Los refranes de Sancho

El uso constante de refranes constituye un rasgo característico del habla de Sancho, quien no sólo los usa sino que abusa de ellos. Es por eso que don Quijote, entre los muchos consejos que ofrece a su escudero antes de que éste se dirija hacia la Ínsula Barataria para asumir como Gobernador, incluye una recomendación referida a los refranes. El diálogo es el siguiente:
–También, Sancho, no has de mezclar en tus pláticas la muchedumbre de refranes que sueles, que, puesto que los refranes son sentencias breves, muchas veces los traes tan por los cabellos, que más parecen disparates que sentencias.
–Eso Dios lo puede remediar –respondió Sancho-, porque sé más refranes que un libro, y viénenseme tantos juntos a la boca cuando hablo, que riñen por salir unos con otros, pero la lengua va arrojando los primeros que encuentra, aunque no vengan a pelo. Más yo tendré cuenta de aquí delante de decir los que convengan a la gravedad de mi cargo, que en casa llena, presto se guisa la cena, y quien destaja, no baraja, y a buen salvo está el que repica, y el dar y el tener, seso ha menester.
-¡Eso sí, Sancho! –dijo don Quijote- ¡Encaja, ensarta, enhila refranes, que nadie te va a la mano! (…) Estoyte diciendo que excuses refranes, y en un instante has echado aquí una letanía de ellos, que así cuadran con lo que vamos tratando como por los cerros de Úbeda. Mira, Sancho, no te digo yo que parece mal un refrán traído a propósito; pero cargar y ensartar refranes a trochemoche hace la plática desmayada y baja.
(Quijote II, XLIII : De los consejos segundos que dio don Quijote a Sancho Panza)

Aún en el momento en que promete controlar los refranes que se le vienen “tantos juntos a la boca”y limitarse a “decir los que convengan a la gravedad” de su futuro cargo, Sancho no puede evitar que su boca diga cuatro refranes uno tras otro. Y es lógico que esto suceda, ya que los refranes son expresión de la sabiduría popular de la que el escudero es portador.

Los refranes que aparecen en el Quijote están en:
http://es.geocities.com/quijote_1950/quijoteuno.htm

El comentario resulta cómico, no por lo inapropiado sino por su excesiva propiedad. Al principio el humor cándido está en la expresión misma de la voz de Sancho; pero el escudero crece junto a su amo, y la comicidad pasa a depositarse en la búsqueda de una expresión más culta o apropiada y en los malentendidos y errores que esa búsqueda produce.