tres también es pura acción. Era entonces el momento en que los niños debían protagonizar. En cada taller, se desarrolló una coreografía musical, en la cual se trabajó, sobre todo, cuerpo-espacio- expresión; luego, un juego teatral que puso en escena la concentración.

Más tarde, la improvisación dramática, donde se tendía a lograr resolución de conflictos y, por último, la vuelta a la calma de la mano de lo sensorial y con la relajación. Una canción que aunaba el teatro, y la música cerraba los encuentros en cada jornada. Como cierre del proyecto, fuimos a ver la obra teatral Abrazo de osos, en el teatro La Galera Encantada. Para cerrar el Taller, hicimos una muestra, pero esta vez, hubo cambio de roles: los chicos fueron los que ofrecieron una escena teatral, y las familias invitadas fueron los espectadores.

Teatralizaron la canción Vestido Lila, del grupo Caracachumba. Mediante ensayos se preparó durante algunas jornadas esta puesta. Hubo un día elegido para ofrecerla, invitaciones, nervios del estreno, escenografía, vestuario, telón y un gran disfrute final. El año fue pasando, y cada niño fue abriendo su corazón para dejar en él las huellas que hacen a este andar de su último año en la escuela infantil. Lo bueno pasa pronto. Siempre tengo algo para dar.

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