Periódico Plural

una huerta en el jardin

docentes

Fabiana Álvarez y Cynthia Lorenzo, maestras de sección de las salas de 4 años, turno tarde, de la Escuela Infantil N.° 5 D.E. 21.

Para comenzar este proyecto, consideramos el medio ambiente en el cual los niños están insertos y tuvimos en cuenta que el jardín tiene espacios para poder conectarlos con la naturaleza y para realizar una huerta. Esta propuesta surgió del interés e importancia que tiene para los niños el contacto con el medio ambiente natural y su cuidado a través de la observación y experimentación del entorno cotidiano.

Sabemos que el estudio del ambiente nuclea a diferentes disciplinas que poseen objetos propios de conocimiento. En el Nivel Inicial, su objetivo consiste en estimular en los alumnos la tendencia a «complejizar», profundizar y organizar sus conocimientos hacia el entorno. Por ello, realizamos este proyecto, ya que se trata de una experiencia única, promotora de diversos tipos de aprendizaje. Es útil para contribuir a la formación de niños curiosos, mejores observadores, que se preguntan sobre la realidad, exploran, buscan informaciones, y logran descubrir relaciones que les permiten articular explicaciones cada vez más complejas.

Este espacio natural les brinda a los niños la posibilidad de desarrollar sus ideas acerca del medio físico. Así, afianzan los conocimientos previos que algunos tienen y adquieren otros nuevos. En ese espacio natural, se estimulará a los niños en el conocimiento del armado de una huerta y el cuidado de lo que en ella se cultive. Como disparador, decidimos realizar una visita al Jardín Botánico; esta salida fue el primer contacto que los niños tuvieron con una huerta. Allí el personal nos enseñó los cuidados necesarios para poder implementar nuestra huerta en el jardín.

huerta

Con ayuda de las familias de los niños, acondicionamos el terreno que íbamos a utilizar y lo limpiamos. Algunos miembros del Jardín Botánico –personal especializado– vinieron al jardín para medir el terreno y para ver la orientación que tenía que tener la huerta, la cantidad de tierra que íbamos a necesitar y cómo debíamos realizar los surcos para plantar las semillas. Realizamos un germinador para que los niños pudieran observar la evolución de la semilla y registramos por escrito todos los cambios que se produjeron. Comenzamos la siembra realizando almácigos de distintas especies (acelga, lechuga, repollo, zanahoria), el cual fue cuidado por los niños diariamente, ya que requerían de un riego escaso, pero continuo. Una vez que las semillas crecieron, y las plantas tomaron una determinada altura, llegó el momento de transplantarlas al terreno; en cuyos extremos, sembramos plantas aromáticas (cebolla, lavanda, orégano) para utilizarlas como repelente natural.

Esta experiencia resultó enriquecedora para todos. Por un lado, los niños que esperan con entusiasmo la cosecha para poder ver el fruto de su trabajo, y, por el otro, queremos que la comunidad tome conciencia del hacer de la escuela y que se reconozca al docente en su verdadero rol –el de enseñante– y que, además, se difunda un recorte de la realidad, y que todos puedan –a partir de sus aprendizajes– realizar aportes en el cuidado del medio ambiente, lo cual tiene un importante valor cotidiano.

singular