El habla de Sancho Panza

Sancho es una figura muy interesante desde la perspectiva lingüística. Gran parte de su comicidad radica en su “verba”. Como bien lo han hecho saber los críticos, el personaje de Sancho se configura como una logradísima e innovadora síntesis de varias tradiciones: los escuderos de los libros de caballerías, los rústicos al estilo de algunas églogas de Juan del Encina y la tradición carnavalesca. Cervantes consigue, a través de los registros lingüísticos, resumir estas tradiciones mediante tres elementos fundamentales: las transgresiones idiomáticas, los refranes que enhebra en las conversaciones y las piezas de sermones que incorpora y que constituyen su acervo cultural básico.

Las transgresiones idiomáticas de Sancho son una fuente continua de comicidad. Y sirven para poner de relieve la enorme distancia entre la condición de aldeano y su deseo de ascenso social.