El programa busca optimizar el consumo energético en los edificios públicos para que, a través del ejemplo, se logre la propagación y asimilación por parte de toda la sociedad de medidas que promuevan la eficiencia energética. De esta forma, se pretende reducir el consumo de energía y la emisión de dióxido de carbono en la Ciudad.
Mediante la implementación del Programa se obtiene un diagnóstico energético de los edificios participantes, que permita avanzar en el desarrollo de recomendaciones de mejora para cada uno, a fin de eficientizar el consumo energético en lo que respecta a energía eléctrica y gas.
El concepto de “eficiencia energética” refiere a la administración adecuada del uso de energía. Esto implica utilizar solo aquélla que resulte necesaria para llevar a cabo un proceso y discontinuar su uso una vez que el proceso finalizó. De esta manera, además de cuidar el ambiente, se logran importantes ahorros económicos.
El uso eficiente de energía no requiere reducir los procesos ni la cantidad de equipos en funcionamiento. De lo que se trata es de implementar estrategias que aseguren un uso adecuado de la misma. La mayoría de estas estrategias son muy sencillas, y pueden aplicarse inmediatamente sin ocasionar ningún gasto ni implicar la compra de nuevos equipos. Sin perjuicio de esto, hay situaciones puntuales en las que se requieren inversiones y cambios de tecnologías.
En la implementación del Programa, la Agencia de Protección Ambiental trabaja conjuntamente con el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI - Centros Energía, Construcciones y Luminotecnia) y con la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Buenos Aires (Departamento de Electrotecnia).
Como primera medida, y con el fin de conocer la situación inicial de los edificios públicos participantes del Programa, se realiza un proceso de relevamiento de los mismos. De este modo se obtiene un diagnóstico energético integral a partir del cual se puede analizar el desempeño energético de los edificios. Para ello se tienen en cuenta los consumos en aire acondicionado, calefacción, iluminación, uso de computadoras, impresoras y otros equipos que requieran energía eléctrica.
Asimismo, se instalan equipos de medición para monitorear el consumo de energía eléctrica por sector. A partir de esto se obtiene información cuantitativa para conocer el consumo energético y las oportunidades de ahorro factibles en cada caso. Esta primera etapa culmina con la identificación de potenciales ahorros y la recomendación de medidas de mejora que permitan hacer más eficiente el consumo de energía. Esta tarea permite, además, identificar la posibilidad de incorporar energías alternativas.
El diagnóstico del consumo energético de cada edificio permitirá adoptar un Sistema de Gestión Energética. De este modo se podrán monitorear periódicamente las mejoras implementadas en relación al consumo energético a largo plazo y cuantificar el consiguiente ahorro de energía.