Periódico Plural

Los padres tambien hacen matematica

Adriana M. Ovejero, maestra recuperadora, y Sandra Romero, docente de 1.er grado de la Escuela N.° 11 Congreso de Tucumán D.E. 16.

Se me ocurrió hacer un «Taller de Matemática» para los padres, después de escucharlos y de observar las caras cuando me comentaban que ellos no podían ayudar a sus hijos en las tareas porque no sabían cómo hacerlo. Pensé que sería ideal que los padres accedieran al nuevo enfoque de la enseñanza de la materia para que recibieran la información correspondiente y para que obtuvieran las herramientas necesarias a fin de ayudar desde la casa a los chicos.

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Junto con la maestra de Recuperación de primer ciclo, preparamos una serie de actividades sencillas, las mismas que les doy a mis alumnos. El invitado principal era un cuadro numérico con una columna del 0 al 99. Allí identificaron posiciones, regularidades y relaciones existentes entre los números, mediante estas actividades: «a) Identificar números que comienzan o terminan igual. b) Los famosos +1 y –1. c) Si a x le sumo 10, ¿cuánto me da?». También hubo otras actividades propuestas: descomponer números utilizando sumas o restas de otros números; encontrar en los números de dos dígitos la cantidad de «dieces» que contenía cada uno, etcétera.

Esas actividades previas se pensaron con un claro objetivo: introducir a los padres en los contenidos de «Sumas y restas», específicamente para resolverlas mediante el «Cálculo mental», definido así en el Diseño Curricular: «Se entiende como cálculo mental al conjunto de procedimientos que, en función de los datos que se traten, se articulan sin recurrir a un algoritmo preestablecido para producir resultados exactos o aproximados. El cálculo mental se apoya en el hecho de que existen diferentes maneras de calcular y en que se puede elegir la que mejor se adapta a una determinada situación...».

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Los padres sabían que íbamos a hacerlos trabajar y sobre todo... ¡a hacerlos pensar! Repartimos las actividades y habilitamos que ellos decidieran si las resolvían solos o en grupos, también les dijimos que podían hacer todas las preguntas necesarias para aclarar sus dudas. Al principio trabajaron algo nerviosos, pero luego se relajaron y pusieron manos a la obra. Apenas terminaron las actividades, hicimos la puesta en común y... comenzaron nuestras preguntas. Las mismas preguntas que les hacemos a los chicos para que ellos fundamenten la resolución seleccionada. Por supuesto, en este caso, pasó lo mismo: no todos resolvieron de la misma manera; cada uno fue argumentando el procedimiento que siguió, y eso fue en lo que más hicimos hincapié: «en el procedimiento», para mostrarles que a eso nosotros lo llamamos Hacer Matemática. A ello apuntamos en la Escuela –desde 1.er grado–: a que los niños sepan que para un mismo problema, pueden existir diferentes soluciones, y que todas son válidas. También les comentamos que es responsabilidad de los docentes darles las herramientas necesarias para que ellos tengan soportes adecuados frente a los diferentes contextos matemáticos.

La experiencia fue muy buena. Se generó un buen intercambio entre ellos y los docentes. El objetivo se cumplió: los papás conocieron cómo hacen Matemática sus hijos y les gustó; y nosotras nos aseguramos el acompañamiento por parte de ellos.

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