Periódico Plural

Leandro Avalos
Viajaba en el 19, sumergida en mis pensamientos cuando reconocí a una mujer que, treinta años atrás, había sido mi profesora. La saludé con afecto. Ella recordaba mi nombre, mis andanzas, lo divertida que era como estudiante. Yo le conté cuánto había disfrutado el mundo de poemas en el que me había introducido. Pocos minutos después, subió al mismo colectivo una joven mamá. Me miró fijo y me preguntó: «¿Vos sos Silvia?». Y se sorprendió: «Fuiste maestra mía en cuarto grado». Se reía mientras le contaba a su hija anécdotas de su infancia. Cada pasajero debe de haber rememorado su propia historia escolar con el griterío de esas tres mujeres que se reconocían marcadas por la escuela.A veces, la casualidad me cruza con hombres y con mujeres de quienes fui maestra en mi juventud.

En el abrazo, en la charla, percibo que buscamos en la memoria recuerdos, puntas para seguir hilando quiénes fuimos. Alguna vez, el encuentro se da con un oyente, un teleespectador o el lector de una columna que publicó el diario. Quiere comentar tal o cual nota, coincidir con tal o cual postura. No hay historia en común, pero algo nos liga.

Cuando me invitaron a escribir un libro, no dudé en buscar una vez más, desde un nuevo lugar, lo que me apasiona desde hace dos décadas. Comprender los dilemas que plantean a la formación de nuevas ciudadanías estas dos escuelas, la tradicional, con sus bancos, su pizarrón y sus Buenos días, chicos. Y la otra, la nueva escuela. La de las pantallas de los televisores, los celulares, las computadoras, cada vez más presentes, cada vez más poderosas.

Es cierto que la primera conserva el sentido del encuentro. Por más golpeada, por más asediada que esté, la escuela sigue siendo el lugar para que cada sujeto se desarrolle, se fortalezca, aprenda a debatir para transformar. Y la nueva, con sus colores, su vigorosa agilidad, que va ocupando más espacio, más tiempo en la vida de estudiantes y de docentes.

El título que había imaginado para este libro, Marcados por la escuela, tatuados por los medios, resultó demasiado extenso para la frágil memoria de quienes vivimos en la velocidad cotidiana del siglo xxi. Entre marcas y tatuajes, los capítulos de Tatuados por los medios proponen preguntas, alguna respuesta y, fundamentalmente, mucho material para el debate, la discrepancia y tal vez, en algún punto, el acuerdo.

berazachussetts