Elisa Linares, docente de la sala de 5 años, JIN A, de la Escuela N.º 21. Trabajando en el jardín, surgió la propuesta de realizar un proyecto de articulación entre la sala de 5 años y la escuela primaria. Decidimos articular porque entendemos que es un proceso de transición, de cambios y de preparación. El objetivo era llegar a una meta a través de un puente que facilitara el pasaje de jardín a primaria y que garantizara la «educación como un proceso continuo». Y elegimos Ciencias Naturales porque es un espacio para explorar, comparar y para analizar objetos y materiales.

Por supuesto que esto no hubiera sido posible sin la previa organización de espacios donde las maestras de ambos niveles nos pudimos encontrar. Y agradecemos a las dos directoras que, comprometidas con la comunidad y con el trabajo en la educación, nos dieron las herramientas, los espacios y el tiempo necesario para organizarlo. Desde un primer momento, sabíamos que queríamos trabajar con articulación, pero las preguntas eran muchas: «¿Qué?, ¿cómo?, ¿cuándo?, ¿con qué?...». Luego de buscar información, encontramos que ambos niveles trataban el tema de «Los materiales», así que lo elegimos para el trabajo, ya que nos permitía realizar varias actividades con grupos de numerosos niños.

Lo organizamos en encuentros semanales de una hora, aproximadamente. Cada uno de ellos tenía un inicio, un desarrollo y un cierre en sí mismo. Pero a la vez se relacionaba con el encuentro siguiente. En cada encuentro, presentábamos diferentes materiales y realizábamos distintas actividades, cada una con un objetivo específico. Pero siempre manteníamos firme nuestros dos objetivos generales. Por un lado, buscábamos que los chicos fueran relacionándose entre sí: se familiarizaran con los espacios de la escuela (Objetivo de articulación) y, por otro lado, que fueran comprendiendo las características que tienen ciertos materiales y la posibilidad de cambiar el estado de cada material mediante el calor o el frío (Objetivo de Ciencias).

De esta manera, en el primer encuentro, trabajamos con la clasificación de los materiales volcando los datos obtenidos en un cuadro; en el segundo encuentro, las diferencias entre los estados líquido y gaseoso; en el tercero, el pasaje del estado sólido al líquido y, en el cuarto, el proceso inverso: el pasaje del estado líquido al sólido.

Lógicamente, la tarea no fue sencilla; nos encontramos con inconvenientes, como la dificultad de trabajar con un grupo tan numeroso de niños –dos grupos juntos de 25 alumnos cada uno–, la escasez de espacios para poder trabajar cómodos y otros pormenores... No obstante, como conclusión, luego de todo el trabajo, quedamos más que conformes con lo logrado. Aprendimos que cuando uno realmente se lo propone, las cosas
pueden lograrse.